Capitulo 25

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-Me siento tan perdido.

El peliverde dejo la figura de All Might en la repisa y se acostó en la cama de su habitación pero por más feliz que se quisiera sentir no lo logró. Todas las expresiones hechos por Bakugo eran desconocidas para Midoriya y no sabía cómo reaccionar ante ellas, ¿De verdad sus palabras eran sinceras?. No, todo este tiempo pudo haber hecho las cosas bien como para que ahora viniera a decir que lo sentía.

Se le había agitado el corazón pero esa no iba a ser una razón suficiente para decirle que lo perdonaba.

-Midoriya la clase acabo.

Le dijo la yuca que últimamente se había vuelto más cercano a él desde aquel incidente.

-Vaya no me di cuenta.

La chica solo sonrió y espero a que esté terminará de acomodar sus cosas para salir juntos.

-Al parecer hoy lloverá intensamente.

-Eso parece.

Dijo el peliverde mientras capturaba gotas de agua que caían lentamente.

-Sera mejor que nos demos prisa para no mojarnos.

La chica como de costumbre se colgó del brazo de Midoriya y caminaron hacia la salida. Iban sumidos en su mimada conversación sobre los exámenes futuros que no tenían en cuenta de quién o quienes podían pasar a su lado, sobre todo el peliverde ya no tenía porque prestar atención a los viernes, ya no había nadie esperándolo ¿O si?.

En los planes de Bakugo estaba muy marcado el volver a tener al peliverde en sus manos y si quería lograrlo tenía que esforzarse por lo que ese fin de semana lo sacrifico y decidió ir a buscar a su conquista a la escuela, se vistió bien, compro un pequeño ramo de flores e Inclusive mintió a Kirishima cuando lo vio salir tan bien vestido y todo para que mi caso le hicieran.

Si. Midoriya lo había ignorado totalmente a pesar de ehsber pasado a solo cinco centímetros de él.

-Midoriya.

Llamó en voz alta sin sonar molesta, solo con la suficiente potencia para ser escuchado.

Cuando el joven escuchó su nombre se tenso enseguida, era como si su cuerpo ya estuviera mecánicamente preparado para reaccionar cuando escuchaba su nombre en aquella voz tan conocida.

-Ba-kugo, ¿Qué… que haces aquí?.

La chica se detuvo al mismo tiempo que su compañero.

-Vine a recogerte.

Se aguanto las ganas de reprocharle todas las cosas pasadas de nuevo.

-Yo… lo siento no te ví.

Bakugo iba a responder pero la lluvia no se lo permitió ya que empezó a caer fuertemente. El rubio no hizo más que chasquear la lengua, acercarse a la parejita que tampoco se había movido un centímetro y habrio la sombrilla que traía con el cubriéndolos a los tres.

-Vamos a casa.

El peliverde estaba en blanco y solo el tirón en su brazo los hizo reaccionar, había olvidado que no están solo él.

-Sí, pero primero iré a dejarla.

La chica podía notar la tensión que se formó en ese momento y pudo sentir la pesadez que tenía la mirada de aquel rubio sobre ella.

-Izuku… gracias.

Los tres comenzaron a caminar rumbo a la estación y en la esquina habitual un taxi ya esperaba a Inma para llevarla a casa y tan pronto como se fue Bakugo estampó a Midoriya en la pared de una tienda besándolo bruscamente, afortunadamente la sombrilla cubría sus rostros.

-Kac-chan, basta.

Apenas pudo decir Izuku después de separar al rubio con todas sus fuerzas, sentía como sus mejillas estaban calientes y su respiración se ponía poco a poco normal.

-Lo siento Deku pero ya no puedo esperar más, toda esta semana aguante el anhelo de no buscarte porque no tenía tu número para llamarte.

Bakugo tenía la mirada gacha y con rigidez dirigió el ramo de flores en la dirección de Midoriya.

-Las compré para ti pero están completamente arruinadas.

Midoriya sonrió, tomo el ramo, las admiró y sin pensarlo dos veces abrazo a ese rubio que desconocía pero le gustaba.

-Tienes razón es hora de ir a casa.

El rubio acurruco su rostro en el cuello de Midoriya aspirando su aroma, dentro de si estaba lleno de regocijo por la tan positiva respuesta que había logrado con un par de palabras.

Me engañaste primeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora