Capítulo 41

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Narra Atlas

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Narra Atlas

Horas antes de ir a rescatarlos...

-No me interesa que esto no haya terminado de cicatrizar- hablo seriamente hacia Hercles y me coloco el chaleco antibalas que me causa un poco de molestia a mi costado, pero ignoro el dolor. Salgo de la cocina y camino hacia la sala.

Levantarme y comenzar a caminar me ha costado, pero sé que necesito ir por Clío. No he logrado conciliar el sueño y ver a Sol tan mal me está matando.

Despierta todas las noches llorando un poco y tengo que abrazarla fuertemente hasta que el miedo se le pasa y vuelve a dormir. Pasa todo el día conmigo y no hay segundo en que no me pregunte por Clío.

Admito que paso gran parte del tiempo pensando en cómo esto la afectará cuando crezca o si simplemente lo olvidará. No quiero que crezca asustada de las personas y con una gran desconfianza como la que yo tengo.

Otra cosa que me atormenta es el no saber si Clío se encuentra viva, siento como si me hubieran arrancado un pedazo de mí y me siento más perdido que nunca.

La única razón por la que no he perdido el uso de razón es la niña que se encuentra sentada en el sofá comiendo un sándwich en completo silencio. Asier, Hazel y Hercles la han cuidado todos estos días y eso al parecer logró crear un vínculo fuerte entre ellos. Siempre preguntan por ella y a pesar de que Asier siempre es bastante serio, parece consentirla mucho, aunque sea a la distancia.

Agradezco que la hayan cuidado y siempre les estaré agradecido, al principio tuve la preocupación de si Sol seguiría viéndome como alguien cercano, pero ese miedo se fue el momento en que me abrazó por tres horas hasta quedarse dormida.

Han sido pocos días los que he estado con ella en este lugar, pero haber vivido juntos los tres por tanto tiempo me ha servido para saber cómo cuidar de ella bien. Sonrío recordando cómo ellos parecían estar sorprendidos cuando Sol se acercaba a mi y sin necesidad de que hablara yo ya sabía que necesitaba.

Termino de prepararme y veo a la madre de Hazel y Neizan salir de la cocina. Ella cuidará de Sol en lo que yo voy por Clío.

¿Me agrada la idea? Honestamente no, me causa malestar que alguien que no sea Clío o yo la estemos cuidando, porque somos los únicos que sé que daríamos la vida por ella. Pero la señora es muy amable y confío en que la cuidará junto a la seguridad que los hermanos Kainz dejaron.

Me dirijo hacia Sol y me siento a su lado, ella tiene la vista en la televisión y sin verme me ofrece su emparedado, lo que me hace reír y sin poder evitarlo le doy una mordida. Ella continúa comiendo y yo pincho su mejilla para que voltee, lo cual hace.

-Sol, Tlas necesita salir un rato- le digo y eso llama inmediatamente su atención y veo como comienza a negar rápidamente- Serán solo unas cuantas horas, regresaré rápido. Lo prometo- digo sentándola en mi regazo ya que me recomendaron no cargarla por ahora.

Entre Dos SolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora