Legado de dos rebeldes: Selene [Con Fred Weasley]

Capítulo 31 - ¡A ver si se lo dices también a tu querido papaíto!

Esa mañana nos dirigimos a nuestra primera clase de adivinación, el sitio olía a incienso, estaba lleno de mesitas con sofás de distintos colores y en las paredes había estanterias con tazas desportilladas, tazas nuevas, teteras, bolas de cristal y muchas más cosas, todas en un caos sin orden.

Nos sentamos Harry, Ron y yo en una mesa, porque Hermione no estaba por ningún lado.

— Bienvenidos queridos míos. En este cuarto exploraréis el noble arte de la Adivinación. En ese cuarto descubriréis si poseéis la Vista. Soy la profesora Trelawney. Juntos, nos sumergiremos en el futuro. Este trimestre nos centraremos en la Taseomancia, o el arte de leer los posos de té. Coged la taza de la persona que tenéis al lado — dijo la profesora para que nosotros cogiéramos la taza de el de al lado.

Cogí la taza de Ron, Harry la mía y Ron la de Harry y miramos los posos que había dentro.

— ¿Qué veis? La verdad es como una frase en el abismo de un libro esperando a ser leída. Pero antes, debéis abrir vuestras mentes. Antes debéis mirar más allá. Tú, muchacho, ¿tu abuela se encuentra bien? — le dijo Trelawney a Neville.

— Creo que sí — dijo este sin saber que más decir ante la atenta mirada de todos.

— Yo no estaría tan seguro. Dame esa taza. — dijo Trelawney que cogió la taza y sin apenas mirarla la dejo sobre el platillo y puso cara de pena, alejándose.

— ¡Abrid vuestras mentes! — empezó a decir Trelawney, que cuando se acercó a Ron lo miró y grito — Tu aura da paso a la muerte. ¿Estás en el más allá? Ahí te veo.

— Ya — dijo Ron con preocupación.

— Observa la taza, dime lo que ves — dijo Trelawney.

— Sí. Harry tiene una cruz retorcida. Significa agobio y sufrimiento — empezó a decir Ron mientras miraba su libro — Y eso podría ser el sol, eso es felicidad. Osea, que vas a sufrir, pero eso te va a hacer feliz.

— Dame esa taza — dijo Trelawney que conforme toco la taza la soltó y gritó con la mano en el pecho — Oh, mi pobre muchacho. Querido, tienes el Grim.

Todos soltaron exclamaciones de horror.

— ¿Crin? ¿Tiene una crin? — preguntó alguien del fondo.

— No crin, idiota. El Grim — le contesto otro — Adopta la forma de un perro espectral gigante. Uno de los más oscuros augurios en nuestro mundo. Es un presagio de muerte.

Seguimos mirando a Harry de reojo el resto de la clase antes de salir del castillo.

— ¿Crees que el Grim tiene que ver con Sirius Black? — pregunto Ron, que me miro — Lo siento, Selene.

— No te preocupes — le dije, quitándole peso al asunto.

— Sinceramente, Ron, la Adivinación me parece una disciplina absurda — contesto Hermione — Las Runas Antiguas, esa sí que es una asignatura fascinante.

— ¿Runas Antiguas? ¿Cuántas clases tienes este trimestre? — le preguntó Ron mientras bajábamos las escaleras.

— Unas cuantas — dijo Hermione con tranquilidad.

— Un momento, no es posible — dijo Ron, que se quedo quieto en las escaleras, mirando a Hermione — Runas Antiguas es a la misma hora que Adivinación. Tendrías que ir a dos clases a la vez.

— No seas bobo, ¿cómo se puede estar en dos clases a la vez? — dijo Hermione, que le adelantó — ¡Abrid vuestras mentes! ¡Con vuestro ojo interior, ved el futuro!