Enamorada Del Diablo

Capítulo 41

Me miro al espejo y suelto un suspiro.

—Ya, anímate, que va a venir. —Dice Roxy mientras me toma de los hombros por atrás y me da un beso en la mejilla.

—Eso es lo que me preocupa. —Digo mientras me siento en la cama y dejo caer mi cabeza entre mis manos. —No ha visto a mi padre desde que lo conoció y no le fue muy bien.

—A la chingada lo que piense tu papá. —Dice Roxy mientras toma mis manos. —No te toques el rostro que arruinas mi obre de arte. Todo irá bien, ya verás.

Desde aquí me miro al espejo, mis mejillas sonrojadas, mis labios color rojo mate, mis párpados color oro rosa con disimulados brillos, mis pestañas largas y mis ojos delineados de negro, un poco de brillo sobre mis pómulos. Roxy se ha lucido con el maquillaje y con el peinado. Mi cabello está en un elegante chongo bajo con cabellos ondulados saliendo de él y cayendo a los lados de mi rostro. El vestido es del mismo color de mis párpados con brillos, con corte tipo corazón sobre mis pechos, la tela se pega a la parte superior de mi cuerpo, luego se amarra con un cinturón blanco de tela y la falda cae en estilo princesa hasta llegar por encima de mis rodillas, las mangas son transparentes y cubiertas por brillantina y los tacones son blancos, pero es lo más incómodo del mundo, mis pies aún no se acostumbran.

—Deberíamos bajar ya. —Dice Roxy mientras toma mi bolso de mano que está sobre mi cama.

Ha pasado mes y medio desde que Tobías me hizo el tatuaje, nunca me imaginé lo romántico que sería, pero a veces me descubro a mí misma mirándolo cada vez que puedo, acariciándolo sobre la ropa cuando estoy perdida en mis pensamientos, recordando todas esas veces que sus dedos cubrían al tatuaje con la crema sanadora. Tobías no me advirtió que saldría una costra sobre él, así que entré en pánico cuando noté la tinta comenzar a caerse, solamente logré sacarle una buena carcajada cuando lo llamé desde el baño de la escuela para decirle que seguramente tenía una infección y moriría.

Hemos estado bien desde eso, más que bien, pero hoy es mi cumpleaños número dieciocho y mi padre ha hecho una elegante fiesta en mi casa en donde vendrán mis pocos amigos, socios de mi padre y familia lejana, y me pone los nervios de punta el sólo imaginar a mi padre y a Tobías en el mismo lugar. Mi padre y yo tuvimos una fuerte discusión cuando comenzó a leerme la lista de invitados y yo le dije que Tobías hacía falta, hasta ahora, se opone a que venga, pero quiero ver si es capaz de causar una escena frente a todos cuando entre por la puerta. No sé qué le ha pasado, cada pelea duele más que la anterior, era mi mejor amigo, mi ídolo y ahora... Ahora no podemos estar en la misma habitación sin que sea incómodo. Extraño reírme a su lado, abrazarlo y fingir estar dormida en el auto para que me lleve a la cama en brazos. Lo extraño a él, pero se rehúsa a disculparse o cambiar su postura y ahora que Tobías está en el panorama, las cosas no han hecho más que empeorar porque él es algo a lo que nunca renunciaré, sin importar cuántas veces me lo exija.

—Oh, espera. —Dice Roxy mientras busca algo en las bolsas de ropa que ha traído. —Falta el toque final.

Observo a la tiara llena de diamantes que tiene en las manos. Es preciosa. Es modesta y los diamantes forman pequeñas hojas con ramas y una flor en el centro.

—Dime que son falsos. —La miro con una ceja levantada mientras señalo a los diamantes que tienen pinta de ser costosos.

Roxy pone los ojos en blanco.

—Mi hermana se merece lo mejor de lo mejor. —Dice mientras la coloca con cuidado sobre mi cabeza.

—Esto es ridículo, parece que voy a casarme. —Río mientras toco la tiara con delicadeza.

—Quita. —Dice Roxy mientras me da un zape en la mano. —Podrás usarla de nuevo en tu boda. —Guiña el ojo con una sonrisa.

Una vez estando abajo, los invitados comienzan a saludarme y a darme sus felicitaciones, pero no puedo concentrarme lo suficiente mientras observo la puerta principal, que está abierta mientras un guardia se encarga de dejar pasar solamente a los que estén en la lista. ¿En dónde está?