Un estruendo nos despertó.
— ¡¿Qué esta pasando?! — exclamé levantándome de un salto de la cama y asomándome a la ventana mientras las demás se ponían los zapatos, se orientaban y se levantaban de la cama.
La marca tenebrosa estaba claramente dibujada en el nubloso cielo.
— Levantaos ¡Rápido! — exclamé, poniéndome los zapatos con rapidez y tirando de Hermione — tenemos que salir de aquí, ¡los mortífagos han entrado! ¡Vamos moveos!
Cuando bajamos McGonagall estaba también saliendo de la sala común. Nunca la había visto correr tanto.
La seguimos hasta el patio interior, donde la gente se reunía en silencio, mirando un punto en concreto.
Y ahí estaba Dumbledore, muerto.
Harry llegó hasta él y se arrodillo a su lado, quitándole los pelos de la cara mientras yo miraba con horror la escena y pasaba mi brazo por el de Hermione.
Sin Dumbledore, Hogwarts yo no sería lo mismo, y ahora que la única persona a la que Voldemort tenía estaba muerta, ahora que la única persona más poderosa que Voldemort había salido del tablero de juego para siempre, nada podría detenerlo.
Ginny se arrodilló al lado de Harry, abrazándole y consolándole mientras todo el colegio miraba en silencio, profesores y alumnos. Y el cielo nublado me pareció justo, porque no podía estar despejado tras lo sucedido.
McGonagall levantó su varita, con la punta iluminada mientras se empezaban a escuchar relámpagos y truenos a lo lejos.
Todos empezamos a imitarla en silencio, algunos con seriedad, otros llorando.
Pensé que después de la muerte de mi padre no volvería a llorar por nadie, pero me di cuenta de mi error cuando sentí una gota salada entrar entre mis labios cerrados, y me di cuenta que yo también estaba llorando en silencio.
Levanté mi varita al cielo, como el resto de profesores y compañeros, mirando con solemnidad a nuestro director mientras la luz destruía la marca tenebrosa del cielo.
Y por un momento todo pareció mejor, que nuestra unión serviría para vencer a las fuerzas de Voldemort.
— ¿Crees que habría sido capaz? ¿Draco? — le preguntó Hermione a Harry.
— No — dijo Harry con seguridad — No, ya estaba bajando su varita. Al final fue Snape. Siempre Snape. Y yo no hice nada.
— Harry, no podías hacer nada... Eran muchos mortífagos, Dumbledore lo sabía y te ordeno esconderte para que pudieras enfrentarte a ellos más adelante — le dije, mirando el medallón que tenía entre manos y que le dejo a Hermione.
— Lo sé, pero la impotencia de no haber hecho nada... — dijo Harry.
— Lo sé — le dije — créeme que lo sé...
— Es falso — dijo Harry refiriéndose al medallón — ábrelo.
Hermione lo abrió y en su interior encontramos una nota, un trozo de pergamino pequeño y amarillento por el tiempo.
— "Para el Señor Tenebroso. Ya sé que moriré mucho antes de que leáis esto, pero quiero que sepáis que fui yo quien descubrió vuestro secreto. He robado el Horrocrux auténtico y lo destruiré en cuanto pueda. Afrontaré la muerte con la esperanza de que cuando encontréis la horma de vuestro zapato volveréis a ser mortal. R. A. B." — leyó Hermione — R. A. B...
— Ni idea — dijo Harry.
— Me suenan las siglas, pero no sé de qué... — dije apretándome el puente de la nariz, intentando hacer memoria — se que las he visto...
— No te preocupes, Sel, lo averiguaremos, sea quien sea, tiene el autentico Horrocrux — dijo Harry — O sea, todo ha sido en vano. Todo.
— A Ron le parece muy bien — dijo Hermione de pronto — Lo tuyo con Ginny. Pero cuando esté delante, yo que tú mantendría los besitos al mínimo.
— Sí, más vale que lo apliques con todos sus hermanos, Harry — le dije sonriente.
— No voy a volver — dijo Harry, mirando el horizonte — Tengo que terminar lo que Dumbledore empezó. Y no sé dónde me llevará eso, pero me pondré en contacto con vosotras y con Ron cuando pueda.
— Siempre he admirado tu valor, Harry — dijo Hermione — Aunque a veces eres un poco cabezota.
— ¿Un poco? — pregunté de broma — La mayor parte del tiempo eres un cabezota, pero aún así te queremos y no vamos a dejar que lo hagas tu solo.
— ¡Exacto! No pensarás encontrar esos Horrocruxes tú solo, ¿verdad? — secundó Hermione — Nos necesitas, Harry.
— Nunca me había dado cuenta de lo bonito que es este lugar — dijo Harry mientras observábamos los terrenos de Hogwarts desde la torre de astronomía.
En ese momento Fawkes atravesó el cielo, perdiéndose en la lejanía tras rodear Hogwarts.
— Supongo que nunca somos conscientes de la belleza de lo que nos rodea hasta que perdemos algo importante ¿no creéis? — murmuré, mirando el lugar en el que el fénix había desaparecido momentos antes.
— Quien sabe como será Hogwarts el año que viene... — dijo Hermione con un suspiro.
— Peor, eso seguro... — dijo Harry.
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Legado de dos rebeldes: Selene [Con Fred Weasley]
FanfictionSelene era apenas un bebé cuando su padre fue encarcelado en Azkaban por lo que no recordaba absolutamente nada de su padre, excepto algún vago y fugaz recuerdo de su rostro sonriente lanzándola al aire en mitad del jardín o de su risa retumbando po...