Cuando vio a la Señora Noris se echó para atrás, llevándose horrorizado las manos a la cara.
— ¿Qué pasa aquí? ¿Qué pasa? — dijo Filch, que se abría paso a empujones entre la aglomeración de estudiantes.
— ¡Mi gata! ¡Mi gata! ¿Qué le ha pasado a la Señora Norris? — chilló a la vez que se fijaba en Harry — ¡Tú! ¡Tú! ¡Tú has matado a mi gata! ¡Tú la has matado! ¡Y yo te mataré a ti! ¡Te...!
— ¡Argus! — dijo Dumbledore, que llegaba con otros profesores, y que pasando por delante de los cuatro chicos cogió a la señora Norris.
— Ven conmigo, Argus — le dijo Dumbledore a Filch — Vosotros también, Potter, Weasley, Black y Granger.
— Mi despacho es el más próximo, director, nada más subir las escaleras. Puede disponer de él — dijo Lockhart algo asustado.
— Gracias, Gilderoy — respondió Dumbledore.
La silenciosa multitud se apartó dejándoles paso. Lockhart, nervioso, asustado y dándose importancia, siguió a Dumbledore a paso rápido, justo detrás de él pasaron Snape y McGonagall y detrás íbamos nosotros, que nos mirábamos unos a otros preguntándonos qué iba a suceder a continuación.
Cuando entraron en el oscuro despacho de Lockhart, hubo un gran revuelo en las paredes. Cuando las miré vi que la mayoría de Lockhart de las fotos se escondían de la vista, porque llevaban los rulos puestos.
Lockhart encendió las velas de su mesa y se apartó, mientras Dumbledore dejaba a la Señora Norris sobre la pulida superficie y se puso a examinarla.
Harry, Ron, Hermione y yo intercambiamos miradas tensas, mirando al resto de tanto en tanto.
Dumbledore acercó la punta de su larga y ganchuda nariz a la piel de la Señora Norris. Examinó el cuerpo de cerca con sus lentes de media luna, dándole golpecitos y reconociéndolo con sus largos dedos. La profesora McGonagall estaba casi tan inclinada como él, con los ojos entornados. Snape estaba muy cerca, detrás de ellos, con una expresión peculiar, como si estuviera haciendo grandes esfuerzos para no sonreír. Y Lockhart rondaba alrededor del grupo haciendo sugerencias.
— Puede concluirse que fue un hechizo lo que le produjo la muerte..., quizá la Tortura Metamórfica. He visto muchas veces sus efectos. Es una pena que no me encontrara allí, porque conozco el contrahechizo que la habría salvado — decía Lockhart mientras daba vueltas alrededor de su escritorio.
Los sollozos convulsivos sin lágrimas de Filch acompañaban los comentarios de Lockhart. El conserje se desplomó en una silla junto a la mesa, con la cara entre las manos, incapaz de dirigir la vista a la Señora Norris.
Dumbledore empezó a murmurar palabras extrañas en una voz casi inaudible. Golpeó a la Señora Norris con su varita, pero no sucedió nada; parecía como si acabara de ser disecada.
— ...Recuerdo que sucedió algo muy parecido en Uagadugú — dijo Lockhart — una serie de ataques. La historia completa está en mi autobiografía. Pude proveer al poblado de varios amuletos que acabaron con el peligro inmediatamente.
Todas las fotografías de Lockhart que había en las paredes movieron la cabeza de arriba abajo confirmando lo que éste decía. A una se le había olvidado quitarse la redecilla del pelo.
Finalmente, Dumbledore se incorporó.
— No está muerta, Argus — dijo Dumbledore con cautela.
— ¿Qué no está muerta? — preguntó Filch entre sollozos, mirando por entre los dedos a la Señora Norris — ¿Y por qué está rígida?
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Legado de dos rebeldes: Selene [Con Fred Weasley]
FanfictionSelene era apenas un bebé cuando su padre fue encarcelado en Azkaban por lo que no recordaba absolutamente nada de su padre, excepto algún vago y fugaz recuerdo de su rostro sonriente lanzándola al aire en mitad del jardín o de su risa retumbando po...