—No.
—Sí.
—No. —Dice mientras toma su chaqueta.
—Sí. —Me cruzo de brazos.
—Que no.
—Que sí.
Suelta un gruñido y deja caer la cabeza mientras se masajea las sienes.
—Alyssa, voy tarde. No tardaré más de un par de horas.
—Tobías, voy contigo. De todas formas no tardaremos más de un par de horas.
Se acerca a mí y me acaricia una mejilla, mi sonrisa saliendo a la luz y mis hombros relajándose. Iré con él. Dios, ¿cómo puedo derretirme así de fácil cuando se trata de él?
—Te veo en la madrugada. —Me da un beso en la frente y sale de la habitación.
Bufo y me dejo caer en la cama.
Ha pasado un mes desde que estuvimos ese fin de semana en la playa con Roxy y Jay, y siento que cada día lo amo más. Tobías ha salido algunas veces con nosotros, pero sé que prefiere estar a solas conmigo más que nada. Aunque sé que La Cueva no es un lugar en el que quiere que yo esté, me importa un comino. Tenía toda la razón cuando me dijo esa noche que no estaríamos siempre de acuerdo, pero no me importa, no quiero estar de acuerdo con él, sólo quiero estar con él, quiero conocer a sus amigos, quiero entrar en su mundo, quiero que entienda que quiero el paquete completo, para bien o para mal.
Me levanto de la cama y voy a la cocina, busco entre los botes de especias hasta que encuentro el que dice "cúrcuma" y saco la pequeña llave que hay dentro de una diminuta bolsa de plástico que se pierde entre el amarillo polvo. La enjuago con agua, abro el cajón que está junto a la estufa y regreso la llave a su escondite. Entiendo que su auto es carísimo, pero por Dios, ¿no podría facilitarme el proceso? Tomo la llave del auto y salgo de su casa. Me subo al asiento del copiloto y arranco el motor, sintiéndolo rugir debajo de los asientos. Me ha dejado manejar su auto antes, pero nunca lo he hecho sin él. Decía que era de los dos, ¿no? Pues ya está.
Estaciono el auto frente a la puerta principal de mi casa y suelto un suspiro antes de bajarme y entrar por la puerta. Me encuentro a mi padre tomando una taza de café mientras mira al auto por la ventana de la cocina. Comienzo a subir las escaleras cuando su voz me detiene.
—¿De quién es? —Pregunta, su tono casual, pero autoritario.
Los ojos comienzan a picarme de sólo escucharlo. ¿Ha dónde te has ido, papá?
—De Tobías. —Digo sin mirarlo.
Dos escalones más y me detiene de nuevo.
—¿No ya habíamos decidido que dejarías a ese chico?
—No, papá. Tú lo decidiste. —Me doy la vuelta y lo señalo con un dedo acusador. —Voy a estar con él, te guste o no.
He logrado mantener las lágrimas a flote, pero mi voz entrecortada me delata.
—Alyssa. —Suspira cansado. —Ya nunca estás en la casa, no sé lo que está pasando en tu vida, estás con un chico que tiene ojos de asesino y del que yo nunca había escuchado antes de que se presentara en esta puerta, y ahora llegas con un auto de millones de dólares como si nada. Estoy seguro de que no tienes ni idea de lo que pasa en la vida de ese imbécil.
—¡No te atrevas a insultarlo! —Grito sin poder evitarlo. —Sé todo lo que tengo que saber acerca de él, a diferencia de ti, porque nunca te has interesado por conocerlo, ni siquiera te has interesado en preguntarme qué está pasando en mi vida, simplemente la juzgas.
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Enamorada Del Diablo
Teen FictionDespués de un año, Alyssa regresa a Seattle para comenzar el año más importante de su vida, ese por el que tanto ha sacrificado, pero algo ha cambiado. Algunos pensarían que es imposible notar cuando una sola persona llega a la ciudad, pero se...