Legado de dos rebeldes: Selene [Con Fred Weasley]

Capítulo 83 - 30 hijos es un buen número.

— ¿Estas preparada? — me preguntó Harry, tendiéndome el brazo mientras me sonreía.

— Sí, creo que sí — le respondí, pasando mi brazo por el suyo, nerviosa — ojalá mis padres estuvieran aquí. Ojalá nuestros padres estuvieran aquí.

— Ojalá estuvieran, creo que tu padre habría matado a Fred por dejarte embarazada antes de la boda y tener que atrasarla hasta tener los bebés — dijo Harry, intentando no reírse mientras caminábamos hacia el altar.

— Creo que a mi padre le habrían encantado los mellizos — dije sonriendo.

— Estoy seguro de que sí, aunque entre los tuyos y los de tu hermana todo va a ser una locura — dijo Harry.

— Bueno, ya vendrán los tuyos con Ginny — le dije de broma, dándole un codazo cuando se puso rojo — Sois los siguientes.

— Mira hacia delante y deja de torturarme — dijo Harry divertido.

Le hice caso y miré al frente.

Y ahí estaba Fred, tan guapo con su traje que dolía mirarle. Y sonreí con fuerza mientras todo lo demás desaparecía.

La boda se me hizo muy corta y cuando quise darme cuenta Fred me estaba besando, abrazándome con fuerza mientras todos aplaudían y gritaban.

Eris la que más, en primera fila con una gran barriga de embarazada mientras sus tres hijos, menos el último que tenía unos meses de vida, aplaudía y gritaban.

Se había quedado embarazada poco después de la batalla, aunque cada vez que sacábamos el tema Charlie y ella se miraban y se reían como si se tratara de un chiste privado muy divertido.

Yo me había quedado embarazada unos meses despues que ella, que en cuanto tuvo a su hijo volvió a quedarse embarazada, por lo que estaba dando el pecho con una gran barriga mientras yo estaba de parto.

El tercer hijo de Eris, James, había nacido en año nuevo, por lo que nos pasamos el final y el inicio de año esperando su nacimiento.

Al mes anunció que estaba embarazada y en mayo nacieron George y Remus, mis mellizos.

— ¿Estáis seguros de que os quedaréis con los niños mientras nos vamos unos días de viaje de novios? — le pregunté a Eris por séptima vez.

— Sí, de tres a cinco tampoco tiene que ser para tanto — dijo Eris como si hablara de cuidar plantas.

— Además, mi madre esta siempre en casa — dijo Charlie — le falta quedarse a dormir.

— Si estáis seguros que no se diga más — dijo Fred, arrastrándome lejos — ¡Os traeremos otro sobrino cuando volvamos!

— ¡No te pases, Freddie! — grité.

— ¡Eris, vamos a tener 30 hijos y vamos a ganaros! — gritó Fred riéndose.

— ¡Os llevamos ventaja! ¡Vamos por el cuarto! — le gritó de vuelta mi hermana, que también se reía.

— Vaya dos... — exclamé.

— Pero nos quieres — dijo Fred, besándome.

— Con locura — respondí sonriendo.

— Pues podríamos tener unos 30 hijos, es un buen número — dijo Fred de broma.

— No pienso tener 30 hijos Fred, o si quieres sí, pero a partir del cuarto lo pares tú — le dije divertida, haciendo que el hiciera una mueca con la boca.

— Tres o cuatro están bien — dijo Fred, sonriéndome con inocencia.

Serás bribón...— le respondí sonriente.