11. Las lindas piernas de Donghyuck

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—Perfecto, paso por ustedes esta noche entonces, muchachos—dijo Eunhee entrando al carro de su chofer—Los quiero lindos y gorditos, eh.

—De acuerdo, si. Hasta luego Eunhee noona—dijo Chenle eufóricamente despidiéndose con una sonrisa de oreja a oreja.

  Mm, ¿quizás debería decirle que a Eunhee le gusta Yangyang?

   No te involucres, Donghyuck.

—Vamos, campeón—empuje su espalda para sacarlo de su pequeño trance, apresurando el paso para irnos a casa.

  Ellos viven medianamente cerca así que siempre tomamos el mismo camino juntos; cosa que nos lleva alrededor de 10 ó 15 minutos a pie. Cada uno estaba inmerso en sus pensamientos sin omitir sonido alguno haciendo del camino un recorrido ameno y tranquilo, suponiendo que al igual que yo estaban agotados pero aún así algo emocionados por la noche que se nos venía; estaba tan sumergido en mi mente que ni cuenta me di cuando ya habíamos llegado a la primera casa cercana, la mía.

—Nos vemos a las 6 de la tarde acá para irnos juntos ¿bien? nada de "me quedé dormido y por eso te vine abrir la puerta dos horas después"—se quejó Renjun tomando uno de mis hombros para despabilarme.

  Tengo un sueño pesado, perdón.

—Está bien, hombros anchos—dije tomándolo de estos para convencerlo de que esta vez no pasará—Aunque saben que no comenzará sino como hasta las 12 de la noche ¿no?

  En ocasiones cómo estás llegó a sentirme como un abuelo atrapado en el cuerpo de un adolescente o inclusive un niño pequeño atrapado en este, porque no comprendo el encanto de que las fiestas de ahora comiencen tan tarde; y yo que pensaba llegar a las 7 de la noche...

  Este es el efecto de no tener una vida social más allá de dos amigos geek.

—¿Y quién te dijo que no invadiríamos tu casa un rato antes de la fiesta, genio?

  Oh, Claro. Fue mi culpa por preguntar.

  Después de entrar a casa y sacar mi bolsa de chucherías que había en la casa porque soy como un niño el cual no puede vivir sin chuchear un rato me dispuse a ver una película en la sala de estar esperando así quedarme dormido y tener suficiente energía para la noche, puesto que en aproximadamente tres horas llegarían los invasores que tengo como amigos; lo cuál termino siendo una muy mala idea debido a que la película estuvo tan buena que solo logro emocionarme aún más y para cuando ya había acabado tenía a dos cabezas de colores detrás de la puerta tocando el timbre como si su vida dependiera de ello.

—¡Ya oí, ya oí!—exclamé yendo a la puerta para darles paso de una vez por todas.

—Tenía que asegurarme—dijo Renjun con simpleza entrando para quitarse los zapatos e ir a la sala dónde recientemente me encontraba—¡Oh, dulces! Toma Chenle—dijo pasándole una de las gomitas que había sobre el mueble.

—Ay, hyung estos son mis favoritos ¿cómo sabías que me gustaban?—me preguntó abriendo la envoltura de las gomitas con los dientes. Mis gomitas.

—En realidad...—comencé pero rápidamente me di por vencido cuando Chenle me miró expectante con una sonrisa en el rostro—Agh, olvídalo. Si, soy muy considerado, cómelas y calla.

  El resto de la noche nos la pasamos viendo series policiacas. Habíamos desarrollado algo así como una pequeña obsesión con ellas, tanto así que al final no había podido dormir como planeé que haría nuevamente. Malditas ojeras, no desaparecerían jamás. El hacer que Mark saltase la clase de hoy había resultado inútil.

  Cuando por fin acabo el episodio decidí que ya era hora de arreglarme, puesto que aún seguía en unos pantalones de pijama y una camisa de casa y seguramente Eunhee llegaría en cualquier momento y nos iba a matar si aún no estábamos listos.

Clase A  «MarkHyuck»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora