20. Celos

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Mark

Ojos cafés, con un lindo cabello oscuro y mechones rosas por doquier, era todo lo que mis ojos podían ver, no porque la chica fuera atractiva, cosa que si era, sino por la inusual atención que Donghyuck tenía sobre ella.

De algún modo el menor parecía encontrarase en total trance y no lucia como si fuese a salir pronto de el.

—Oye Donghyuck, ¿estás bien?—cuestioné tomando suavemente su hombro de forma que reaccionase.

El moreno pareció volver a la realidad y ensanchó una sonrisa aún más grande cuando sus ojos se enfocaron cómo águilas sobre la chica frente a nosotros.

Yo quería suponer que era una amiga, o quizás una prima, aunque yo no veía a mis primas de esa manera...

—¡Chaejun!—exclamó—¿Eres tú? ¿En serio eres tú?Oh por Dios no puedo creerlo, dime que esta no es una alucinación—dijo segundos antes de posar sus manos por el rostro de la chica, rectificando que no eran bromas de su imaginación.

Por mi parte sólo podía limitarme a mirarlos desde mi sitio, fingiendo no prestar mucha atención de lo que sea que estuviesen hablando, cosa que era una mentira total porque me estaba carcomiendo la duda de quién demonios era esa chica y porqué parecía ser muy cercana a Donghyuck, porque claramente del instituto no era.

Cualquiera podría decir que el sentimiento que estaba experimentando eran netamente celos, pero eso era una ridiculez, yo no sabía lo que era ese sentimiento, nunca lo había experimentado. Además de que, no es como si Donghyuck tuviera un papel crucial en mi vida, era tan solo un amigo algo cercano. Yo sólo soy así con mis amigos, un tanto curioso por sus vidas...

—Mm, Hyuckie—llamó la pelirrosa—¿No vas a presentármelo?

El moreno pareció un tanto perdido por leves milisegundos, sin entender a que se refería, volteando su rostro en mi dirección logrando captar lo que aludía la chica.

Fue entonces cuando puse mi mejor cara de indignación y mis brazo se cruzaron en mi pecho, dando un porte más enojado.

Estupendo, no habían pasado ni dos minutos y ya se había olvidado de mí.

—¡Ah! Sí, sí. Obvio—comenzó—Él es Mark, mi profesor de inglés.

La cólera comenzó a desprender de cada poro de mi piel, un enfado que ni yo mismo entendía, un enfado que cambió a desilusión cuando su boca se cerró y su vista se fijó completamente en la intrusa frente a nosotros.

—Un gusto Mark, soy Chaejun—la chica tendió su mano para que la estrechara y continuó—Solía vivir en este vecindario hace algunos años, éramos muy amigos, ¿no es así, Hyuckie?

Oh, es esa chica.

—Sí, muy amigos, los mejores—afirmó el menor—Eso me recuerda, ¿qué carajos haces aquí? ¿no te habías mudado a Inglaterra?

—A mi padre lo transfirieron, de nuevo...—su vista se fue hacia el piso, como si sus zapatos fueran de lo más interesantes—Hyuckie, mamá falleció.

Los ojos del moreno se agrandaron sin poder creerlo y se dejó llevar en el abrazo que ya la chica, también conocida como Chaejun, había comenzado.

—¿La señora Choi? No puedo creerlo, debieron estar devastados, ¿cuándo fue? ¿por qué no me llamaste? En realidad... ¿por qué te desapareciste? Después de un tiempo no volviste a responder mis mensajes ni atender mis llamadas.

Clase A  «MarkHyuck»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora