— ¿Algo del carrito? — gritaba la mujer del carrito del expreso de Hogwarts mientras Ron bostezaba, Hermione miraba el periódico donde se narraban los hechos sucedidos en el Mundial de quidditch y Harry y yo mirábamos por la ventana del compartimento.
Cuando la señora del carrito se acercó a la puerta de nuestro compartimento Harry, Ron y yo empezamos a sacarnos monedas de los bolsillos de los pantalones y nos acercamos al carrito, abriendo la puerta del compartimento.
— ¿Algo del carrito, hijos? — preguntó la mujer, mirándonos.
— Un paquete de babosas de gelatina, una rana de chocolate, un pastel de caldero, una caja de Grageas de todos los sabores y dos varitas de regaliz, que sean dos ranas de chocolate, mejor — pedí, dándole el dinero y sentándome en mi sitio con la compra.
— Un paquete de superhinchables y una varita de regaliz — le pidió Ron — Mejor deme solo los superhinchables.
— Tranquilo, yo pagaré — dijo Harry.
— Solo los superhinchables — dijo Ron.
— Toma Ron, he pillado dos, pero creo que he comprado por los ojos así que más vale que me ayudéis a comerme esto antes de la cena — dije pasándole una regaliz y a Harry una rana de chocolate y un pastel de caldero a Hermione — quiero tener hueco para la cena.
— Esto es horrible — dijo Hermione, dándole un bocado al pastel — ¿Cómo puede no saber el Ministerio quién la conjuró? ¿No había agentes de seguridad?
— Muchos, según papá — dijo Ron con la boca llena — Eso es lo que más les preocupó, que pasó delante de sus narices.
— Te vuelve a doler, ¿verdad? La cicatriz — le dijo Hermione a Harry, que se rascaba la frente.
— Estoy bien — le dijo Harry.
— A Sirius le gustaría enterarse de todo esto, de lo que viste en los Mundiales y en tu sueño — le dijo Hermione en voz baja.
— Sí, Harry, deberías hablar con mi padre, el encontrará información o por qué ves eso en sueños — le dije yo — siempre encuentra lo que busca, es como un sabueso con la información, bueno... y sin buscar información, ya sabéis...
— Estás rara desde los mundiales — dijo Ron, mirándome raro.
Tragué en seco, recordando el beso en el suelo del camping que Fred me había dado, los besos que me había dado y que habíamos dejado allí.
— ¿Y quién no lo está después de lo que paso? — dijo Hermione, volviendo a meter la cabeza en el periódico mientras Harry le escribía una carta a mi padre que mandó con su lechuza desde el tren.
Cuando llegamos al patio de Hogwarts de camino a nuestras habitaciones, donde nos cambiaríamos de ropa, vimos como un carromato tirado por unos preciosos caballos alados del blanco más puro aterrizaba en los terrenos de Hogwarts.
A continuación, un barco enorme salió de las aguas del lago.
— ¡Esto no se ve todos los años! — exclamé, emocionada.
— ¡Ya te digo que no! — dijo Hermione, sonriendo.
Hermione y yo subimos corriendo a cambiarnos la ropa por el uniforme escolar.
— ¡Seguro que es algún evento internacional! — dijo Hermione con emoción — conoceremos gente de otras escuelas, haremos nuevos amigos...
— ¡Ojalá sea el torneo de los tres magos! — dije soñadoramente — Aunque lo dudo porque lo prohibieron después de que uno de los participantes muriera en una de las pruebas...
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Legado de dos rebeldes: Selene [Con Fred Weasley]
FanfictionSelene era apenas un bebé cuando su padre fue encarcelado en Azkaban por lo que no recordaba absolutamente nada de su padre, excepto algún vago y fugaz recuerdo de su rostro sonriente lanzándola al aire en mitad del jardín o de su risa retumbando po...