La gente se hace a un lado para evitar ser atropellada. Max detiene la moto entre otras dos, uniéndose a la fila de motocicletas que esperan detrás de la línea blanca, no intento buscar a Tobías, no quiero encontrarlo.
-¿Motos listas? -Grita la chica parada frente a nosotros, es guapa y su cuerpo es envidiable, lleva una luz roja en cada mano.
Los chicos hacen rugir los motores y mi corazón se une a ellos. ¿Qué mierda estoy haciendo?, ¿qué mierda estoy haciendo?, ¿qué mierda estoy haciendo?, ¿qué mierda estoy haciendo?
Max me entrega un fuerte cinturón de cuero y yo no tengo la voz para preguntar para qué lo necesito, sólo lo tomo de sus manos.
-¿Siamesas listas?
Las chicas que están sobre las motos se bajan, dándole la espalda a la línea de salida y mirando a la multitud. Sin saber qué hacer, simplemente las igualo. Comienzan a girar los cinturones en el aire, y la multitud se aloca, pero yo solamente me quedo parada ahí, incapaz de dar un espectáculo como ese. Las chicas regresan a las motos, pero ésta vez sentándose espalda con espalda con los conductores. ¿Qué carajos? Hago lo mismo y pego mi espalda a la de Max. Observo cómo las chicas enredan los cinturones en sus cinturas y luego le entregan los extremos al conductor y, una vez más, las igualo. Max cierra el cinturón sobre su cintura, haciendo que sea imposible separarnos. Ah, así que por esto se les llama siamesas. Estiro mis brazos hacia atrás y los enredo en el torso de Max, entrelazando mis dedos, para más seguridad.
Mi mirada llena de terror pasea por todos lados, intentando encontrar una salida. ¿Cómo he terminado aquí? Quiero irme, y quiero hacerlo ahora. Antes de poder hacer nada, mi mirada se conecta con la de Tobías, que está a unas motos de nosotros, sus ojos llenos de furia cambian drásticamente al encontrar los míos, llenándose de pánico. Comienza a levantar una pierna para bajarse de la moto, pero no se le hace muy fácil al tener a una chica amarrada a él. Baja la mirada a su cinturón y, justo cuando sus ojos temerosos regresan a los míos, la carrera comienza. Al estar distraído, Tobías sale con unos segundos de desventaja, y yo no puedo evitar pegar un grito al sentir mi cuerpo irse hacia delante gracias al impacto de la moto chocando con el viento.
Lo único que veo es el suelo rocoso, así que alzo la mirada, pero eso es peor, porque puedo ver a dos motos compitiendo entre ellas para rebasarse la una a la otra. En un movimiento rápido, uno de los conductores estira la pierna y patea la moto de su rival, éste pierde el control y la moto cae al suelo, estrellándose con unos botes de acero y sacando chispas a su paso. Mis ojos están a punto de salirse de sus órbitas, incapaces de creer lo que está pasando y mucho menos que yo estoy involucrada en la situación. Puedo ver al conductor que sacó al otro de la carrera dirigiéndose a nosotros a gran velocidad con un rostro lleno de odio, con unos ojos que te hacen saber que hará lo que sea por ganar. No puedo dejar de mirarlo, sabiendo que probablemente seré yo la siguiente que comerá polvo. Justo cuando está a un metro de distancia, Tobías aparece a su lado y hace lo mismo que el chico hizo antes, le da una patada justo en el costado de su torso y el chico se contrae del dolor, perdiendo el equilibrio para luego caer al suelo y girar el círculos hasta chocar con unos obstáculos que, claramente, han puesto ahí para la carrera.
Tobías se queda detrás de mí, rompiendo contacto visual solamente cuando es necesario.
-¡Sujétate bien! -Me grita, y puedo escuchar la impotencia en su voz, puedo ver el terror en sus ojos.
Max mira sobre su hombro por un segundo, captando lo que está pasando entre Tobías y yo, así que decide hacer algo por lo que lo mataré después. Toma más velocidad y alza la parte delantera de la moto, haciendo que solamente la llanta trasera sostenga todo el peso. Tal vez mi rostro no esté a centímetros del suelo, pero así es como se siente. Pego un grito y puedo sentir las lágrimas en el borde de mis ojos, las cuales no pueden caer gracias a la gravedad.
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Enamorada Del Diablo
Teen FictionDespués de un año, Alyssa regresa a Seattle para comenzar el año más importante de su vida, ese por el que tanto ha sacrificado, pero algo ha cambiado. Algunos pensarían que es imposible notar cuando una sola persona llega a la ciudad, pero se...