-¡Estás de broma! -Grita con emoción.
-¡Noup! -Pego un pequeño chillido.
-¡Mi hermana ya no es virgen! -Roxy grita al cielo mientras alza los brazos en victoria.
-¡Cállate! -Susurro mientras cubro sus labios con mi mano y miro de un lado a otro.
Mis ojos se conectan con los de Tobías, el cual tiene los codos apoyados en el barandal mientras fuma un cigarro, sus labios forman una sonrisa y no puedo evitar ponerme roja porque ahora sabe que le estoy contando a Roxy todos los detalles.
Estamos sentadas a la orilla del mar, las olas van y vienen, mojándonos de vez en cuando.
-Ya lo sabía, es que yo lo sabía. -Dice orgullosa de sí misma. -Se nota a kilómetros que muere por ti, como si aceptaría una bala con tal de protegerte y, básicamente, -Toma un trago de su tequila. -lo hizo. Se puso frente a ti cuando te estaba rociando con el agua, protegiéndote de todo mal. -Suspira enamorada.
-No seas tonta. -Río mientras la empujo con la mano.
-¿Lo amas? -Sus palabras son serias, pero hay un brillo de esperanza en sus ojos.
Miro hacia atrás de nuevo y lo miro mirarme, el cigarro ha desaparecido y ahora me mira serio, incapaz de quitar su vista de mí, teniendo solamente ojos para mí y para nadie más, como si no pudiera cansarse de verme. Suspiro y regreso mi mirada a Roxy.
-Siento que es más que eso. -Bajo la mirada mientras tomo una concha que el mar ha dejado a mis pies y la ruedo entre mi pulgar y mi dedo índice. -Como si todavía no existiese esa palabra que puede explicar lo que siento por él.
-Y, ¿crees que esto tiene fecha de caducidad? -Pregunta curiosa, con tristeza en sus palabras.
No sé de ninguna historia de amor verdadero que no haya terminado en desastre, pero cuando lo miro, cuando estoy con él, cuando lo toco, cuando me sonríe, soy incapaz de creer que el destino me haría una mal jugada. Literalmente lo ha puesto ahí en bandeja de plata para mí, fueron sus propios planes, estábamos destinados a estar, estábamos destinados a ser.
-No. -Sonrío mientras meneo la cabeza. -Por primera vez siento que algo es capaz de durar una eternidad, tal vez incluso más. -Lo miro de nuevo y mantenemos el contacto visual cuando le digo a Roxy: -Ya no puedo imaginar estar sin él
Pega un grito y se lanza a mis brazos, tirando su bebida a algún lado y a mi espalda a la arena, me abraza mientras reímos como locas y le devuelvo el abrazo. Roxy nos hace rodar en la arena una y otra vez, empanizándonos.
-Te amo mucho. -Susurra con felicidad en mi oído, luego levanta la cabeza y toma mis mejillas entre sus manos. -Te deseo toda la felicidad del mundo, Alyssa, no mereces menos.
-Yo también te amo, Rox. -Río.
-¡Hey, Roxy! -Se escucha la voz de Jay a lo lejos.
Las dos alzamos la cabeza y notamos que está junto a Tobías en el barandal.
-¿Vienes a la cama? -Sonríe pícaro.
Roxy maúlla en mi oído y me da un beso en la mejilla antes de correr hacia él. Hemos hablado de Jay y, aunque finjo ser feliz por ellos cuando están presentes, una vez que me quedo sola no puedo evitar sentir un sentimiento de culpa en la punta de mi estómago. Roxy me ha confesado sus verdaderos sentimientos y, sí, le gusta el chico, pero no va más allá que sexo casual y una amistad para ella. Mientras Jay me dice cuánto la ama cada vez que estamos solos, Roxy me cuenta con cuántos chicos y chicas ha tenido sexo mientras Jay creía que estaba en la escuela. El hecho de que se lo esconda me hace creer que le remuerde la consciencia, pero no es así, simplemente se la pasa bien con él y no quiere arriesgarse a perder su amistad. Y, ¿yo? Yo me siento la peor mejor amiga del mundo, para los dos, por un lado por no apoyar las válidas decisiones de Roxy y por otro lado por no ser sincera con Jay al respecto, pero no es mi secreto, no es mi relación.
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Enamorada Del Diablo
Teen FictionDespués de un año, Alyssa regresa a Seattle para comenzar el año más importante de su vida, ese por el que tanto ha sacrificado, pero algo ha cambiado. Algunos pensarían que es imposible notar cuando una sola persona llega a la ciudad, pero se...