Dos meses pasaron rápidamente para Izuku, el tiempo se fue como agua debido a que trabajó arduamente en sus tareas compensando así todo el tiempo que había estado llorando y lamentándose. Al principio fue un poco frustrante el dejar de pensar en lo mismo pero no hay nada que los libros y el entrenamiento no pudieran borrar.
-Es hora.
Midoriya se levantó de su escritorio y camino hacia el armario donde cogió una muda de ropa deportiva para posteriormente salir de su departamento.
(Me alegra que las clases ya casi
acaben, hasta ahora llevo bien mi
entrenamiento pero ya quiero
concentrarme plenamente en ello.)Media hora más tarde el peliverde ya se encontraba en el lugar donde se reunía con el señor Toshinori a entrenar.
-No pensé que en un tiempo tan corto tuvieras un avance tan notorio joven Midoriya.
-Todo es gracias a la guía que me brinda, no quiero defraudar la confianza que ha depositado en mi.
-Ese es el espíritu entonces comencémos con setenta vueltas trotando.
Midoriya negó con la cabeza y enseguida comenzó a dar vueltas alrededor de la zona marcada. La rutina se completó después de que unas horas pasaron hasta que Midoriya ya no pudo más, estaba totalmente agitado tirado sobre el suelo, sin intenciones de mover un solo dedo pues el dolor de sus músculos se haría sentir más fuerte.
-Yo creo que todo lo que puedo hacer hoy.
-Ya hemos terminado.
"Huerra" fue lo que le dieron ganas de gritar, sin embargo el gruñir de su estómago fue lo que tomó la delantera.
-JA JA JA venga vayamos a cenar.
-Eso, eso estaría estupendo.
Los dos hombres llegaron a un buen establecimiento donde pidieron sus respectivas cenas, intercambiaron un par de ideas que ayudaríancon el entrenamiento y finalmente salieron del lugar satisfechos.
-Bueno yo tengo que ir a otro lugar, regresa con cuidado joven Midoriya.
-Si, nos vemos el próximo fin de semana.
(No hay nada como llegar a tu casa y
saber que puedes tomar una ducha
con agua caliente)El peliverde entonces abrió la puerta de su departamento y así como fue caminando fue quitándose la ropa hasta llegar al baño, giró las perillas del agua y dejó que está se llevará cada gota de sudor y cada rastro de cansancio. Estaba cambiándose cuando el sonido de la bandeja de mensajes llamo su intención, desbloqueo la pantalla y su sonrisa se vió feliz.
"Hola Midoriya, gracias por
dejarme tu número, estaba en un
lugar sin señal pero realmente
valió la pena, dime ¿Estás mejor?"
"Si, ya estoy mucho mejor.
Me alegro que el viaja fuera
bien, ¿Apenas llegaste?.
"Hace unos minutos llegué a
mi casa. ¿Ya cenaste?"
"Pensé que ya descansabas...
Si lo hice¿Y tu?"
"Aún no, pero mi hermana
hace la cena en
estos momentos."
"Muy atenta, ¿Que tal si
descansas y hablamos
en otro momento?"
"Lo es… ¿Te aburro?"
"No es eso, pero debes estar
cansado."
"Se me olvidó cuando me
respondiste."
(¿Cómo debo interpretar eso?)
"Mi madre me está marcando.
hablemos… Otro día. Descansa"
El bicolor se rió internamente por la muy notoria manera de evadir y cortar la conversación, sin duda fue un comportamiento lindo. El peliverde con un ligero sonrojo se avento a su cama enterrando la cara en la almohada.
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El rubio tirado sobre su cama estaba más que enojado. Los mensajes enviados no tenían respuesta, las llamadas iban directo al buzón y su temperamento estaba al borde, amanazaba con destruir cualquier objeto cerca de el.
(Deku no creas que por no contestar
las cosas se quedarán así, tu serás mío
por el tiempo que yo diga.)-Bakugo… ¿Me escuchas?
-Si.
-Entonces apaga la luz y hay que dormirnos.
-Bueno.
El rubio apagó la luz y ambos chicos quedaron a oscuras.
Todos los estudiantes habían llegado un sábado en la noche y tenían el domingo para pasarlo en sus casas o ir directamente a los dormitorios. La madre de Bakugo había ido por él y al ver que mantenía una relación bastante cercana con Kirishima lo invitó a cenar, obvio el pelirrojo acepto. Sin embargo al ser tan tarde el pelirrojo ya no se fue y se quedó a dormir.
-Me voy a ir en mañana Bakugo.
-Pense que te quedarías.
-No es una mala idea pero tengo que checar algunas cosas en mi casa.
-Entonces te acompaño, así también paso a checar un asunto.
-Estaria feliz de que me acompañarás.
-Entonces cierra los ojos ya.
Kirishima sonrió y pese a que la luz estaba apagada Bakugo pudo ver ese gestó, el gesto que también lo hizo sonreír a el.
(Espero que hayas disfrutado
de estos días sin mi maldito
nerd.)
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Me engañaste primero
FanfictionBakugo mi mejor amigo de infancia con el paso de los años se convirtió en mi amor imposible por mucho tiempo. Pero las oportunidades se presentan una vez en la vida y se aprovechan, aún así lo que está destinado a no ser nunca será ¿Quién podrá sana...