Capítulo 5

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Midoriya se despertó muy tarde ese domingo y palmo en la cama en busca de su novio al cual no encontró, se levantó rápidamente mirando en dirección al baño el cual estaba vacío.

-Vaya tal parece me han abandonado tan pronto amaneció.

Descalzo camino por el piso y se dirigió a la sala en donde encontró una nota escrita con una letra muy apenas legible.

Te espero en la cafetería Dulce Burbuja
a las 3:00 PM, más vale que no llegues
tarde si no te mato...salí a la UA por una
emergencia.                                   Bakugo

(Con esas opciones tengo que ir no es así)

Río un poco por la idea de imaginar al novio asiendo una rabieta. Poco a poco fue quitándose la ropa para llegar al baño y meterse rápidamente bajo el agua tomando así una refrescante ducha.

Lavó con un shampoo de cereza su cabello y con una pastilla de moras limpio y perfumo su lindo cuerpo, salió de la ducha y al verse en el espejo pudo ver las pequeñas marcas que el rubio le había dejando, si bien aún no pasaban a ese paso nada les impedía jugar un poco.

-Creo que deberé ponerme algo que cubra mi clavícula y cuello.

Rápidamente dispuso algunos conjuntos casuales sobre la cama y se los fue probando hasta quedar satisfecho. Tomo un poco de loción que esparció sobre sus muñecas, acomodó su cabello y en la puerta se colocó sus zapatos limpios.

(Debería comprar un regalo.)

El peliverde paso por una tienda que vendía pequeños accesorios y de entre ellos escogió un brazalete de estilo vikingo en color negro que pidió amablemente fuera envuelto en una cajita naranja con franjas negras.

-Gracias vuelve pronto.

-Gracias a usted señora. _sonrisa._

Emocionado llego al café del cual se dejaba escuchar un jazz clásico que te relajaba al instante. El mesero lo guío a la tercera planta donde las mesas estaban al aire libre y se podía disfrutar de un fresco momento.

-Tomare su orden caballero.

-Aun no porfavor, estoy esperando a alguien.

Menciono Izuku mientras veía la hora en su teléfono. El mesero asintió y se retiró amablemente.

Dieron las tres en punto y el pecoso se puso nervioso puesta está era una de las pocas veces que había tenido una cita. Reparó en su ropa, se arregló el cabello y se aseguró de tener el regalo en buen estado, de pronto escuchó una pequeña risa, giro su rostro y  a dos mesas de el vio a un muchacho de cabello bicolor que sostenía en sus manos un libro, no le tomo mucha importancia e ignoro todo mientras esperaba a su novio.

Pero los minutos de espera se transformaron en minutos de inquietud. A este tiempo ya había pasado hora y media y el mesero ya llevaba 4 vueltas con la misma frase "puedo tomar su órden".

Los mensajes acumulados en el chat ya eran al rededor de 15 y las llamadas sin contestar más o menos 8, más que molesto por la espera le preocupaba que al rubio le hubiese pasado algo y está vez llamo al mesero pidiendo un café bombón para poder calmarse, lo dulce tal vez podía disminuir su ansiedad pues igualmente pensaba que estaba siendo plantado.

-Vaya, parece que no he sido el único al que han dejado solo este día.

Deku voltio de nuevo y esta vez se topo con un par de ojod desiguales que lo veían fijamente mientras la mano derecha del sujeto dejaba la tasa delicadamente sobre el platillo de decoración simple.

-¿Me hablas a mi?.

Dijo Deku mientras miraba toda la plata y se señalaba al mismo tiempo.

-No creo ver a otra persona en este piso aparté de ti.

El de aspecto bicolor hizo sonar una pequeña campana con la cual un mesero se acercó, le ordenó que se llevará la tasa y trajera una nueva a la vez que se acercaba a dónde estaba Izuku.

-Ya que hemos sido abandonados ¿Por qué no conocernos ya que estamos solos?.

Deku un poco nervioso repaso su mirada por la anatomía del chico que vestía totalmente de negro pero aún así no sentía intranquilidad, además de que tenía una buena cara.

-Es-ta bien, y tú... ¿A quien esperabas?.

Susurró Deku muy bajito y tímido, mantenía la cabeza gacha y jugaba con sus dedos bajo la mesa.

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En la UA Baguko estaba con algunos cuantos compañeros de sus clase en el taller en donde hacían sus trajes de héroes, ya que algunos necesitaban mejoras y para ello necesitaba a los estudiantes.

-Bakugo vamos a comer algo, a tu traje y al mío aún les faltan varios ajustes y no tenemos nada que hacer.

-Callate maldito nerd solo voy contigo por que tengo hambre.

-Bien, vamos a la cafetería.

Al explosivo rubio se le había olvidado por completo aquella cita que el había puesto y solo pensaba en que llegaría con Deku, tomaría sus cosas y regresaría a la UA.


Me engañaste primeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora