TERMINAL B32

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Nueva York (JFK) —> Londres (HTW)

MARINETTE

Unas horas después, me sonrojé mientras Adrien me hacía apresurarme a su lado después de traspasar los escáneres de seguridad. Ambos íbamos vestidos con ropa sport, y resultaba diferente atravesar el aeropuerto sin las exigencias del trabajo.

—¿Vas a pilotar tú solo el avión?

—No. —Me miró—. Llevaremos un piloto que me relevará a mitad del vuelo y una asistente.

—¿Para qué los necesitamos?

—Para que tú y yo podamos disfrutar de que nos sirvan un almuerzo y follar por encima de las nubes.

—¿Qué? —Sentí que se me volvían a enrojecer las mejillas.

—Ya me has oído. —Sonrió mientras me conducía a la puerta 24A, donde estaba previsto que desembarcara el vuelo de Boston en el que venía mi familia. Me mantuvo cerca mientras esperábamos en los asientos, besándome sin cortarse cada pocos minutos.

Pasaban veinte minutos de la hora prevista cuando los pasajeros atravesaron la puerta y, como sospechaba, los miembros de mi familia —que viajaban en primera clase— fueron los que antes salieron del avión.

—Ahora vuelvo —le dije a Adrien, levantándome para dirigirme hacia mi madre.

—Hola, Marinette —me saludó ella, antes de abrazarme—. Estás preciosa esta mañana.

—¿En serio? —intervino Brittany de inmediato—. ¿Vives en la ciudad de la moda y te has puesto unos vaqueros rotos y una camiseta? Ya veo...

—Estaba siendo agradable, Brittany —se apresuró a añadir mi madre—. Estoy segura de que cuando sea la proposición, Marinette no se vestirá así. Llevará ropa tan adecuada como los demás. ¿Verdad, Marinette?

Arthur movió la cabeza y me lanzó su acostumbrada mirada de disculpa. Mi padre me abrazó antes de decir que necesitaba descansar un poco, y cuando empecé a sacar la tarjeta de acceso al ático del Madison del bolsillo, Chloé comenzó a interrogarme como de costumbre.

—¿Claude y tú os habéis arreglado? —Me lanzó una mirada de simpatía fingida—. ¿O él se ha dado cuenta de que es el pez gordo y tú quien lo necesita más?

—¡Ja! —se rio Brittany—. Llegas tarde. Claude ha pasado a la historia, vi una foto de él en Facebook muy bien acompañado. Alguien que parece que sí sabe hacer algo con su vida. Es escritora, creo.

—¡Oh, maravilloso! —intervino mi madre—. Es increíble. Quizá puedas llamar a Claude y pedirle que te la presente, Marinette. Si es editora, quizá puedas conseguir que te publique tus próximos libros. Quizá te abra las puertas de una editorial importante.

Apreté los dientes, dispuesta a decirles que hasta aquí había llegado y que podía irse a la mierda, pero de repente Adrien me rodeó la cintura con el brazo.

—No —me susurró al oído—. Creo que deberías presentarme —dijo un poco más alto, antes de besarme la frente.

—Mamá, papá... —hice una pausa—, queridos hermanos, les presento a Adrien. Adrien, estos son mis padres y estos mis hermanos, Brittany, Michelle, Chloé y Arthur.

Arthur y mi padre le tendieron de inmediato el brazo para estrecharle la mano, pero todas mis hermanas, y también mi madre, se quedaron paralizadas mirando a Adrien. Parecían muy impresionadas.

—¿Es tu novio? —preguntó Brittany, parpadeando un par de veces mientras se daban la mano—. Esto... mmm... ¿Lo eres, Adrien?

—Sí —repuso Adrien antes de que yo pudiera decir nada, sin apartar la otra mano de mi cintura—. Resulta que se me ha ocurrido sorprender a Marinette hoy con un vuelo. No me he dado cuenta de que coincidía con la propuesta. —Miró a Arthur —. Pero vamos a intentar regresar a tiempo.

Eres mi AnomalíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora