Capítulo 16

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Clío

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Clío

Me despierto y no encuentro rastro de Atlas, ni de Sol, por ningún lado. Camino hacia el baño y luego de hacer mi rutina matutina, salgo de la habitación en su búsqueda. La herida me duele un poco menos, pero la incomodidad sigue.

Llego a la cocina y no los veo por ningún lado, cuando comienzo a alarmarme, decido ir a ver al pequeño patio trasero y los encuentro corriendo uno detrás del otro. Veo el reloj de la pared y me sorprendo al ver que ya es más de medio día.

Parecen estar jugando a ver quién lo atrapa primero y Atlas corre lento, para darle ventaja a ella. Al final Atlas la atrapa y la pone de cabeza, ambos no paran de reír.

—Te gané— le dice Atlas cuando la carga de buena manera y le hace cosquillas.

No vale Tlas— le dice ella cruzando sus brazos, pero sin evitar poder comenzar a reír.

Yo decido entrar a la cocina para no interrumpir su juego y comienzo a prepararme unas tostadas con jalea. Minutos después escucho sus risas y comienzo a preguntarme dónde se encuentra la Señora Marta, ya que no hay señal de ella.

Salgo de la cocina para topármelos y ellos se asombran al verme despierta.

—Buenos días— les digo y veo como Sol corre hacia mí.

¡Hola! — me grita y abre sus brazos para que la alce. Atlas viene sonriendo hacia nosotras y la toma en brazos para acercarla a mí.

—Buenos días— susurra él, besando mi cabeza — ¿cómo te sientes? — me pregunta viéndome fijamente.

—Mejor, gracias— le comento y regreso a la cocina.

—Cuando termines de comer, tengo que curarte la herida— dice sentándose a mi lado, con Sol en sus piernas.

—Está bien, pero primero quiero tomar un baño— le digo y lo veo como asiente de manera pensativa— por cierto, ¿y la Señora Marta?

—Salió ya que una amiga suya se cayó de las gradas y ella dijo que iría a ver como se encontraba— responde y asiento. Espero y no sea la Señora Olga, ella me cae muy bien.

Desayuno con ellos dos molestando y jugando. Cuando termino, Atlas se encarga de lavar los platos y yo adelanto a tomar una ducha. No les miento, cuando tuve que elevar los brazos para lavar mi pelo, sentí un fuerte tirón en mi costado.

Salgo de la ducha y con cuidado comienzo a vestirme con un pantalón deportivo gris y una camiseta enorme de una serie animada. No me veo hermosa, pero no voy a salir, así que no importa.

Al salir, los encuentro jugando en el suelo y yo comienzo a sacarme el cabello con una toalla, ya que soy de las personas que, si me dejo el cabello mojado, inmediatamente me enfermo.

— ¿Lista? — me pregunta poniéndose de pie y llega hacia la mesa para tomar las cosas que necesita.

Comienza a curarme la herida con mucho cuidado y le comento que sentí un pequeño tirón cuando me bañaba, pero él me asegura que todo está en orden.

Entre Dos SolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora