Capítulo 39

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Atlas

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Atlas

Luego de que efectivamente los médicos revisaran mi estado, me dieran noticias no muy alentadoras, pero en realidad esto es un poco mejor de lo que esperaba. Resulta que tuve dos disparos al pecho, pero a un costado, ya que logré moverme antes de que la bala llegara directamente al corazón. Fueron dos disparos que por milagro no dañaron ningún órgano, pero estoy seguro que la placa de metal que tenía en mi camisa, que había tomado como evidencia en las bodegas, evitó que esto se complicara aún más y sirvió como algún tipo de escudo que desvió la bala.

Estuve en coma todos estos días ya que la cantidad de sangre que perdí fue demasiada y cuando caí por los disparos golpeé mi cabeza contra el suelo causando que tuviera una contusión. Se supone que la recuperación ha avanzado mucho y que en unos días estaré un poco mejor, me encuentro débil, pero sé que estaré bien.

Dos cicatrices más a la lista. Dos marcas más de lo que siempre han deseado que sea, un monstruo.

Yo no he parado de preguntar por mi novia y Sol; Hercles entra a la habitación seguido de Asier y por la mirada que les doy ellos saben que estoy molesto por la manera en la que están evitando mis preguntas.

No entiendo por qué no dejan que Clío entre a la habitación, necesito verla.

— ¿Dónde están? — pregunto en un tono ahora mucho más firme, estoy comenzando a molestarme al mismo nivel del de preocupación— Es la última vez que preguntaré— aclaro viéndolos seriamente para que sepan que hablo completamente enserio.

—Sol está bien— comienza a decir Asier revolviendo su cabello y yo relajo un poco mis hombros, ella está bien. Escuchar eso me llena de alivio, Sol y Clío son mi mundo entero y saber que la pequeña de ambas está bien, me tranquiliza— Sol se encuentra afuera y en unos minutos podrá entrar a verte— me informa y asiento en agradecimiento.

No me agrada mucho hablar con personas, para no decir que en realidad lo odio, ya que el tema de la confianza no es lo mío. Es sumamente incómodo para mí tener una conversación con alguien que no sea Clío, pero necesito saber sobre cómo se encuentran.

Me quedo en silencio esperando sentado en la camilla para que continúen hablando y comienzo a enderezarme lentamente, para no lastimarme más, cuando ellos comparten miradas.

—Agh, no puedo hacer esto yo, que lo haga Hazel, ella tiene más tacto— exclama Asier resoplando— ¡Hazel! — escucho el grito de él hacia ella.

— ¿Y ahora qué quieres? — responde ella en otro grito y veo como él aprieta su mandíbula en enojo y sale de la habitación. Escucho lo que parece ser una conversación de sí y no y capto el nombre de Sol causando que llamen mi atención.

Luego de unos segundos noto a Hazel ingresar a la habitación y rápidamente sé que algo ha pasado con Clío por la manera en la que los ojos de ella se empañan y muerde su labio en nerviosismo.

Entre Dos SolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora