Capitulo 24

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-Bakugo… ¿Que haces aquí?.

-No Midoriya la verdadera pregunta es ¿Qué hace el aquí?.

El ambiente se puso muy tenso debido a las interrogantes tan agresivas. A Todoroki desde luego que el tono de voz le parecía fuera de lugar para simples amigos.

-Si tienen algo de que hablar yo puedo irme, Midoriya yo…

El peliverde tomó la mano de Todoroki y le sonrió calmadamente.

-No Todoroki, estoy seguro que debe ser uno de esos días en los que Bakugo está enojado y quiere descargar su coraje. Además yo te invité sería muy maleducado de mi parte si te fueras así.

Midoriya en ningún momento soltó la mano de Todoroki, se pasó de largo a Bakugo y abrió la puerta de su departamento. Dejo las llaves en un mueble del recibidor y guío al rojiblanco a la sala.

-Bakugo si quieres entrar entonces entra y cierra la puerta o bien podemos hablar otro día.

El rubio dió un golpe seco a la pared y entro al departamento azotando la puerta. Todo su buen humor se había ido así como había llegado.

-¿Quieren beber algo? Tengo un poco de todo.

-Yo estoy bien con cualquier cosa.

-A mí dame un vaso de jugo nerd.

Midoriya asintío sirviendo jugo con unos cubitos de hielo para ambos.

-Aqui tienen, prepararé el desayuno.

Izuku se retiro y los dos invitados se quedaron solos sin siquiera perderse con la mirada. Estaban sentados frente a frente y el movimiento más notorio era el de las gotas resbalando por los vasos de vidrio.

-¿A qué veniste mitad y mitad?

-No es de tu importancia Bakugo.

Eso hizo que el rubio frunciera aún más el ceño.

-¿Y tú? Pensé que estarías con Kirishima.

-Tampoco te importa que haga o deje de hacer.

-En eso no puedo estar más de acuerdo ya que aplica para los dos.

Todoroki no pudo más con el incómodo momento y se levantó del sofá comenzando a observar los pequeños portarretratos que tenía el peliverde.

-No es tu casa como para que…

-Es mi invitado y puede vagar de aquí para allá tanto como quiera.

-Vaya sin lugar a dudas la confianza abunda por aquí.

-Ya cállate Bakugo. Todoroki ya serví el desayuno, espero que te guste, no soy buen cocinero.

-Estoy seguro de que estará delicioso.

Todoroki paso primero hacia la mesa e Izuku lo siguió detrás. Ese acto hizo molestar aún más al rubio, y aunque a él no lo invitaron a tomar el desayuno también paso al comedor.

Muestras comían los únicos que hablaban eran el rojiblanco y el peliverde, el rubio era como una silla más en ese lugar, habían tratado de incluirlo en la plática pero era más que imposible. Al final Todoroki ayudo a levantar la mesa y a lavar los platos, él insistía en que quería ayudar con algo.

-Gracias Midoriya estuvo delicioso.

-Me alegra que haya sido de tu gusto.

-Entonces me voy llendo, al parecer Bakugo quiere hablar contigo en privado.

-Esta bien, lamentó que tengas que irte en estas condiciones.

-Para nada, hablemos más tarde y veámonos otro día.

-Claro, adiós.

Todoroki salió del departamento y Midoriya cerró la puerta con calma.

-Bueno habla.

El rubio se acercó con pasos lentos a Midoriya quien todavía tenía la mano en la perilla y la cabeza sobre la madera de la puerta. Colocó sus brazos alrededor de la cintura del más bajo quien tembló al sentir el calor ajeno.

-Suéltame por favor ya no tenemos ese tipo de relación.

-Claro que la tenemos, se lo que dije pero de verdad estaba muy molestó y hablé de más.

-Pero siempre es así, nunca me das la oportunidad de explicarme.

-Todos cometemos errores y tenemos derecho a ser perdonados por eso he venido hoy aquí.

-Bakugo para mí está vez tu actitud y tu molestia llegó demasiado lejos y yo ya no quiero seguir.

-No digas eso Izuku, yo te quiero demasiado… si no fuera así los celos no tendrían que haberse presentado hace un momento de tan solo ver lo cercano que eres con el.

-¿Sentiste celos?.

-Aun los siento.

-Sin embargó yo así me sentía cada vez que salíamos pero no podía quejarme porque ante los demás solo somos amigos, te lo dije muchas veces, no me gusta esconderme.

-Si me perdonas y pones a reconsiderar nuestra relación prometo comenzar a cambiar.

Bakugo volteo a Midoriya para que quedarán frente a frente. Su mano en la cintura del peliverde se deslizaba muy lentamente acariciándolo como los toques delicados por el rostro pecoso y la mirada que le dedicaba era tierna como si esa faceta explosiva no existiera.

-No se yo… necesito pensar.

-Te daré tiempo, porque se que no he sido el mejor hasta hoy pero realmente espero que sea una respuesta positiva.

El rubio se acercó buscando los labios de Midoriya pero este lo evito y a regañadientes Bakugo dejo un beso en la comisura de los labios del peliverde.

-Deje un regalo en la mesa espero que te guste.

Antes de irse del departamento sonrió como nunca antes lo había hecho frente a Midoriya y se fué.

(Eres peor que una tormenta Bakugo.)

Me engañaste primeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora