CIX. El ruido y la furia

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22 de noviembre

Todos hablaban a la vez, insistentes y contradictorias sus voces, convirtiendo lo irreal en posible, luego en probable, después en hecho incontrovertible, como hace la gente al transformar sus deseos en palabras. William Faulkner

Leí aquella frase en un bloc de notas que mi madre había bajado del despacho a la mesa del comedor. Imaginé una escena de cine antiguo en que dos enamorados discutían mirándose a los ojos y separándose para siempre minutos después. Esperaba a Pedri allí sentada, había sido uno de los días más raros desde que llegué a Barcelona. Asumir que no iba a poder pasar desapercibida nunca más en el instituto me jodía muchísimo. Tanto que pensé en volver a Milán. Volver sola con mis tíos si era necesario, pero no sería capaz de estar separada de él tanto tiempo. Deseaba verle y abrazarle, apoyarme en su pecho y sentirme en mi lugar seguro.

Sonó el timbre y fui corriendo a abrirle. Le abracé sin mirarle siquiera y noté sus brazos caer sobre mi espalda sin más. Cuando me separé de él, vi su cara. Estaba enfadado y serio.

-¿Qué ha pasado?

Entró a casa y saludó a mi madre.

-¿Podemos subir un momento a tu habitación?

-Claro, vamos.

Al entrar, cerré la puerta. Él se sentó en mi cama y con malas formas se dirigió hacía mí:

-¿Me puedes explicar qué cojones es esto, Valentina?

Me dio su móvil y vi el video. Pese a la oscuridad del lugar se veía perfectamente como Gavi llegaba y posaba su mano en mi pierna. Su mirada fija y mi reacción. Mierda. El vídeo se repitió automáticamente y lo visualicé de nuevo.

-Pedri no empecemos con esto. Sabes que te quiero a ti y que él no significa nada para mí.

-¿Por qué te pone la mano en la pierna y no se la apartas? ¿En qué estabas pensando Valentina? ¿Te gustaría ver imágenes así mías con otra tía?

Me puse a llorar. Dejé el móvil en la cama y Pedri se levantó.

-JODER.

-Lo siento mucho Pedri. Ni yo misma sé porque reaccioné así. Entiendo que te cabrees, pero te prometo que solo te quiero a ti.

-¿De qué me sirven tus palabras si luego me encuentro vídeos así?

-¿Y si no confías en mi palabra qué sentido tiene esto?

No podía dejar de llorar. Otra vez el tema de Gavi había hecho que se fastidiara todo. A 3 días de su cumpleaños que es lo que más me jodía. Ahora que ya tenía su regalo de cumpleaños listo. Después de convencer a mi madre de que aquel jueves dormiría con él.

-Vamos a llamar a Gavi y le vas a decir que el tonteo se acabó.

-¿Qué tonteo Pedri? Estás viendo cosas donde no las hay.

-¿Prefieres que hable yo con él?

-No. Llámale.

Pedri cogió el móvil y se sentó a mi lado. Sonaron varios tonos de llamada, pero finalmente descolgó:

-Dime tío.

-Hola, Gavi. Soy Valentina.

-Hola.

-Pedri ha visto unas imágenes de aquella tarde en la discoteca.

-¿Qué imágenes?

-Cuando te sentaste conmigo.

-Mierda.

Silencio. Antes de que alguno de los dos volviese a hablar, Pedri se metió en la conversación.

La clave (Pedri González) [Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora