Capítulo 51 - Y sus ojos miraban el cielo con sorpresa.

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—    Recuerdo el día que os conocí — nos dijo Hagrid mientras caminábamos por la linde del bosque prohibido — La pandilla más inocente que han visto mis ojos. Supongo que me recordáis a mí un poco. Y aquí estamos ahora, cuatro años después.

—    Seguimos siendo una panda de inocentes — dijo Ron sonriendo.

—    Sí, tal vez, pero ahora nos tenemos unos a otros — dijo Hagrid — Y a Harry, por supuesto. ¡Que pronto será el campeón más joven del Torneo de los Tres Magos! ¡Hurra!

Los cuatro nos reímos mientras Harry avanzaba unos metros por delante de nosotros.

Hogwarts, Hogwarts, Hogwarts — empezamos a cantar Hagrid, Ron, Hermione y yo — Enséñanos algo, por favor...

—    ¿Señor Crouch? ¡Venid! — gritó Harry horrorizado.

—    ¡¿Qué pasa?! — pregunté en cuanto llegamos a su lado, pero no hizo falta una respuesta. El señor Crouch yacía muerto en el suelo del bosque con sus oscuros ojos abiertos hacia el cielo.

Estaba sentada en la sala común con un té que había cogido de las cocinas, ya que aún no me podía quitar de la mente los ojos abiertos de Barty Crouch, asesinado a sangre fría en medio del bosque.

Unas manos rodearon las mías, que temblaba, haciendo que casi derramara el té.

—    ¿Qué ha pasado? — preguntó Fred, levantándose y sentándome sobre él en el sillón.

—    Han asesinado al señor Crouch a sangre fría, en el bosque — murmuré, mirando el té.

—    ¿Cómo te has enterado? — preguntó Fred, sorprendido por la noticia.

—    Nosotros lo hemos encontrado, estaba boca arriba, tirado en el suelo de mala manera y sus ojos estaban abiertos, mirando el cielo con sorpresa y no me puedo quitar esa imagen de la cabeza — dije ahogando un sollozo.

Fred me quitó la taza de té y la dejo en la mesa de al lado para abrazarme y recostarme en su pecho.

—    Esta bien, estoy contigo ¿Vale? — susurró, dándome un beso en la cabeza, con sus brazos rodeando mi cintura con fuerza.

Rodeé sus hombros con mis brazos y escondí mi cara en el hueco que se formaba en su cuello.

—    También creo que estoy enamorándome de ti, aunque intente que no suceda — murmuré después de un rato cuando su abrazo me había reconfortado lo suficiente como para que la imagen desapareciera de mi cabeza.

—    Lo sé, es que soy irresistible — bromeó.

—    Lo que tu digas, Freddie — dije riéndome suavemente.

—    Al menos he conseguido mi cometido — dijo orgulloso para besarme.

Y esta vez le seguí el beso, sentándome a horcajadas sobre él y entrelazando mis dedos con su cabello mientras el gruñía y me abrazaba con fuerza, como si temiera que cambiara de decisión, me levantara y me marchara.

Legado de dos rebeldes: Selene [Con Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora