LXIX. Nosotros

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2 de octubre

Me sentía feliz de la reacción que había tenido Pedri conmigo. A partir de ahora sabía que todo iba a ir a mejor. Fuimos a mi casa, mis padres estaban viendo la tele, tras los saludos nos quedamos en la cocina.

-Cuando estaba mal hay una cosa que siempre mejoraba mi estado de ánimo.

-Pues hagámosla. No es lo que me imagino que es, ¿Verdad?

-Eres un pervertido, vecinito. No, no es nada de eso.

-¿Entonces?

-Hacer crepes. ¿Te gustan?

-Sí, Valentina. ¿Vamos a hacerlos juntos?

-Claro que sí, voy a sacar los ingredientes.

Pedri asintió y sonrió.

-Ven, vamos al baño a lavarnos las manos.

Mientras me lavaba las manos, Pedri me abrazó desde atrás y me besó el hombro. Me encantó vernos reflejados en el espejo.

-Eres precioso, lo sabes ¿no?

-Tú más.

Al volver a la cocina, quedamos en que yo prepararía la masa y él los haría en la sartén. No tardé mucho en hacerla y él se puso manos a la obra.

-Los fogones no son el campo, Valentina. Pero lo intentaré...

-Seguro que quedan bien.

Me encantó verlo en esa faceta, me apoyé en él mientras lo hacía.

-¿Con qué te apetece comerlos?

-Contigo no se puede ¿no?

Negué con la cabeza.

-¿Nutella?

-Perfecto, chiquita.

Cuando acabó de hacerlas, las repartimos en dos platos grandes y saqué la Nutella y los cubiertos. Hasta que no me senté no me di cuenta de que Pedri estaba grabando.

-¿Qué haces?

-Nada, Valentina. Solo grababa.

Comimos y después salimos al jardín. Nos sentamos en el césped y Pedri sacó su móvil.

-Podríamos hacernos una foto decente juntos ¿no crees?

-Es buena idea, vecinito.

Tras muchos intentos, encontramos una que nos gustó a los dos.

-Te la mando, Valentina. Oye, dentro de poco tengo que volver a casa. ¿Mañana vendrás al partido?

-Por supuesto, vecinito.

-Te aviso cuando saldremos con Fer para el campo ¿vale?

-Vale, Pedri, pero ¿esta noche no podremos vernos?

-He quedado con Fer, si no llegamos tarde te llamo.

-No te preocupes.

Nos despedimos y Pedri se marchó a su casa. Subí a mi habitación y me quedé mirando nuestra foto. Esos éramos nosotros. Y me gustaba poder hablar en plural.

POV Pedri

Llegamos al restaurante de Marc y pasamos directamente al reservado. Fer hablaba por teléfono y yo mientras miraba las fotos que tenía con Valentina. Recordé la última vez que estuve aquí con ella. Sonreí. Fer colgó y me señaló mi teléfono.

-¿Qué pasa?

-Tenemos el número de teléfono de Mateo. Te lo acabo de pasar. ¿Cómo vamos a hacerlo?

-Mi idea era encontrarnos casualmente y acorrarlarlo.

-Es demasiado arriesgado si lo haces tú. Lo sabes.

-Quiero acabar con eso cuanto antes.

-Había pensado en ir con Victor y Mario.

-¿Al sitio de la otra vez?

-Sí, cuando podamos aislarlo, acorralarlo y darle un buen susto. Conseguir borrar las imágenes y olvidarnos rápido del asunto.

-Es buena idea. ¿Y si lo tiene guardado en otro sitio?

-Veamos cómo sale esto.

-Vale, hermanito. Muchas gracias.

-Ya sabes que juntos para todo. Cuando terminemos de cenar, iremos allí, ven si quieres a tomar algo antes.

-Vale.

Después la magnífica cena, salimos para allá. Le escribí a Valentina para saber cómo estaba, quizá me sentía un poco culpable por no haber estado más pendiente de ella y no quería que le volviese a pasar nada.

Bien, vecinito. Aquí estoy en casa, he quedado el lunes con Adriana y no he contestado el mensaje a Mateo. A las 6 me ha llamado dos veces en privado. No le he contestado. Me ha vuelto a enviar a enviar un mensaje: "Si a las 12 mañana no estás aquí, haré público todo"

Joder con el puto Mateo. Le contesté a Valentina y le dije que iría luego a verla. Llegamos al lugar y nos habían reservado una zona VIP gracias a los amigos de Fer. Localizamos enseguida la mesa donde estaban Mateo y su hermano con otros amigos. Iba a ser difícil. Mientras que ellos se pidieron copas, yo me pedí un refresco. Los observamos, me daba asco, la forma de vestir, la de expresarse y solo pensar que su mano estuvo encima del cuerpo de Valentina.

-Llegaron las chicas, ahora seguro que el grupo se dispersará y es buen momento para actuar.

-Llámame a un taxi mientras voy al baño, porfa.

De camino al baño, me acordé de cómo besé a Valentina allí. Me encantaría poder repetirlo. Entré al baño y cuando estaba lavándome las manos para salir, entró Mateo. Los dos nos quedamos mirándonos, intentaba ver cómo reaccionaba. No sabía qué iba a decir así que preferí esperar. Seguí mirándolo, notaba mi mandíbula apretada.

-¿Qué has venido a buscarme para la revancha?

-He venido con mi hermano y sus amigos, déjame en paz.

Me hubiera encantado decirle otras cosas, pero no quería acabar en todas las portadas el día siguiente así que me aguanté. Se acercó a mí y nos quedamos a pocos centímetros. Me separé un poco y cuando podía salir sin problemas la solté:

-Lo que yo me como, tú no podrás comerlo nunca.

Salí de allí, él no me siguió. Vi como Fer, Victor y Mario se acercaban al baño. Ojalá todo acabara esta noche. En el taxi le dije a Valentina que necesitaba verla. Ella comprobó que sus padres estuvieran durmiendo y me esperó en el comedor. Cuando llegué me abrió sigilosamente.

-¿Quieres quedarte a dormir?

-Solo quiero estar contigo, Valentina.

Subimos rápidamente y luego ella volvió a inspeccionar que sus padres no se hubiesen levantado. Entonces nos abrazamos. La besé con ganas.

-Tengo muchas ganas de ese viaje a Milán juntos.

-Yo también, vecinito. De enseñarte donde he vivido y he crecido, te va a encantar.

Nos tumbamos en la cama y seguimos abrazados.

-Me he vuelto a encontrar con Mateo.

Noté como ella se ponía nerviosa, con suerte todo habría acabado ya.

-¿Qué ha pasado?

-Nada, me preguntó si quería revancha. Luego, le dije que nunca podrá tenerte así como te tengo.

Ella se acurrucó en mi pecho y yo empecé a acariciarle el pelo. Su olor y el calor de su cuerpo me recordaban a buenos momentos en Tenerife, cuando me sentía en casa. Viéndonos así era irremediable pensar en un nosotros y cuando Valentina estuviera preparada, lo haría público. 

La clave (Pedri González) [Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora