Clase A «MarkHyuck»

37. Verdadera amistad

Mark

Era lindo creer que no tenía miles de problemas bombardeándome cada cinco minutos y que con sólo solventar uno no tenia otro yéndose por el caño. Mentiras, buenas o malas que terminaron dejándome varado en medio de problemas que yo mismo cree.

Por supuesto nunca espere nada de lo que este año había ocurrido, pero no podía echarle culpas al lindo moreno al otro lado del salón, todo esto se debía a mí y la falsa vida que me cree, pero ahora no era momento para auto compadecerme, era momento de solucionar todas las cagadas en las que me involucré... antes de que fuera demasiado tarde.

Sonó la campana y con ello se fue vaciando toda el aula, era la salida pero no precisamente la mía.

—Hey bro, ¿no te vas? vamos, ven a mi casa hoy, han pasado años desde la ultima vez que nos reunimos—la exageración de Yukhei sacó una que otra risa en mí, nunca habia sido un mal tipo, sólo algo idiota a veces.

—No puedo, debo terminar algunas cosas para el concejo estudiantil.

—Claro, con Minjun—subió una ceja con un tono bastante pícaro como para saber a qué se refería.

—Minjun y yo no estamos más juntos.

—Ya lo sé, por supuesto que lo sé, diablos toda la escuela lo sabe—halo un poco de su mochila con la vista un tanto perdida en el suelo—La verdad... me dolió que no me contaras sobre la ruptura, pensé que estaban en su mejor momento y enterarme por los demás—pausó—Vaya, no lo esperaba, amigo.

La decepción en la voz de Yukhei era lo último que necesitaba en ese momento, ya sabía que la había cagado en todos los sentidos y con honestidad no esperaba que Yukhei estuviese en esa bolsa de personas a las que pedir perdón, siempre vi al chico como el que me daría la popularidad e importancia que quería debido a su jovial personalidad y enorme legado familiar, y si en algún momento lo considere mejor amigo fue porque nunca estuve involucrado en algún otro vínculo social además de Johnny, chico al cuál deje de lado y con quién necesitaba hablar, no obstante; Yukhei no merecía mi hipocresía.

—Lo siento.

El chino a mi lado levantó el mentón sin saber de dónde salieron mis disculpas, fueron las más serias y honestas palabras que alguna vez le había dedicado a Yukhei, quería que sintiera la transparencia tras estas.

—Bueno, no es para tanto—jugó con su cabello—Yo sé que también eres una persona ocupada, pero podemos ponernos al día hoy y-

—No Yukhei, lo lamento por todo, no sólo por no contarte lo de Minjun, hay muchísimas más cosas que no te he contado—solté—Nunca te he tratado como lo mereces, es decir, nuestro chat es mucho más corto que el que intercambio con mi madre y eso deja mucho que desear. Yo... no puedo seguir llamándote mejor amigo, no sería justo para tí—no había nadie en el salón por suerte, sino sería mucho más difícil—En serio, lo siento por todo.

Aunque la tensión se podía sentir aún en el ambiente, me sentía alegre de haber podido ser franco con él.

—Auch—tocó su pecho y negó cabizbajo—La próxima vez me golpeas con un bate, estoy seguro que dolería menos—entonces la característica risa del joven resonó.

—Lo... ¿siento?—La permanente sonrisa del mayor me tenia muy confundido—¿Estás bien?

—Bueno, no me ves llorando... pero estoy destrozado ¿cómo puedes lastimarme así? No tienes sentimientos—Frunció el ceño—... Pero, tienes razón. Me alegra que me lo dijeras, probablemente yo nunca me habría dado cuenta.

—No diría que nunca nunca, quizás algo tardío pero no nunca—Los entrecerrados ojos del contrario me callaron, correcto me estaba excediendo—Si no te molesta, podemos hacer de esta amistad algo verdadero.