Capítulo 71 - El Rescate.

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Eris hablaba con Fred, más bien le amenazaba con matarlo si me hacia daño mientras Charlie estaba sentado en el suelo del salón con el pequeño Sirius, que empezaba a dar con torpeza sus primeros pasos en dirección a su padre.

—    ¡Sirius! ¡Ven con la tita, ven! — exclamé arrodillándome a un lado de su trayecto.

El niño paró, tambaleándose y me miró fijamente con sus ojos grises para luego ignorarme y seguir caminando hacia Charlie, tirándose sobre él con los brazos abiertos.

—    No puedes competir con su padre, Selene — me dijo Eris riéndose y sentándose a unos metros de Charlie, con la piernas abiertas y estiradas a los lados para dar unas palmaditas en el suelo delante de ella, mirando a su hijo que giró la cabeza hacia ella con una velocidad pasmosa — Ven con mami, peque.

Sirius se revolvió en los brazos de Charlie, empujando con sus manitas el pecho de su padre para alejarse e ir con paso tambaleante y rapido hacia mi hermana mientras se reía.

En los últimos pasos saltó contra el pecho de mi hermana, que lo envolvió en sus brazos, dándole besos en la cara mientras el bebé se reía y babeaba la mejilla de mi hermana en un intento de beso lleno de saliva.

—    Tu no puedes competir conmigo y yo no puedo competir con Eris por la atención de mi hijo — dijo Charlie sonriendo.

—    Los niños siempre se pegan más a sus madres cuando son pequeños, ya se te engancharán a ti tus hijas — dijo la señora Weasley que le hizo juego al bebé, que estiró sus brazos hacia su abuela, que lo cogió, besando su cabecita llena de cabellos rizados de color castaño rojizos.

—    Venga, es hora de irnos — dijo Moody con prisa, saliendo de casa de los Weasleys.

—    ¿Vosotros no venís? — les pregunté a Charlie y a Eris, que se estaban levantando del suelo.

—    Yo me quedo vigilando los alrededores — dijo Charlie, negando con la cabeza — Y ella no va a salir de esta casa mientras allá peligro.

—    ¿Desde cuando te pierdes estas cosas? — le dijo Fred a mi hermana.

—    Desde que tengo un hijo pequeño y estoy embarazada — dijo mi hermana, sonriéndonos.

—    ¡¿Estas embarazada?! — exclamó la señora Weasley con alegría, corriendo hacia ella con Sirius en brazos para darle un abrazo — ¿Desde cuándo?

—    Estoy de cinco meses, no me enteré hasta que me desmaye en el trabajo y se dieron cuenta — dijo Eris, sonriendo con vergüenza — No había tenido síntomas de nada ni me había crecido la barriga, de echo sigo sin tenerla.

—    Que suerte tienes — dijo la señora Weasley — yo cuando estaba embarazada parecía una pelota gigante, ni me veía los pies, mucho menos llegar a ellos. En breves te saldrá la barriguita como con este pequeñajo tan guapo.

—    Nos dijeron que era niño — le dijo Eris a la señora Weasley en un susurro, haciendo que esta sonriera, abrazándola de nuevo para luego abrazar a su hijo.

—    ¡Como pasa el tiempo! ¡Ya estabais tardando en darme más nietos! — exclamó la señora Weasley mientras tendía al niño hacia su padre, ya que Sirius estaba estirando los brazos hacia él con insistencia.

Le rodeo los hombros con sus rechonchos bracitos y apoyó la cabeza en el pecho de su padre, bostezando.

Fred se acercó a mi en ese momento, pasándome un brazo por los hombros.

—    Quédate — me dijo Fred con seriedad.

—    No pienso quedarme, mi amigo está en peligro y pienso ir — le dije con los brazos en Jarra, caminando hacia donde estaban los thestral.

Legado de dos rebeldes: Selene [Con Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora