38. Primera cita

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Los exámenes del semestre ya casi acababan y tendríamos unas pequeñas vacaciones. Había logrado aprobar las materias por lo que ya no eran mi mayor preocupación, quedaba poco y acabaría. Aunque no podía decir lo mismo de Mark.

Desde los exámenes apenas y lo había visto, en clases siempre entraba muy temprano y salía bastante tarde. Claro que el canadiense a diferencia de mi no se conformaría con un ocho, él era el tipo de persona a la que un diez le quedaba pequeño. Sólo esperaba que el joven terminara pronto para poder pasar más tiempo juntos.

—¿Qué vas a comer?—preguntó Chenle, captando mi atención.

Lo mire mal—¿No estás viendo? Es pudín, la comida de las personas solitarias.

El chino rodó los ojos.

—Eres el menos apropiado para decir eso, de todos nosotros es quien tiene una relación.

Tocó la llaga.

—¿Relación?—ironice, clavando más profundo la cucharilla en el frasco—Tonterías.

Chenle sin entender volteó a mirar a Renjun y este se encogió de hombros, estaba harto de escuchar mis lamentos.

—Deja de ser dramático, ya tendrás tiempo de hablar con Mark.

Mark mark mark ¿a quién le importaba? A mi no.

—Como sea, sólo quiero que ya sean vacaciones. Me duele el cerebro.

Pronto Yangyang y Eunhee se acercaron a la mesa con sus bandejas, pero estos venían con un alto debate.

—Hey Hyuck, ¿Qué tal el examen?—preguntó Yang apenas tomó asiento—¿Qué pusiste en la pregunta dos? ¿Si era la opción A, no?

Eunhee lo miro irritada—Te digo que era la C, ¿Por qué la respuesta sería 17,5?—se giró hacia mi, pero ya poco me importaba el examen.

—Sí, yo puse la C—respondí.

Las reacciones contratantes de ambos hicieron reír a todos en la mesa. Por su parte, Eunhee parecía bastante contenta con su rendimiento.

—Bien ahora sólo queda biología y libertad—Eunhee jugo con su pajilla un rato hasta que preguntó—¿Qué harán en Navidades?

Aunque cada año íbamos a casa de la familia por parte de mi madre, lo cierto es que este año no estaba seguro. Mamá casi no había mencionado el pueblo y menos los regalos que planearía para todos mis primos y tíos.

Estaba siendo bastante extraño conociendo a la obsesiva mujer, después le preguntaría.

—No lo sé, quizás lo mismo de cada año con mi familia.

Terminé con mi postre y lo tiré a la basura, cruzándome con cierto canadiense en el camino. Este iba al lado de Yukhei y parecían reír de algo dicho por el más alto.

Me preguntaba si sería buen momento para hablarle, al fin no tenía un libro pegado a su rostro o un cartel imaginario de "no molestar" en su frente.

—Hey... ¿Mark?—lo llame tímidamente—Yo, yo me preguntaba si tienes un minuto.

Qué clase de sensación incómoda era esta que experimentaba con el chico que siempre está en mi casa, he besado y técnicamente crio un cachorro.

El mayor se sorprendió por mi alusión, sonriendo y mirando de soslayo a Yukhei que estaba a su lado con una sonrisa de oreja a oreja.

—Oh, claro... yo los dejo—guiñó un ojo a mi dirección cuando lo captó—Ustedes tienen cosas de amigos de las cuales hablar, porque son amigos—volvió a reír más agudo sin apartar la vista.

Clase A  «MarkHyuck»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora