En el aire> Londres (HTW)
MARINETTE
—Mimosa on the rocks para el pasajero del 3B, agua mineral para el del 4B y un zumo de naranja para el del 4A... — murmuré en voz baja para mí misma mientras abría un cajón de hielo.
Estaba en el office más cercano a la cabina del piloto, preparando las bebidas previas al despegue de los pasajeros de primera clase. Intentaba fingir que Adrien no era el piloto de este vuelo, que no me había pasado la mano deliberadamente por la cintura cuando embarcamos y que no me había guiñado un ojo, lo que había hecho que todas mis terminaciones nerviosas se erizaran de nuevo.
«No está ocurriendo... No está ocurriendo...».
Para empeorarlo todo, cuando fui a la cabina para preguntarle a él y al copiloto qué querían para almorzar, estoy segura de que le oí decir «¿Hay sexo en el menú?» antes de toser y pedir un filete y una Coca-Cola.
—¿Señorita Dupain-Cheng? —La voz del Halcón hizo que se me cayeran un montón de servilletas. Cuando me di la vuelta para mirarla, frunció el ceño, haciendo un gesto con la mano para que me arreglara el pelo.
—¿Señorita Tsurugi? —pregunté.
—¿Podría explicarme por qué el pasajero del 12C tiene un vaso de Sprite antes de despegar?
«Lo pregunta como si hubiera otra opción...».
—Tiene tiempo para responder en cualquier momento entre ahora y... este momento, señorita Dupain-Cheng.
—El pasajero me comunicó que tenía dolor de estómago porque había ingerido algo picante —expliqué—. Solo estaba aplicando las reglas básicas de Agreste Way.
—No, no lo ha hecho. —Miró por el pasillo y luego me miró con los ojos entrecerrados—. Porque no hay ninguna parte en las reglas básicas de Agreste Way que indique que hay que servir una bebida en un vaso de cristal a un pasajero de clase turista antes de despegar.
Puse los ojos en blanco.
—Los vasos de cristal están reservados para primera clase, y no se servirán hasta que estemos en el aire. Siempre. Los pasajeros de turista solo tienen derecho a un botellín de agua, una sonrisa y una bolsita por si tienen ganas de vomitar antes de despegar. Durante los vuelos, cuando les ofrecemos bebidas, se les sirven en vasos de plástico. Tiene que haberlo aprendido en el curso de formación como asistente de vuelo, y, para mi sorpresa, es un error que no ha cometido antes. Así que no necesito recordarle las numerosas razones de seguridad que hay detrás de los vasos de vidrio y de plástico durante los momentos previos al despegue, ¿verdad?
—No, señorita Tsurugi.
—Bien. —Chasqueó los dedos y señaló la cabina—. Vaya a buscar ese vaso. Ya.
Puse los ojos en blanco mientras recorría el pasillo. Con ella en este vuelo quizá, solo quizá, no me quedaría tiempo para pensar en Adrien.
Le pedí amablemente al pasajero del 12C el vaso de cristal lleno de Sprite, lo sustituí por otro de plástico y terminé de servir el resto de bebidas en primera clase.
Comprobé las solicitudes para la cena de los pasajeros, me aseguré de que los compartimentos superiores estaban bloqueados y vi que las demás asistentes de vuelo se tomaban su tiempo para hacer su trabajo.
Se suponía que tenían que ocuparse de los últimos pasajeros en embarcar en clase business y turista, pero seguían encontrando razones surrealistas para dirigirse a la parte delantera del avión y entrar en la cabina de mando, donde le hacían a Adrien preguntas sin sentido, como asegurarse de que era una Coca-Cola la bebida que quería con el almuerzo.
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Eres mi Anomalía
Random¿Cuántas veces me vas a hacer arder? Tres, cuatro, cinco, quizá diez... ¿Soy yo quien te hace arder a ti? Sí, esto tiene que terminar. Si eres tú quien se aleja primero, seguiré tu ejemplo. Ya te lo he dicho antes y, sin embargo, nunca me marcho... ...