XLV. El tiempo vuela (parte 1)

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18 de septiembre

Los tres últimos días se habían pasado volando, las clases habían empezado muy bien. El grupo del patio de Cristian me había acogido muy bien, en estos tres días me he sentido muy cómoda. El viernes me encontré con Alejandra a la salida del insti, el entrenamiento del jueves nos dejó a las dos rendidas. Y sin darme cuenta había pasado la primera semana de clases. Pedri y yo habíamos hablado, pero no nos habíamos vuelto a ver. Sé que hoy tiene partido. Nada más levantarme, desayuné y me puse a hacer los deberes, en la agenda tenía apuntados los de física, matemáticas, dibujo técnico e historia. Música y acción.

En teoría, Chiara y yo íbamos a hacer videollamada, pero no daba señales de vida. Ayer saldría de fiesta seguro. Antes de lo esperado acabé con los deberes y aún pude descansar un poco antes de comer. Cogí el móvil y vi que no tenía mensajes, así que bajé al comedor con mis padres. Mi madre ya tenía la comida preparada.

-¿Puedo comer ya?

-Tu padre aún tardará un poco, pero si quieres puedes comer tú.

Fui a la cocina y me puse la comida, seguramente cuando terminara Chiara ya se habría levantado y podríamos ponernos al día. Y efectivamente así fue. Al volver a subir a mi habitación, Chiara ya me había llamado 3 veces.

-Buon giorno principessa!

-Mi dispiace bella Val!

-Si te lo pasaste bien anoche, no me importa.

-Bien... a medias. Salimos a cenar Anna y yo con Francesca, pero cuando volvimos a casa, empezamos a discutir.

-¿Sigues sin contarle lo que pasó aquí?

-Val... ya encontraré el momento perfecto.

-Otra excusa más...

-Venga, Val no seas tan dura. ¿Y tú que tal con el jugador revelación?

-No le llames así...

-No soy yo, sale mucho en la prensa digital española.

-Serás la única lectora de ellos en Milán.

-No evadas la pregunta, contéstame.

-Voy, voy... Pues bueno, desde el martes que estuvimos hablando por videollamada, hemos intercambiado algún mensaje por la mañana y antes de dormir. Ayer me dijo que viajaba para jugar hoy el partido. Bueno, me dijo que fuese a verlo a su casa con su hermano, pero después de lo del follón por lo de la cafetería paso.

-¿Pasas? Es el momento perfecto para dejarle las cosas claras a su hermano.

-No sé, creo que volver a verle jugar puede que no sea una buena idea.

-Por esa parte, te entiendo. Piensa que en pocas ocasiones vas a poder hablar con su hermano, mejor ahora que después.

-Lo pensaré, gracias Chi.

-¿Y el instituto?

-Bien, nada es lo mismo sin ti, pero mejor de lo que esperaba. He conocido a Cristian, un chico y dos de sus amigas, con ellos he estado esta semana. Eso sí, muchos deberes.

-Eso no cambia en ningún país amiga. Aquí como siempre.

-Chiara, si tú fueras yo ¿Qué harías con el vecino?

-Yo lo tendría clarísimo. Si me gustase, disfrutaría del momento, nunca sabes lo que puede pasar. Es normal reaccionar así por la noticia, pero si sigue ahí es por algo ¿no?

-Me dijo que me esperaría el tiempo que necesitase ¿Sabes? Tengo una contradicción interna muy fuerte, por una parte me fastidia mucho como pasó todo, me gustaría que todo hubiera sido diferente, pero por otra, me siento muy atraída por él y si su trabajo no fuese ese, no habría problema.

-Val, el problema lo pones tú. Él no fue honesto desde el principio claro está, pero de momento no ha dado indicios de ser un cabrón. Pero vamos, tú eres libre de elegir con quién quieres estar. ¿Cómo te sientes cuando estás con él?

-Me siento bien, pero no dejo de pensar en que me mintió.

-La prueba de fuego, ¿piensas en él cuando te levantas?

-Sí, pero...

-Nada de peros, te has contestado tú misma.

-No todo es tan fácil, Chi.

-No voy a insistir más, cara Val.

-Gracias, amiga.

-Val, tengo que dejarte, me llama mi madre. Ya me cuentas. Ciao bella.

-Ciao bella.

Estuve pensando en las palabras de Chiara. ¿Sería buena idea ir en ver el fútbol con Fer? Enfrentarme a ver a Pedri otra vez como jugador quizá me ayudaría a aceptarlo antes. Y dejaría claras mis intenciones ante Fer, mataría dos pájaros de un tiro. La verdadera pregunta es si era capaz. Le hablé a Pedri y le pregunté si podía ir con Fer a ver el partido. El partido era por la noche así que imagino que aún tendría el móvil con él. A la hora recibí un mensaje suyo.

-Valentina, me alegra mucho leer eso. Sí, estará allí, ahora le digo que acudirás y que prepare cena también para ti.

-Me arreglaré antes de salir al campo, espero que me sigas viendo igual de guapo.😉😉

-Hablamos cuando termine, vecinita. Deséame suerte.😘😘

Me alegró mucho leer sus mensajes, estaba un poco nerviosa por como iba a reaccionar Fer. Le envié una foto deseándole suerte. Aproveché para ducharme y leer un poco hasta que se hizo la hora de ir a su casa. Le expliqué a mi madre lo que me había propuesto Pedri y salí de casa. Me notaba el corazón palpitar mientras me imaginaba lo que iba a suceder allí. Atrévete, Valentina. Y con ese pensamiento, toqué el timbre. 

La clave (Pedri González) [Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora