15 de noviembre
Faltaban 10 días para el cumpleaños de Pedri y deseaba que aquel día fuese todo perfecto. Iba a ser difícil superar los regalos que él me había hecho, pero intentaría hacerle feliz.
-Ayer desapareciste como un fantasma.
Cristian apareció en mi campo de visión y levanté mi cabeza del móvil.
-Lo siento, tenía que irme con quien tú ya sabes.
-Con quien no debe ser nombrado...
Reí.
-Chi colui non deve essere nominato. Me encanta.
-¿Y aquel chico que se acercó a ti mientras yo estaba en la barra?
-¿Lo reconociste?
-Sí
-No digas su nombre.
-¿Juegas a dos bandas?
-No, por supuesto que no.
-No lo parecía.
-Te aseguro que no.
-¿Le quieres?
-Solo quiero estar con él.
-Piensa entonces si te gustaría que te lo hiciesen a ti.
La sirena sonó y los dos entramos en el instituto. Hicimos el examen de inglés y a última hora teníamos el de castellano. En la hora antes del último examen vino el orientador del centro a comentarnos que la semana que viene tendríamos que hacer reuniones individuales sobre los futuros estudios en la universidad.
-Así perderemos clase, fantástico -respondió Cristian-
Me reí. El examen llegó y finalmente el día de clases acabó, por fin.
¿Repetimos lo de ayer, vecinita? Fer tiene peluquero y luego va a Barcelona a recoger unos pedidos.
Sonreí.
Estaré encantada, tengo que preguntarle a mi madre. Ya sabes que estoy en época de exámenes.
En cuanto vino a por mí, le pregunté si podía pasarme más tarde por casa de Pedri, cuando hubiese acabado de repasar.
-Lo siento, hija. Tu padre está trabajando y yo necesito entregar varios documentos a lo largo del día. Has de encargarte de recoger la compra y recibir a los de la revisión de plagas para el jardín.
No contesté. Estaba enfadada. Quizá lo mejor hubiera sido salir sin decirle nada.
-Puedes decirle a Pedri que venga a casa y puedes estudiar en el comedor. Si no fuese urgente el trabajo, no te lo pediría.
Seguía enfadada.
-Se lo diré, pero no va a querer venir.
Sabía que tenía las de perder, pero intentaría hasta el final convencerla.
-Si quieres lo llamo yo.
-No hace falta.
Con mi madre en casa iba a ser imposible hacer nada y me fastidiaba. Llegué a casa y tiré la mochila, me subí y me puse el pijama antes de comer.
-No te pongas así, Valentina. Solo te he pedido un favor. Llevas haciendo todo lo que quieres desde que llegaste, ayer te dejamos irte con Cristian teniendo hoy dos exámenes. Considéralo.
-Vaya, aún voy a tener que agradeceros que me dejéis ser una adolescente normal. Grazie mille mamma, gentilissima
-No seas inmadura, por favor.
Me senté a comer y en cuanto acabe, me subí a mi habitación y llamé a Pedri.
-Dime, vecinita.
-Mi madre me ha pedido que me quede en casa para recoger la compra y recibir a una inspección de jardín. No puedo ir esta tarde. Y me da mucha rabia.
-No pasa nada, Valentina. ¿Puedo ir yo a tu casa? ¿Se lo has preguntado?
-Me ha dicho que sí. Pero ya sabes...
-Eso no importa, ya habrá tiempo. Luego me paso por tu casa. No te enfades. Nos vemos ahora.
-Gracias vecinito, hasta ahora.
Bajé lo que tenía que estudiar del despacho y me puse a trabajar en el comedor, mi madre se entretuvo en la cocina y luego volvió a subir a trabajar.
Antes de que Pedri llegase, ya había acabado todo. Lo recibí y nos sentamos directamente en el sofá. Lo besé y él me correspondió.
-Me ha dicho Nico que te vieron ayer. ¿Por qué no me dijiste nada?
-¿Nico? Ah sí, tu compañero. Es verdad. Ni me acordaba.
Intenté fingir indiferencia. Pero Pedri sabía perfectamente que si Nico estaba allí era probable que Gavi también lo estuviese.
-¿No hablaste con él?
No hacía falta que mencionase su nombre para saber que me preguntaba por otra persona.
-Sí, vino a saludarme. Estaba con una chica muy guapa.
La conversación que mantuvimos antes de irme, me la ahorré. Era innecesario hablar más del tema.
-Vaya, el otro día nos dijo que todavía era pronto. Seguro que no más guapa que tú, vecinita.
Lo besé y di por zanjado el tema. Era lo mejor. Vinieron los de la compra y los de la inspección. Pedri se escondió para que nadie lo reconociese. Cuando acabaron nos volvimos a sentar en el sofá, pero alguien le llamó.
Pedri cogió el teléfono y parecía serio.
-¿Qué pasa, vecinito?
Me hizo una señal de que esperase. Cinco, diez minutos. Colgó.
-¿Va todo bien?
-No, Valentina. Perdóname, pero tengo que ir ahora mismo a hacer una videollamada urgente con mis representantes. Ha habido un problema entre un trabajo publicitario y los horarios del Club y no puedo no atenderlo hoy
No entendía porque tanta prisa. ¿No podía solucionarlo mañana antes de irse a entrenar?
Me besó la frente y sin dejar que le contestase se fue a casa.
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La clave (Pedri González) [Parte 1]
FanfictionValentina es una chica nueva en la ciudad de Barcelona. Intrigada por las acciones de su vecino, luchará por conocer a ese chico que no logra sacar de su cabeza, Pedri. Valentina desconoce la importancia de Pedri y eso hará que él pueda divertirse c...