El Jefe Para Siempre Será Mío (3)

Capítulo 18: Conociendo El Significado De Precoz.

HARRY

— No, no, no — se tapó la boca impidiendo mi beso.

— ¿Por qué no? — pregunté frustrado.

— Porque siento que aquí me escucharían, no sé, al manos tu oficina tiene baño para entrar a arreglarme el cabello.

— Ya, pero Mia solo es un beso — hizo un puchero enojada.

— Pensé que esto iba para algo más — no pude aguantar la risa y estallé apoyándome en su pecho — Ya, no te rías de mí — sentí que movió mi hombro con su mano.

— Ya lo siento, pero es que me encantas — mordí su nariz — No puedo ahora princesa, tengo una reunión con unos socios, y después paso por ti, cuando se cierran tratos, vamos a cenar todos juntos — asintió acariciando mi rostro.

— Bueno, quiero mi beso — la agarré del cuello y me acerqué a besarla con fuerza. Me costó soltarla, pero lo hice.

La reunión fue un infierno, para mí, porque quedé con ganas de Mia, pero los nuevos tratos y negocios estuvieron de lujo, papá quedó feliz, así que nos quedamos de juntar en media hora en un local de comida en el inicio de la Quinta  Avenida, cerca del Washington Square Park.

— Lista princesa — tomó su bolso, su teléfono y su abrigo.

— Si, lista — se acercó dándome un beso rápido en forma de saludo y me tomó la mano para dirigirse a los ascensores — ¿Cómo fue todo? — sonará bastante tonto, pero me encanta tener a alguien a mi lado preguntándome cómo fue todo, cómo estuvo mi día, cómo estoy yo.

— Bien, súper bien, pero quedé con ganas de ti — sonrío y me contuve en besarla como quiero besarla, porque aún quedan personas en el piso — ¿Cómo estuvo tu día?

— Bien, están bastante relajantes mis días, pero ya llegará diciembre, ahí se viene el caos, todos inventando licencias médicas para navidad y año nuevo, las vacaciones, las ausencias, se viene la época estresante — botó aire desganada y sonreí viéndola estresada — Pero Johnathan y las chicas me ayudan demasiado — puso esa cara tierna que me hace perder la cabeza y me dan ganas de acorralarla besándola sin control.

— Que bueno, me gusta mucho que te encante trabajar aquí en la revista y que te lleves bien con las personas — asintió acercándose a darme un beso y por fin llegó el ascensor al piso.

— Soy muy feliz aquí — entró al ascensor tomada de mi mano, no subió nadie más, así que esperé relajadamente a que cerraran las puertas, Mia me sonrío arrugando su naricita, Já, si supiera lo que le quiero hacer no pondría esa carita, le sonreí de forma inocente, como si aquí nada estuviera pasando intentando mantenerme en mis cabales, las puertas se cerraron y la acorralé contra la muralla, iba a decir algo, pero no la dejé hablar, la besé desesperado enseguida, mordiendo su mentón, su cuello, su escote — Harry — se quejó desesperada, no me frené — No, Harry — volvió a quejarse, pero no puedo dejar de besar su cuerpo — Harry el ascensor — me asusté separándome y las puertas se abrieron, Mia se intentó acomodar la blusa, peinar, pero todo fue en vano. Sentí un carraspeo fuerte a mi espalda, tomé aire y me giré con seguridad para mirar al idiota que acaba de interrumpir mi momento.

— Señor Thompson — dijo Anthony Blesden.

— Anthony — respondí cubriendo a Mia a mi espalda, idiota, tiene las oficinas de su empresa unos pisos más abajo que las oficinas de mi revista, ahora que me interrumpió más odio siento hacia su persona, es petulante y mira en menos a la personas, y eso realmente no lo soporto.

— Señora Thompson — dijo sarcástico mirando tras de mí subiendo al ascensor.

— Hola — respondió tímida Mia a mi espalda, me dieron ganas de reír al escuchar su voz tierna, pero me contuve para mostrarme serio frente a Anthony, tomé la mano de Mia — No — me soltó — Me pondré mi abrigo para salir afuera — asentí y no tomé su mano. Cuando el ascensor llegó al primer piso tomé la mano de Mia para bajar, y Anthony quedó dentro, seguramente para bajar al subterráneo.