La clave (Pedri González) [Parte 1]

CXII. Su cumpleaños (parte 2)

26 de noviembre

POV Pedri

Valentina seguía dormida. Me había regalado el mejor cumpleaños de mi vida. Llamé para que nos preparasen el desayuno y me quedé observándola un poco más. Se dio la vuelta y abrió poco a poco los ojos.

-Buenos días, vecinita.

-Buongiorno, qué bien he dormido hoy.

Sonreí y ella se rió.

-Creo que sé bien porque...

Me tiró uno de los cojines. Lo esquivé y se tapó la cara. Estaba preciosa. Me acerqué a abrazarla. Ella me besó en el cuello. Llamaron a la puerta. Desayunamos y justo cuando íbamos a volver a la cama, me llamaron por teléfono. Mi madre. Todos estaban en mi casa y me preguntaba que a qué hora iríamos. Miré a Valentina, solo llevaba ropa interior y me despisté.

-Sobre la 13:30 llegaremos allí.

Colgué. Dejé el móvil. ¿Y Valentina? Me giré y no estaba. Entré en el baño y tampoco la vi hasta que me tapó los ojos.

-Estás aquí, chiquita.

-Quería darte los buenos días. ¿Me dejas vendarte los ojos?

-Claro.

Me los vendó y me sentó en el vater.

-Ahora enseguida vuelvo.

¿Qué tendría preparado?

Volvió y me pidió que me levantase. Lo hice. Y noté como tenía intención de desvestirme. La ayudé y me senté de nuevo.

-No es justo, Valentina. Quiero verte.

Me cerró la boca con un beso y me ató con algo las muñecas.

Entonces se sentó encima de mí, notaba su piel con mi piel, pero solo podía tocarla con mi boca así que instintivamente la besé en todas partes que ella me dejaba. Se levantó y noté como me liberó las muñecas y me puso en la mano lo que imaginé sería un preservativo. Sonreí. Me dejé hacer y fue una de las mejores decisiones. Valentina marcó el ritmo desde el principio y fue aumentando poco a poco, antes de que los dos acabáramos, me quitó la venda y me besó.

-Ha sido impresionante, vecinita.

-¿Vamos a la ducha, vecinito?

Nos duchamos juntos y nos cambiamos para salir a comer. Valentina sabía que mis padres venían, pero no que mis tíos y mis primos también. Ella se maquilló y yo mientras bajé a recepción.

POV Valentina

Solo me faltaba el vestido y arreglarme el pelo. Me puse música mientras y vi que Pedri se había dejado el móvil en la mesita. Había sido la mejor noche juntos sin duda. No solo por el hotel, la cena, aquel baño, sino por la intimidad que creamos entre nosotros. Creo que esta noche nos había unido más que nunca.

Cuando ya estaba lista, fui a hacerme unas fotos para dejárselas en su móvil y al encender la pantalla saltó un mensaje.

Yo también te echado de menos, nos vemos hoy!!!!

El mensaje era de una tal Lu. ¿Qué era esto? Intenté calmarme y volví a dejar el móvil en la mesita. Por no liarla el día de la celebración decidí omitirlo, pero en algún momento él lo acabaría notando. Salimos con el coche hacia su casa. En teoría íbamos a comer con sus padres y Fer. Más tarde iríamos a la fiesta que tenía organizada.

-¿Estás bien, Valentina?

Asentí y miré por la ventana.

No la líes Valentina. Pedri me abrazó y me apoyé en su pecho. Se notaba que estaba muy feliz. ¿Y si esa felicidad es por esa chica? No seas tonta. Mientras que yo debatía internamente, Pedri me acariciaba. El camino a su casa fue más largo de lo esperado. Cuando llegamos, Pedri me dijo que me quería decir algo.

-Mejor hablamos luego.

-Pero es importante Valentina sino...

Y bajé del coche. Él se quedó parado, pero también bajó. Se acercó a mí y me preguntó si estaba bien. Asentí.

-Como quieras, vecinita. Allá vamos. Entramos por la parte del jardín y cuando llegamos al comedor, vimos a un chico alto y una chica rubia más bajita. Era guapísima.

-¡Primito!

Sonrió y saltó corriendo a abrazar a Pedri. Él la cogió en brazos.

-Valentina, te presento a Lu, mi prima.

Ella me abrazó antes de que me diese tiempo a reaccionar. Luego me presentó a su primo Adrián. Ahí me di cuenta del ridículo, el mensaje era de su prima y di gracias por no haber reaccionado mal.

-¿Esto era lo que tenías que decirme?

Asintió con la cabeza. Le besé y seguimos hasta la cocina donde estaban los demás miembros de la familia. Me presentaron a sus tíos y Fer me pidió ayuda con una cosa. Subimos juntos a su habitación.

-Mira Valentina, le he comprado esta tarta para esta noche, ¿qué te parece si nos encargamos tú y yo de sacársela? Te lo digo ahora, porque allí en la fiesta será muy difícil. Cuando te haga señas, te acercas y lo hacemos.

Era una réplica de Pedri vestido de futbolista, me encantaba.

Por una vez sentí que detrás de algo muy bueno, no tiene que venir algo malo y que nuestra relación tampoco tenía porque funcionar así. La comida casi estaba lista, Pedri estaba rodeado de sus familiares y no podía estar más feliz. Me sentí acogida como si fuese una más.

Solo quedaba esperar que la fiesta saliese como todos esperábamos.