Jun a pesar de sentirse muy molesto, también estaba con el corazón a mil revoluciones por minuto, además de estar con las mejillas sonrojadas y por dos causas, el primero por enojo y lo segundo porque—, aunque algo ortodoxo—, fue casi como un secuestro, romántico a su manera.
Solo no caigas.
Le pidió su mente a su corazón y así mismo. Incluso ahorita se preguntaba cómo es que su mente, corazón y él actuaban como si fueran entidades diferentes cuando son la misma, pero con diferentes funciones.
Ahora ¿dónde me llevara?
Se cuestionó y pensó miles de lugares típicos donde le llevaría Jung Min, pero nunca pensó que sería ese lugar.
¿Este será nuestro adiós? — pensó con tristeza y cerró los ojos, su mente le decía que era lo mejor, pero su corazón estaba muy triste sabiendo que tenía que dar la razón a su mente.
Ya debe saber de su hijo, seguro me dirá que ya no puede ser lo que... ¿qué teníamos? Realmente no teníamos ningún lazo formal, más que de amantes, la cual es mal vista.
— Jun— escucho que lo llamo, no se atrevió a mirarlo.
Jung Min presiono más fuerte el volante al notar que Jun no lo vería. Realmente nunca pensó que Jun se molestaría mucho por secuestrarlo, pues no era la única vez que lo hacía. Tampoco era tan romántico, pero es que le gustaba verlo molesto, pero ahora su molestia era diferente y a todo ese cambio lo culpaba a esa jirafa llamado Minhyun.
Carajo, hasta el nombre Min tenemos en común.
— Vamos — dijo Jun sin esperar alguna palabra de Jung Min, no quería escuchar esas palabras, aquellas palabras que martillaban su mente. No.
Hoy es nuestro adiós.
No. No quería escuchar esas palabras.
Por el lado de Min, él sonrió al escuchar esas palabras. Se sintió tan feliz, más aún al escuchar la voz cálida de Jun, se centró tanto en esa calidez que no se dio cuenta de aquel sentimiento oculto dentro de aquella calidez. La despedida.
Jun levanto su mano para abrir la puerta del auto, pero Jung Min inmediatamente coloco una de sus manos en la de Jun.
— Espera — le pidió y Jun se detuvo.
No lo hagas, no dejes que entre más en tu corazón y mente.
— Yo te abriré la puerta— le sonrió lindo y antes que se niegue Jun, Jung Min ya estaba fuera del auto, y abriéndole la puerta como todo un caballero.
No lo hagas más difícil para mí por fa.
Pidió Jun con un nudo en su garganta y más aún cuando Jung Min le tendió la mano para ayudarlo a bajar.
Disfrútalo por última vez— le pidió su corazón y Jun se dijo ya.
— Gracias— respondió con aquella sonrisa sincera. Iba a disfrutar la última noche, su última salida, su adiós, porque desde mañana todo iba a cambiar, al menos para él mismo.
Jung Min no pudo retener sus emociones, hace tiempo que Jun no le hablaba así con cariño, tampoco que le diera tiempo de algo y todo por culpa de ese tal Minhyun, que de seguro ahora esta con el enano Aron, solo esperaba que ese enano consiguiera su sí y dejara luego en paz a su Jun. Sí, su Jun y de nadie más.
Lo abrazo con mucho anhelo y amor, incluso aspiro el aroma de vainilla de aquella cabellera negra, incluso quería oler otro lugar más personal, no solo su cabellera. Quería degustar aquel cuello blanquecino y otros lugares más.
Jun se estremeció ante aquel abrazo, y se dejó llevar por aquel calor. Jung Min en ese momento era su luz, su sol, su ultimo rayo de luz de su ahora vida. La sensación de calidez de ahora era muy distinta al de los demás días. Era claramente que era el adiós y no un adiós cualquiera. Quiso llorar, pero no lo hizo.
Jung Min solo se apartó un poco de Jun, pero sin deshacer el abrazo del todo no quería sentir la soledad nuevamente, no ahora que Jun le dejaba disfrutar de su presencia. Acerco su rostro al de Jun y lo miro con más detalle.
Aquella nariz respingada se vería muy lindo en un niño de Jun y mío.
Pensó Min y sonrió con más ilusión al acercarse más a Jun.
Un hijo suyo y mío.
¿Cómo es que pienso un hijo con él, cuando antes no pensaba en ello con Tiff?
— Porque a Jun lo amas en serio, a Tiff la apreciaste, sentías atracción por ella y un poco de amor, quisieron hacer crecer más ese amor, pero lo único que se consiguió fue que se desvaneciera— respondió su mente.
Tienes razón. Ahora si conozco lo que es el amor. Con Jun quiero todo, toda una vida con él, pero... no podré hacerlo del todo si aún...— negó con la cabeza, lo iba a hacer. Se prometió dejarla ir a pesar que suene egoísta.
Jun cerro los ojos al ver como Jung Min se acercaba más a sus labios, el calorcito fue lo que fue sintiendo, aquella calidez ya muy cerca de sus labios... y Jun se dejó llevar nuevamente cuando sintió los labios de Jung Min en los suyos. Una caricia única, lleno de amor, como si realmente ese fuese la despedida, aunque para Jun si lo era, pero para Jung Min era el inicio de su felicidad.
Sus piernas empezaron a temblar cuando sintió que Jung Min invadió su cavidad bucal, le acariciaba con su lengua aquel lugar, le invitaba a danzar a su lengua con la suya. Se abrazó de Jung Min, del cuello y Jung Min lo sujeto con más fuerza de la cintura, lo acerco más a su cuerpo. Jun correspondió el abrazo.
— Te amo— le confeso Jung Min en medio del beso.
— Yo también— dijo Jun con la voz rasposa y apenas audible por la falta de aire. Para ese momento Jun olvido todo lo que le atormentaba y Jung Min olvido que Tiff tenía que decirle algo importante.
Ambos olvidaron que lo suyo no podía ser, al menos no en esta vida, tal vez si en otra vida, o en la próxima, pero en la de ahora no.
— Disfrutemos de esta noche— dijo Jung Min con una sonrisa.
— Si — se limitó a decir Jun con una sonrisa.
Jung Min sacó su celular y envió un SMS avisando a Tiff que estaba haciéndole el turno a un colega que trabaja en Seúl, pues no podía decirle que la noche lo pasaría con Jun, también apago su celular.
— Dejemos de ultimo la rueda de la fortuna — pidió Jun.
— Tus deseos son ordenes— dijo Jung Min con una sonrisa cálida.
Los dos estaban en Seúl en aquel parque de atracciones que tenía que haber ido Jun con Minhyun, quien no era ajeno a aquella escena.
— Ellos se aman, Minhyun, lo estás viendo— dijo otra voz muy detrás, casi ocultos del Minjun.
Minhyun los vio, y no, no podía negar ello. Esos dos se amaban realmente, pero la realidad era que... ellos eran amantes.
— Lo veo— dijo Min con la voz cargada de tristeza— pero Jung Min está casado, Aron— bajo la cabeza solo un momento para luego ver al chico que dice amarlo— me duele lo que veo, Aron, porque allí veo que Jun está cortando todo ahora con Jung Min y que entrara en un estado... hasta lo ocultara de mí, Aron.
Aron sintió aquella preocupación y abrazo al chico que amaba, le transmitió aquel sentimiento de apoyo.
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¿Amantes? ¡No! [Minjun]
FanfictionNo tenia una buena descripción de él, pero tampoco lo juzgaba, total, con él no era tan ególatra ni tampoco hablaba mucho con él, pero no supo en que momento empezó a tener una ligera amistad con Jung Min.