Capítulo 27 - ¿Cómo es posible? (1993 - 1994) [3ºAño de Selene]

752 58 4
                                    

Cuando al fin me decidí a llamar a Harry a través de un teléfono muggle, ya que habíamos tenido que ir a comprar uno a una tienda muggle que nos tomó por tontas, me llegó una lechuza de Ron contándome todo lo que había pasado cuando había llamado a Harry.

Basicamente su tio muggle le había gritado que ahí no vivía ningún Harry Potter, cosa que todos sabíamos que era mentira, ya que lo habíamos rescatado de la pequeña cárcel que le habían montado sus tios a nuestro amigo.

Por lo que me enteré por El Profeta y por Ron (y mi hermana, que había subido corriendo a contarnos la noticia con el periódico en la mano saltando de felicidad), el señor Weasley había ganado el premio anual Galleon Draw, por lo que habían decidido irse toda la familia a Egipto, donde Bill trabajaba para el banco de Gringotts deshaciendo hechizos.

Ron me envío una foto, donde salía toda la familia junta.

Había crecido bastante ese verano, y parecía que iba a ser tan alto como sus hermanos mayores.

Habíamos quedado en ir todos la semana de antes de empezar las clases al callejón Diagon a comprar nuestros útiles por lo que pase el verano ayudando a mi madre en el invernadero y haciendo mis deberes, sin olvidarme de enviarle a Harry un regalo de cumpleaños con mi lechuza.

Le había comprado un estuche de cuero con plumas y repuestas y una linterna frontal muggle, de estas que se ponen en la frente, porque seguramente tendría que estar haciendo los deberes a escondidas de sus tios... conociéndolos... en fin...

Cuando me quise dar cuenta llegó el día en que habíamos quedado en el callejón Diagon.

El día anterior a la quedada Eris salió a toda prisa, sin tiempo a poder ver hacia donde iba, ya que corrió tan rápido que cuando asomé la cabeza por la puerta de entrada ella ya no estaba.

No apareció por casa y mamá parecía preocupada, aunque cuando le preguntó ella le dijo que mañana la veríamos, que confiáramos en que estaría bien, pero con más que le insistí en ir a buscarla ella se negó. Seguramente ambas tramaban algo o sabían algo que yo no y que no querían decirme, cosa que hacían mucho.

A la mañana siguiente cogí mi mochila y junto con mamá salimos dirección al caldero Chorreante.

Cuando llegamos los Weasley, Hermione y sus padres estaban todos reunidos en una mesa.

— ¡Selene! — Exclamaron Ron y Hermione, a los que me acerque rápidamente para darles un abrazo.

— ¡Hola chicos! ¿Qué tal las vacaciones? — les pregunte animadamente — ¿Y donde está Harry y Eris?

— ¿Eris? — preguntaron extrañados.

— Si, ayer se fue y no volvió, dijo que nos veríamos hoy asi que supuse que estaría aquí... — dije con preocupación.

— Los gemelos sabían algo, porque se han ido al callejón Diagon, aunque mamá les ha dicho que no fueran — dijo Ron.

Efectivamente, los gemelos Weasley no estaban por ningún lado.

— Eris es inteligente, estará bien, seguro que ha quedado con los gemelos o estaba dando una vuelta por el callejón Diagon y ahora vuelven los tres juntos — dijo Hermione que de pronto entrecerró los ojos mirando algo a mi espalda — ¿Ese de ahí no es Harry?

Ron y yo miramos hacia donde Hermione nos estaba señalando y vimos, efectivamente, a Harry, que bajaba las escaleras que supuse, darían a las habitaciones.

La noticia de que Harry había inflado la noche anterior a su tía había corrido como la pólvora esa mañana y seguramente seguiría circulando hasta que apareciera algo más llamativo que Harry Potter inflando a su tía muggle.

Legado de dos rebeldes: Selene [Con Fred Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora