XXXIV

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Su corazón palpito desenfrenadamente, incluso se pregunto como llego nuevamente a dicho lugar. Lugar donde fue feliz por ultima vez con la persona que ama, porque aun seguía amándolo. Trago aquel nudo en su garganta.

Oh si, es cierto esas palabras. Uno nunca elige de quien enamorarse.

Toco su pecho, el área donde se alojaba su corazón, aquel corazón que protegió por meses y años, y que fue desarmado por una persona. En una persona que nunca pensó que se fijaría. En una persona muy ególatra y perfeccionista.

Luche para no fijarme en ti, perocerro los ojosno ayudastele dijo a su corazóntampoco vos Jung Min.

¡Como es que llegue a fijarme en un hombre casado!

Mi corazón sufre, yo sufro...

Llegó a la puerta, se retuvo. Su mano que iba a tocar la puerta queda tiesa y se preguntó si debería de tocar o simplemente pasar la tarjeta y entrar así.

Tal vez aún no ha llegado.

Opto por la tarjeta y en menos de un segundo sintió una presencia detrás de él.

Jung Min se debatió toda la tarde en ir o no ir, pues tampoco quería escuchar el adiós definitivo, aunque ya lo habían dicho, pero por segunda vez... no iba a poder aguantar.

Ambos iban ser padres, pero para diferentes parejas...

No quiso meter en problemas a Jun. Peor ahora que lo vio feliz con su nuevo noviazgo, embarazo y hasta próximo matrimonio, por ello pidió la habitación de a lado.

Jun no pregunto al del hotel si ya había alguien en aquella habitación, simplemente pidió esa habitación... no quería problemas o ser el chisme aun cuando no era conocido en Seúl.

Jun se quedo tieso, aquel aroma reconocería en cualquier lugar.

Min estuvo atento a la llegada de Jun. Cuando lo vio salió inmediatamente y vio el debate de Jun. Aquello solo confirmaba sus sospechas, que Jun quería cortar y olvidar cualquier lazo que tenían los dos.

— Jung Min— susurro Jun con voz muy suave que parecía un murmullo de lamento y suplica.

Min cerro los ojos. Controlo sus impulsos. Se había alegrado que Jun lo haya reconocido sin haberlo visto.

— Jun — nie, evito decir el diminutivo en voz alta— entremos.

Jun asintió y sintió una pequeña punzada. Esperaba un abrazo de Min, pero no podía querer eso cuando venía a...

Son las hormonas.

Pasaron en silencio. Jun bajo la mirada en cuanto se sentó en aquellos sillones elegantes color caobo de la habitación, no podía ver a la cara a Min, no sin sentir que se rompería en cualquier momento.

Jung Min lo detallo desde los pies hasta el cabello, menos el rostro— por la mirada gacha de Jun—, lo detallaba a tal magnitud como si realmente fuera la última vez que lo vería.

— Jun — lo llamo dulce, no pensaba llamarlo así, pero sus sentimientos hicieron acopio.

Jun tenso sus hombros, sus manos que estaban en sus muslos apretaron su pierna. Min se preocupo por esa reacción. Jun estaba en un mundo lleno de muchos sentimientos—, un remolino— no sabía cómo reaccionar ni como hablar las siguientes palabras que incluso había practicado del cómo le diría, y que con esas palabras saldría rápido de aquella habitación.

Pero no, su error fue citarle en aquel hotel. Aquel lugar que tenia muchos significados para él. El inicio y fin de toda su felicidad.

— Min tengo algo importante que decirte— hablo con voz algo rasposa. No quería sonar así. Carraspeo.

¿Amantes? ¡No! [Minjun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora