— Shhh... Nos van a oír — dijo Fred, besándome de nuevo.
Lo pensé, pensé en separarme, pensé en parar, en que no quería evitar que nos oyeran, en que quería y no queria, en la misma medida, que siguiéramos besándonos en el baño de la sala común, donde cualquiera podría oírnos.
Me separé de él al rato, cuando conseguí convencerme de que debería parar.
La imagen se me grabaría para siempre en las retinas y me hizo replantearme el callarme y volver a besarle, pero no quería besar a Fred escondida en un baño o en el suelo de un camping donde nadie nos pudiera ver.
— ¿Por qué haces esto? — le pregunté, mirando como le había dejado el pelo de desordenado, como tenía la corbata torcida, los ojos casi negros y los labios hinchados y enrojecidos. Y me costó no abalanzarme sobre él.
— Por que me apetecía, igual que te apetece a ti — dijo él, acercándose con la sonrisa que ponía cuando tramaba alguna de sus bromas.
— No quiero tener que esconder nada, no creo que el hacer esto solo por que te apetece sea lo que yo busque, así que deberíamos parar — le dije, sería, conteniéndome.
— ¿Lo que tu buscas? ¿Y que es lo que buscas? — preguntó confuso.
— Esto no, no busco besarme con alguien a escondidas con ningun fin en concreto, no busco que cada vez que te de la gana me arrincones en algun sitio por donde nadie más pase solo porque te apetezca besarme — le dije, descorriendo el pestillo tras volver a arreglarme el pelo y el uniforme — Adiós Fred.
Y dicho eso salí del baño.
Queria lo que Eris tenía, lo que mamá tenía. Yo también quería tener a alguien por el que dar todo y que diera todo por mí, alguien al que querer y que me quisiera, pero no quería solo unos besos puntuales en un baño o en un pasillo oscuro, no era suficiente y nunca lo sería.
Estábamos sentados desayunando en el Gran Comedor cuando a Harry se le salió el zumo de la boca cuando fue a beber y a sonreírle a Cho Chang, una chica de Ravenclaw, a la vez.
— Harry, regla numero uno — le dije levantando un dedo — nunca vuelvas a hacer eso porque te quita atractivo.
— ¿Qué? — dijo Harry, riéndose y confuso.
— Eso, el — dije imitando su escupitajo sonrisa — que has hecho. Es gracioso y mono, pero no incita a salir contigo.
— Oh, lo tendre en cuenta — dijo Harry, sonriendo avergonzado.
— No me lo puedo creer. Lo ha vuelto a hacer — exclamó Hermione disgustada para leer el articulo que había leído en el periódico — "La señorita Granger, una chica simplona pero ambiciosa parece estar desarrollando un gusto por magos famosos. Su última presa, según fuentes es nada menos que el bombón búlgaro, Viktor Krum. No se sabe aún cómo se ha tomado Harry este reciente mazazo emocional".
— Paquete para usted señor Weasley — le dijo Nigel, un chico de primero, entregándole a Ron un paquete.
— Oh, gracias Nigel — dijo Ron, mirando el paquete — Ahora no, Nigel, luego. Vete. Le dije que le conseguiría un autógrafo de Harry. Mira, mi madre me manda algo.
Ron abrió la caja con nuestra ayuda y saco una especie de tunica muy hortera.
— Me ha enviado un vestido — dijo Ron extrañado y confuso.
— Te hace juego con los ojos — dijo Harry divertido.
— Y con el cabello — complete, intentando no reírme.
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Legado de dos rebeldes: Selene [Con Fred Weasley]
FanficSelene era apenas un bebé cuando su padre fue encarcelado en Azkaban por lo que no recordaba absolutamente nada de su padre, excepto algún vago y fugaz recuerdo de su rostro sonriente lanzándola al aire en mitad del jardín o de su risa retumbando po...