Clase A «MarkHyuck»

44. Cuando necesita su tiempo

Eran cerca de las 11 de la noche. Podía comenzar a sentir el bullicio más fuerte, el espacio mas estrecho y más personas saliendo a bailar.

Para entonces ya podía sentir la adrenalina circulando por mi cuerpo, o así era hasta que Mark puso en freno mi segunda copa.

—Bebe despacio—El mayor podría aún tener recuerdos de esa primera vez donde le vomite el carro—Aún es pronto.

—Tranquilo, Mark. Sé moderarme.

El contrario me miro confuso y asintió no muy convencido.

Chenle y Renjun podían darse por perdidos. Estaba seguro que el menor de ellos estaría tomando con algunos universitarios amigos de Johnny, entre ellos; Yukhei, mientras Renjun se hallaba con Jeno en algún lugar oculto.

Eso me dejaba con Mark y su nada molesto amigo, Johnny.

—¿La están pasando bien?—preguntó este.

Mentiría si decía que estaba aburrido, el alto había hecho lo mayor posible para hacernos sentir cómodos. Quizás sólo quizás, sabía de mi disgusto por él y estaba haciendo un esfuerzo extra por agradarme.

—Bueno, puede estar peor.

Falso. Esperaba que comenzaran el beer pong para jugar, era algo que veía en las pelis pero nunca había intentado. En realidad estaba bastante emocionado.

Johnny volteó a mirar a su amigo, esperando entender a esa respuesta, a lo que Mark le tradujo—La está pasando bien.

Dicho eso el mayor de todos se fue, buscando a sus amigos.

—¿Quieres ir a una habitación?—pregunté meloso.

—Ya no caeré en tus juego—negó—Ven, vamos a bailar.

En rendición, seguí sus pasos hasta un sitio con mayor espacio. Comenzamos a movernos al ritmo de la música con uno que otro beso que robábamos del contrario. En un dulce baile lento.

—Hey, recuerda que debemos irnos pronto—recordó Mark. Asentí.

—Ya sé, aún siguen las reglas de tu madre. No soy tonto.

La condición fue regresar antes de las 12, lo que nos dejaba una hora de diversión.

—Sé que es tedioso pero ya está siendo más flexible, créeme. Antes ni nos dejaba estar en la misma habitación solos—recordó—Y ahora no hay nadie que conozcamos a nuestro alrededor que nos impida algo—puntualizó con una connotación perversa.

Sin rechistar me acerqué a los labios del mayor, sintiendo el alcohol antes ingerido por entre sus belfos. Un poco amargos y ásperos al inicio pero mas suaves conforme nuestras salivas se mezclaban.

—Te amo, Donghyuck.

Me separé por la sorpresa de su confesión. El contrario lucia bastante seguro de sus palabras, sin arrepentimientos, sólo su sonrisa dulce mirando mis ojos tímidos y corazón desenfrenado que ahora batallaba con el significado de esa frase.

Me estaba quedando sin aire. Esa palabra era bastante fuerte y a las únicas personas que alguna vez se la dije fue a mis padres. No estaba preparado para ello aún.

—Eres... eres muy cursi.

Mark sonrió. Sabía que evadiría su confesión.

—No sabes cómo trabajar bajo presión ¿eh?—me inmuté—No te preocupes, Donghyuck. Yo solo quería decírtelo. Te amo.

Besé nuevamente sus labios en un corto beso lleno de todo el amor y cariño que le tenía.