Capítulo 15

969 49 2
                                    

Apenas entro a la casa, Chase está ahí. Al percatarse de mi presencia se pone de pie y casi corre hacia mí.

—¿Estás bien? —Pregunta observándome de arriba a bajo, como si estuviera buscando alguna herida.

—¿Por qué no lo estaría? —Pregunto, casi a la defensiva.

—Porque no es cosa de nada salir con Tobías, Aly.

—¿Tobías Thunder? —De pronto Roxy y Jay ya están a nuestro lado, inmersos en la plática.

—Sí, ha salido con él.

Chase me mira con decepción y enojo, y no me gusta el tono de su voz, siento como si me estuviera acusando a mi padre por el peor crimen del mundo, intentando hacerme sentir mal.

—¡Cuéntamelo todo! —Como siempre, Roxy comienza a emocionarse, desesperada por saber todos los detalles. —¡Espera!, ¿por eso no dormiste ayer en tu casa?

—¿¡Qué!? —Preguntan Chase y Jay al unísono.

—Oye, siendo sincero, creía que eras un poco estirada, pero ahora me caes incluso mejor. —Jay ríe, dándome un empujón con el hombro.

Le sonrío sincera, me agrada que su reacción sea relaja e incluso aprobatoria, a diferencia de la de Chase.

—No vuelvas a salir con él.

Y todo se detiene.

Las palabras de Chase han sido una orden clara y directa, y Roxy y Jay deciden permanecer en silencio, percatándose de que su tono no me ha gustado ni en lo más mínimo.

—¿Disculpa? —Pregunto como si no pudiera creer lo que acaba de decir. —Y, ¿quién te crees que eres tú para decirme con quién salir y con quién no?

—Soy tu amigo, Aly. Me preocupo por ti y cruzar palabras con Tobías Thunder es buscarse problemas.

—Pues yo sé cuidarme sola, muchas gracias. —Chase abre la boca para decir algo, pero antes de que pueda hacerlo digo: —Será mejor que me regrese a casa, necesito descansar.

—Te llevo. —Dice Chase al instante, y se percata de sus palabras cuando lo miro de mala gana. —Quiero decir, puedo llevarte, si quieres.

—No, gracias.

Salgo de la casa sin despedirme de nadie. Pero, ¿quién se cree que es dándome órdenes? Tal vez estoy haciendo una montaña de un grano de arena, pero me rehúso a dejar que alguien me hable así. Estoy dando pasos fuertes como si fuera una niña pequeña a la que le acaban de decir que no le comprarán su helado favorito cuando escucho:

—¿Necesitas un aventón?

Jay me sonríe mientras agita las llaves de su auto en alto.

—No, gracias. No quiero arruinarte la fiesta. —Me encojo de hombros.

—Me arruinará la fiesta estar preguntándome toda la noche si llegaste a casa. —Dice serio, mientras se acerca a su auto y me abre la puerta del copiloto.

—¿Desde cuándo tan atento? —Río mientras me subo al auto, aceptando que no me haría mal viajar con un conocido.

—Eres la hermana de la chica a la que amo. 

Me mira con una sonrisa en los labios y pone en marcha el auto. Me quedo mirándolo boquiabierta, por tanto tiempo que comienza a reírse.

—Vamos, no me mires así. —Sus mejillas se tiñen de rojo y se me hace la cosa más adorable que he visto.

—¿Estás hablando en serio?

—Estoy hablando en serio. —Asiente con la cabeza, de pronto, no puede dejar de sonreír. —No se lo he dicho aún, me pongo nervioso.

—¡Tienes que decirle!

—Pero, ¿qué tal si no siente lo mismo?

Me mira con unos ojos tan preocupados y dolidos que lo único que quiero es abrazarlo. La verdad es que yo tampoco estoy segura de que Roxy sienta lo mismo por él. No la he oído hablar de otro chico desde que regresé, eso es algo, pero a veces Roxy puede ser muy liberal y espontánea, un día puede amarte y al siguiente aburrirse de ti, pero no puedo decirle eso a Jay, ya tiene bastantes inseguridades como para que yo le agregue una más al montón.

—Creo que solo hay una manera de averiguarlo, ¿no? 

—Prefiero estar como estamos a que me diga que no siente lo mismo que yo. —Dice negando con la cabeza.

—Eres un gran chico, Jay. Estoy segura de que Roxy lo sabe.

—Entonces, ¿tú crees que debería decirle?

—¡Claro que sí!

—Intentaré hacerlo. —Dice mientras me regala una sonrisa. —Y... ¿Cuál es la situación con Tobías?

—"¿Cuál es la situación?" —Río.

—Ya sabes, ¿qué es lo que está pasando entre ustedes dos?

—Nada está pasando, me ha invitado a cenar solamente.

—Entonces... Son amigos.

—No lo llamaría así. —Río. —La verdad es que no sé lo que es, solo sé que salir con él no es la cosa más aburrida del mundo y no tengo ni prisa ni ganas de ponerle una etiqueta, ¿sabes?

Me mira sorprendido y asiente con la cabeza.

—No eres como las chicas que conozco.

—Y, ¿eso es un insulto o...?

—No. —Dice riendo. —Al contrario, me alegra tenerte como amiga.

Debo de admitir que sus palabras hacen que una bomba de alegría me explote por dentro. No sé lo que es, pero no soy muy buena haciendo amigos. Sí, en el instituto conozco a muchos, pero no salgo con ninguno de ellos, ni hablo con ellos fuera de las clases. Solamente tengo a Roxy... Hasta ahora.

La verdad es que la pinta de Jay me ha espantado un poco al principio, no fue la mejor primera impresión, pero siempre es amable, divertido y siempre está dispuesto a ayudar.

—A mi también me alegra tenerte como amigo, Jay.

—Bueno, basta. Que este tipo de conversaciones no son lo mío. Anda, vete a descansar. 

Miro por la ventanilla y noto que estamos frente a mi casa, no me he dado cuenta del tiempo.

—Gracias, Jay.

Me bajo del auto y comienzo a caminar, pero Jay baja la ventanilla y me grita:

—¡Ey, Aly! Sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites, ¿verdad?

Sé que su oferta se trata de Tobías y, aunque no le veo el punto, se agradece tener a alguien en quien apoyarte cuando sea necesario. Asiento con la cabeza y le regalo una última sonrisa antes de entrar a mi casa.

Todo está oscuro y mis ojos necesitan un segundo para acostumbrarse, me quito los zapatos para no despertar a mi padre y subo a mi habitación. Me lanzo a la cama y no me da tiempo de pensar en nada ni en nadie, al menos no antes de caer rendida en los brazos de Morfeo... Eso sí, mis sueños son inundados por la oscuridad, ojos negros, ropa negra, cabello negro, motocicleta negra, intenciones negras.

Enamorada Del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora