Capitulo 23

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A la mañana siguiente Midoriya se levantó muy temprano y salió de su casa para ir a correr como últimamente lo hacía. Había cogido una botella de agua y un trapito para limpiar el sudor.

Mientras tomaba un corto descanso en una de las bancas en el parque alguien llamo su atención.

-Hola Midoriya,

El peliverde volteo cuando sintió el delicado toque en su hombro.

-Todoroki, vaya no esperaba verte por este lugar.

-Ni yo a tí, a veces vengo a este parque a correr en las mañanas.

-Yo también, bueno digo no llevo tanto tiempo como tú tal vez pero también hago ejercicio, eso no quiere decir que no lo hiciera antes y… mejor me cayó.

Todoroki ante ese gestó tan habitual solo sonrió y le alborotó el cabello.

-Has ganado músculo, tal parece que pronto seré dejado atrás.

-Pero que cosas dices, jamás podría llegar a igualar tu entrenamiento.

-Yo digo que si, por cierto ¿Por qué cambiaste tu número?

-Mi celular anterior se dañó y decidí cambiar tanto el equipo como mi número.

-Ya entiendo. ¿Y... qué tal con tu novio?

-Eh… El… ya no estamos juntos.

Midoriya tenía la cabeza gacha y los dedos jugueteando cuando respondió. Todoroki por su parte sentía una extraña satisfacción al escuchar esas palabras, era como si el mayor de los pesos hubiera desaparecido de uds hombros.

-Lo siento por ti pero a mí parecer el no era una buena persona.

-Tal vez… ¿Te gustaría ir por un helado? Yo invito y es que ya se me acabó el agua y quiero regresar a casa pero comiendo algo frío y que sea dulce…

-Si me parece una buena idea, además ya que viene de ti debo aprovechar.

Midoriya rio al igual que ambos caminaban rumbo a la heladería más cercana, pidieron dos conos de helado y caminaron un poco sin sentido por las calles y el parque.

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-Ya estoy listo Bakugo.

Le gritó el pelirrojo desde las escaleras al rubio. Ambos se habían levantado temprano y se arreglaron para salir.

La madre de Bakugo había preparado un desayuno y estaba un poco desanimada por el hecho de que el pelirrojo no se quedará más tiempo. Ciertamente Kirishima les había caído muy bien a los padres del rubio.

-Vámonos, no quiero que llegues tarde a tu casa por mi culpa.

-¿Preocupado?

-Tonto, claro que sí.

Susurró el rubio para si mismo.

Ambos chicos llegaron al subterráneo donde empezaba su recorrido. Bakugo lo acompañaría a la mitad del camino y se bajaría en la estación que llevaba al departamento del peliverde.

-Me agrada mucho tu familia además tú mamá es muy intuitiva.

-¿A qué te refieres?.

-Ella me dijo en la cocina que le agrado como tú pareja.

Bakugo se desconcertó. En todo este tiempo que había estado saliendo con Midoriya sus padres jamás dijeron nada y mucho menos sospecharon de ellos, ¿Que diferencia había entre uno y el otro?.

-Eso me evita decirles las cosas.

-Pero aún así debes ser claro con ellos  y... debes hablar con el.

-Te dije que lo haré.

Kirishima no dijo nada más y se recostó sobre el hombro del rubio quedandose dormido. Sin pensarlo mucho Bakugo acomodo la cabeza del pelirrojo para que esté no se lastimara y pese a que ese acto lo molestaba cuando pasaba con Midoriya extrañamente con Kirishima se sentía bien. No lo entendía o mejor dicho no se entendía.

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-Me está dando hambre, ¿Quieres ir a comer algo?

-Yo también estoy empezando a sentir eso, pero mi casa no está lejos si quieres podemos comer en mi casa.

-¿Eso es una invitación Midoriya?

Las mejillas del peliverde se incendiaron cuando escuchó esas palabras.

-¿Invitación? Si, si a comer, no hay otra razón, además está cerca y no gastaríamos dinero.

Midoriya por reflejo comenzó a caminar más rápido y con la vista al suelo.

-Entonces acepto, quiero saber dónde vive Midoriya.

-No es un gran lugar, es pequeño.

Mientras platicaban llegaron al edificio de clase media dónde estaba situado el departamento de Midoriya. Entraron al elevador y cuándo se abrieron las puertas en el cuarto piso una gran sorpresa los recibió. En el piso estaba sentado un chico de cabellera rubia ceniza.

-Hasta que lle-gas…

Los tres se quedaron en un silencio incómodo.

Me engañaste primeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora