—Así que eso has estado haciendo todo este tiempo, ¿eh? —Me mira con los brazos cruzados y una cara de decepción, pero se nota a kilómetros que intenta contener una sonrisa.
No sé qué decir, así que solamente me encojo de hombros y asiento con la cabeza.
—¿¡Eso es todo!? —Grita. —¿¡Estás saliendo con Tobías Thunder y eso es todo lo que me tienes que decir!?
—¿Qué más da? —Pongo los ojos en blanco. —Al fin y al cabo sale con muchas chicas por lo que he escuchado, y ni siquiera estamos "saliendo" saliendo.
Sé que estoy intentando convencerme más a mí misma que a Roxy, pero me sale mal la jugada cuando el mencionar a otras chicas me sabe amargo y me quema la lengua.
—¡Nunca así! —Grita, ahora emocionada. —A Tobías siempre se le ve rodeado de chicas, pero nunca se le ha visto hacerles el mínimo caso, siempre las aparta, al menos estando en público y nadie puede decir que ha tenido algo con él más de una noche, a excepción de ti.
—¿Debería preocuparme por qué sabes tanto de él? —Río mientras comienzo a ponerme los zapatos.
—Todos saben eso de él, aunque ahí es donde se termina la información. —Se encoge de hombros. —¡Uy! Averigua sobre su pasado, dicen que nadie sabe en dónde nació, en dónde están sus padres o qué es lo que está haciendo en Seattle, los rumores dicen que busca a alguien.
—Rox, no seré tu espía.
—¡Oh, vamos! No todos tienen esa oportunidad.
—No, Roxy, hablo en serio. Si quiere mantener su vida privada, privada, entonces no es mi problema.
—Pero claro que es tu problema, por Dios, te estás acostando con él.
Por primera vez en mis dieciocho años puedo oler un poco de envidia en sus palabras, y no me gusta para nada.
—No me estoy acostando con él. —Repito por quinta vez.
—Y no entiendo por qué, seguro que un chico como él siempre consigue lo que quiere. —Dice coqueta.
Y eso es lo que me temo, ¿por qué no nos deja llegar más allá?, ¿es esto algún torcido juego? La duda terminará matándome.
—Roxy, por favor, dejemos a Tobías a un lado. Iremos a la fiesta, nos la pasaremos genial y es todo, ¿vale? Nada de andar por ahí preguntando sobre él.
—Pero, ¿por qué no? —Hace un puchero. —Algo me dice que a esta nueva tú le gusta meterse en líos. —Me acusa con el dedo y un tono coqueto.
Suelta una risa y pongo los ojos en blanco.
Se escucha un claxon y las dos sonreímos, bajamos las escaleras y justo cuando vamos saliendo por la puerta, escucho la voz de mi padre.
—¿Saldrás otra vez? —Su tono de voz es un poco desaprobador, pero intenta disimularlo.
—No te preocupes papá, no regresaré tarde.
Le doy un beso rápido en la mejilla y salgo de la casa. Jay nos espera con una sonrisa. Nos subimos a su auto y él y Roxy tienen otra de sus sesiones de besos, pero no me incomoda tanto como antes, Jay es buen chico y Roxy es mi hermana, me gusta verlos felices.
Una vez estando en la fiesta, mis ojos no pueden evitar pasearse por todos lados en busca de ese cabello negro o esa perfecta sonrisa, pero no hay rastro de él.
No sé por qué, pero mi cuerpo comienza a ponerse nervioso, me sudan las manos y me siento patética buscándolo.
—¡Jenna! —Grita Roxy al ver a una chica llena de piercings en el rostro. —No beban nada hasta que regrese. —Nos amenaza con el dedo y se desvanece con la tan Jenna en la multitud.
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Enamorada Del Diablo
Teen FictionDespués de un año, Alyssa regresa a Seattle para comenzar el año más importante de su vida, ese por el que tanto ha sacrificado, pero algo ha cambiado. Algunos pensarían que es imposible notar cuando una sola persona llega a la ciudad, pero se...