Capítulo 31

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Clío

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Clío

— ¿Te duele la mano?— pregunta Neizan a Hazel y ella niega restándole importancia.

—Fue solo un pequeño golpe— dice ella tranquilamente.

Nos encontramos en unas banquetas, comiendo helado. Sol ha pedido uno enorme y parece decidida a acabarlo, cosa que hace reír a Atlas.

— ¿Cómo lo golpeaste?— pregunta Asier entretenido, comiendo su helado de fresa.

— ¿Con el puño...?— dice ella de manera obvia y él rueda sus ojos.

— ¿De qué manera pusiste el puño?— dice y Hazel le muestra— no, así te puedes quebrar un dedo.

— ¿Entonces?— pregunta ella con el ceño fruncido.

—El pulgar debe de estar adentro de todos los demás dedos— dice demostrándoselo con su mano— así lo proteges— comenta de manera obvia.

—Ahhh— dice Hazel asintiendo— Gracias— contesta sonriendo.

— ¿Y ya nos dirán quién era el chico?— pregunta Hercles y yo suspiro resignada.

—El progenitor de Sol— les digo y todos se sorprenden.

—Y claramente no les cae bien, ¿cierto?— pregunta Lior y yo asiento lentamente, mientras suspiro.

—Digamos que no es alguien con buenas intenciones— digo ladeando mi cabeza.

— ¿Y cómo es que fue Hazel y no Atlas la que terminó por destruirle la cara?— dice Hercles ladeando su cabeza, igual que yo. Lo que me hace rodar los ojos.

—Tenía a Sol en mis brazos— dice Atlas y yo niego al ver que enserio lo pensó.

Sol tiene la cara llena de helado y se encuentra en las piernas de Atlas. Él intenta limpiarla lo mejor que puede, sin embargo eso no dura mucho tiempo.

—Iré por otro helado— comenta Hazel y veo como camina hacia el local de enfrente. Tratamos de no perdernos ninguno de vista ya que sabemos que no estamos seguros en ninguna parte.

Luego de unos minutos ella regresa con una caja llena de helados, lo que hace a Neizan bufar.

—Ya tenemos en casa— le dice rodando los ojos.

—Sí, pero siempre hacen falta unos más— comenta abriendo otro de manera desinteresada y comenzando a comerlo, lo que nos hace reír.

Yo quero— dice Sol hacia la bolsa de helados.

—Mira, aquí todavía tienes— le dice Atlas y ella un poco renuente, decide hacerle caso y no pedir más.

Cuando Hazel se gira, noto como Asier toma uno de los helados sin que ella se de cuenta y lo abre rápidamente, tomó uno de fresa.

Hazel regresa su mirada sonriendo hacia la bolsa de helados, pero luego frunce el ceño.

—Me falta un helado de fresa— dice ella, volviendo a contar— ¿Quién me acaba de robar un helado?— dice ella con los brazos cruzados. Creo que solo yo fui la única noté que Asier tomó un helado, porque todas la miran extrañados.

Entre Dos SolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora