XLIII

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Jung Min espero pacientemente en su casa a Tiff, necesitaba hablar con ella y dejar todo en claro, desde que ya no la ama, pero que debido a su actuar tal vez piense que no ama al hijo que esperan. Quería decirle que, si ama a su hijo, al hijo que esperaban los dos y que se haría cargo de los dos.

La puerta se abrió a los treinta minutos de ordenar un poco las palabras que diría a Tiff, pero todo rastro de haber pensado dichas palabras se esfumó al verla con las cejas fruncidas.

¿Quién llega enojada después de una consulta prenatal con el obstetra?

¿O no fue?

Ante la última pregunta que se hizo, sintió un nudo en el corazón. A su mente acudieron imágenes de Tiff discutiendo con Jun.

— ¿A dónde fuiste? — pregunto en vez de preguntarle cómo le fue en la consulta.

Tiff le miro con prepotencia y a la vez con enojo.

— Ya debiste enterarte. Esperaba que preguntes que tal me fue en la consulta. El personal de ese hospital sí que son buenos periodistas— dijo con burla.

— ¿A qué te refieres? — pregunto Min con una ceja alzada.

— No te hagas. Bien sabes que fui a hablar con Jun— dijo con cólera.

— ¿Hablar? — dijo interrogativo y preocupado.

Inmediatamente su celular sonó, notificándoles un mensaje de texto. El remitente era claramente del hombre que no quería saber nada de él. Por la ventana emergente solo leyó:

Cuida de Tiff, hoy altero a Jun y es preocupante...

El mensaje por la ventana emergente no podía leerse completo, pero bastaba esas palabras para confirmar que Tiff estuvo con Jun.

— ¡¿Para qué rayos fuiste a ver a Jun?! — exclamo Min con enojo.

— Veo que más te preocupa él, que yo— dijo ofendida y enojada— estoy harta, hastiada de esto.

— Si tan hastiada estas. Fácilmente lo solucionamos firmando unos papeles— conjuro Jung Min.

— No— negó con fervor— no dejare a mi hijo sin padre.

Jung Min se deshizo el cabello por el coraje que sentía, tenía tantas ganas de golpear algo.

— Ni siquiera me haces caso. Me ignoras. Hasta imagino que harás lo mismo con mi hijo— dijo su incertidumbre Jung Min.

— ¿Y cómo quieres que te trate? — dijo golpeando su mismo pecho Tiff — cada vez que te veo, recuerdo tus palabras hirientes. Aquellas que dijiste que ya no sientes nada por mí y que ahora amas a otro.

Jung Min tomo aire para controlarse. No quería que nuevamente Tiff vaya a un hospital.

En cambio, Jun trataba del mismo modo relajarse, pero su vientre no ayudaba.

— Debo llevarte— dijo Kyu Jong— la atención lo puede hacer otro colega.

— Se pasará. Solo son pataditas— dijo Jun acariciando su vientre con una mueca de dolor.

— Esta contrayendo— dijo Kyu— tu bien sabes diferenciar Jun. Entre patadita y contracción, y esta última está muy sostenida.

— Solo es por lo que...

— No. — dijo con mando— Dami aliste la ambulancia, que lo llevo. No quiero un parto prematuro. Apenas 24 semanas Jun, eso puede ser una amenaza de aborto.

Jun cerro los ojos. Eran síntomas típicos.

Asintió, no quería perder a su bebe.

— Gracias por todo— dijo Jun una vez subido a la ambulancia.

Kyu sujeto la mano de Jun. Kyu realmente se preocupaba mucho por Jun, al igual que por el bebe que esperaba.

— Realmente no quiero atarte a mí. Mereces ser feliz, conocer el amor no solo cariño amistoso— dijo Jun con una mueca de dolor por otra contracción.

— Lo conoceré junto a ti, Jun— beso la mano de Jun.

— Kyu— dijo con voz ahogada— yo ya conozco el amor, y como hubiera querido enamorarme de ti, pero mi corazón acepto o eligió a la persona que no debía.

— Pero yo puedo...

— Kyu. Me duele amarrarte a mí. Creo que lo mejor es...— cerro los ojos— rayos, esto duele— se refirió cuando sintió como iba contrayendo más su vientre— seguro que... Me tocaba mi control de Coombs indirecto, estos días...

— Teníamos que hacerte la inmunización en caso si salía positivo, pero parece que... se adelantó. ¿Nunca preguntaste que tipo de sangre es...? — ni siquiera podía pronunciar el nombre esa persona sin sentir envidia.

— No. No hablamos mucho de ello. Seguro es positivo, sino...

— Eres Rh NEGATIVO, como es que no preguntaste ello— sonó a una leve reprensión.

— Porque no pensaba tener un hijo con él, esto fue...

— Shh — lo chito al ver como los ojos de Jun se ponían algo tristes al pensar aquella palabra.

Su hijo no era un accidente. No, no lo era

— Veras que conseguirán salir de esto.

Jun sonrió a Kyu, y se preguntó por qué no se pudo enamorar de Kyu Jong.

Llegaron a la clínica donde hacían sus controles de Coombs indirecto. Su obstetra al verlo tan solo unos segundos se dio cuenta rápidamente que hizo incompatibilidad sanguínea con su hijo. Lo más seguro es que su bebe sea Rh positivo y aquello este causando dichos síntomas.

— Será difícil realizarle la inmunización. Lo más probable es que recurramos a trasfusión intravascular o intrauterina — dijo como preliminar el obstetra— ¿qué paso? Avanzo de un momento a otro.

— Tuvo emociones fuertes que no pude retener dichas noticias— dijo Kyu Jong como si fuera el culpable.

El obstetra solo negó con la cabeza. No había caso de llamar de atención.

Metieron a Jun al consultorio y le realizaron un montón de exámenes.

El obstetra solo confirmo sus preliminares de diagnóstico. Jun, su paciente junto a su bebe estaba haciendo incompatibilidad sanguínea. Los anticuerpos de ambos estaban atacándose entre ellos, provocando un posible aborto, y a la vez restricción de nutrientes.

— Hay que internarlo— dijo el obstetra y Kyu asintió.

Inmediatamente firmaron papeles junto con los tratamientos que se le daría. Aunque sería algo riesgoso cuando ya los anticuerpos atacaron.

Kyu en ese momento estaba actuando como el padre del bebe de Jun, lo que no podía hacer Jung Min, quien ya relajo los músculos de su rostro.

— Hacerlo vivir dentro de una familia disfuncional, creara traumas, o tendrá concepto erróneo de lo que es una familia— dijo Jung Min— no quiero que sepa conceptos erróneos. Yo me hare cargo de él. Te lo juro.

— Como puedo estar segura que cumplirás tu promesa— dijo Tiff a la defensiva.

— Lo mejor es que nos divorciemos. Solo nos estamos dañando más.

— Lo decís, para luego ir a los brazos de ese.

— No. No puedo.

— Siempre consigues lo que quieres Min. ¡Siempre!

— No te alteres Tiff, por favor.

— No puedo evitarlo. Eso es lo que causa tus palabras— exclamo y se formó una mueca en su rostro.

— ¿Estas bien? — pregunto Jung Min preocupado. Ya estaba pálida cuando llego y ahora estaba más.

— No — apenas dijo y busco una silla donde sentarse.

— Te llevare a la clínica. De seguro tu presión...— y fue a agarrar a Tiff cuando la veo desvanecerse.

La llamo con preocupación para que reaccione, pero nada. Lo único que pedía es que no convulsione. La metió al auto y salió rápido de su casa.

Maraton 1/5.

¿Amantes? ¡No! [Minjun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora