********
¡LO SIENTO POR LA ESPERA! AQUÍ TENÉIS NUEVO CAPÍTULO. OJALÁ OS GUSTE MUCHO.
********
31 de octubre
Después del incidente, Gavi me acompañó a casa y quedamos en hablarlo al día siguiente y decidir cómo contarle a Pedri lo que había pasado. Le di mi teléfono y esperé a que me llamase. Durante la mañana no recibí ningún mensaje de Pedri, la última en hablar había sido yo, así que en teoría le tocaba a él. Preferí no escribirle nada. La llamada de Gavi llegó por la tarde. Me dijo que era mejor si nos encontrábamos en su casa o un espacio cerrado, así que le pedí que me mandase la dirección. Le pedí a mi madre que me llevase hasta allí y le expliqué lo que había pasado.
-¿Y por qué no lo llamáis los dos y le aclaráis lo que pasó?
-No es tan fácil, mamá.
-Lo complicáis vosotros.
Cuando llegué, volví a llamarle y me abrió. Parecía preocupado. Llevaba una sudadera blanca y unos vaqueros.
-Hola.
-Hola Valentina. Pasa.
Nos sentamos en el mismo sofá que ayer. El comedor se veía más grande que ayer, imagino que la perspectiva de la luz.
-Llevo todo el día intentando hablar con Éric y no coge el teléfono. Necesitamos aclarar eso primero.
-Creo que es más importante contárselo a Pedri.
-Sí, pero ¿Cómo lo hacemos sin que piense nada raro?
-No lo sé.
-¿Has hablado con él esta mañana?
-No. No hasta que viniese aquí y decidiéramos algo.
Se sentó en el sofá y se retocó el pelo.
-¿Por qué no pruebas a llamarle y le cuentas lo que te pasó? No le digas que estás aquí. Dile que te encontrabas mal por otra cosa.
-Es buena idea. Vale, dame un minuto y lo llamo.
Los dos estábamos un poco nerviosos, pero me transmitía confianza y de verdad creía que todo iba a solucionarse más pronto de lo que esperaba. Creía.
Sonaron los timbres de la llamada y no cogió el teléfono. Me esperé unos segundos y volví a intentarlo, puse el altavoz y apoyé el móvil en mi pierna.
-Hola, Valentina.
-Hola, Pedri. ¿Puedes hablar?
-Me pillas un poco mal, pero dime.
Me quedé en silencio porque no esperaba esa contestación.
-Ayer fui a una fiesta que me invitó Cristian, mi amigo del insti.
De repente colgó.
-¿Ha colgado?
-Eso parece, vuelve a intentarlo.
Volví a llamar. Tras varios tonos contestó.
-Oye Valentina, ¿es tan importante eso que me tienes que contar? Estoy bastante ocupado.
Ninguno de los dos nos esperábamos ese tono, nos quedamos mirándonos.
-Sí, es importante. Pero no te molesto.
-Hablamos cuando vuelva a Barcelona.
Y colgó.
Me eché a llorar. ¿Por qué se estaba comportando así? Nunca se había comportado así. Gavi se acercó a abrazarme.
-No llores, seguro que tendrá un buen motivo, aunque no esté bien que te hable así.
Respetó mi silencio y cuando se me pasó un poco, reaccioné.
-No entiendo nada de lo que está pasando. Te juro que no sé qué pasa por su cabeza. Ayer ya te conté lo de las últimas semanas, pero de ahí a esto.
Tras intentar buscar una justificación a sus actos, encontramos un plan B. Gavi le escribiría por WhatsApp.
-Le puedo decir algo así como: "Hermanito ¿cómo estás? Tenemos que hablar."
-Eso suena a ruptura.
-Ya bueno, "tengo que contarte algo" ¿Mejor?
-Sí, buena idea.
Lo escribió y allí seguimos esperando. Recibió una llamada de Éric y estuvo hablando con él de lo que vio anoche. Le aclaró que era la "amiga" de Pedri y le explicó porque estábamos aquí en su casa aunque no le contó el porqué de mi malestar. Lo agradecí. Parece que la cosa con Éric se había aclarado. Ahora solo faltaba que Pedri dejara de comportarse como si fuese otro.
Pedri leyó el mensaje de Gavi y lo dejó en leído.
-Qué raro. Siempre contesta mis mensajes.
-¿Pruebo a hablarle a su hermano Fer?
-No, no. Por favor.
-Vale. Tranquila. Vuelvo a escribirle.
Después me preguntó si quería comer algo. Negué con la cabeza, él fue a la cocina y volvió enseguida.
-No me gusta verte con esa cara, entiendo que estés así, pero estoy seguro de que se va a solucionar. No podemos saber qué le pasa ahora.
-No es normal lo que está pasando.
Momentos después descubrí a un nuevo Gavi. Sin insistir más en el tema, me pidió que me levantase.
-Cierra los ojos.
Se puso detrás de mí y me fue guiando por su casa. Subimos unas escaleras con cuidado y me llevó hasta un lugar.
-Ahora ábrelos.
Se veía una vista magnífica desde allí.
-Fija la vista unos segundos y después te giras.
Lo hice y al girarme, él estaba detrás.
-¿Mejor?
-Sí, mejor.
-Me ayuda mucho cuando estoy agobiado.
-Gracias por preocuparte por mí.
Él bajó la mirada y sonrió.
Fuimos a salir de allí y justo en la puerta, él se intentó apartar para dejarme pasar y yo fui hacia el mismo lado, acabamos tropezando el uno con el otro. Yo me desequilibré y noté como su mano me sujetó.
-¿Estás bien?
-Sí, sí.
Bajamos al comedor y me preguntó si quería que me llevara a casa. La verdad era que no me apetecía moverme de allí.
-Prefiero quedarme aquí un rato más.
-El tiempo que quieras.
Él se giró y desapareció un momento. El chico simpático y encantador, ahora parecía un niño tímido y nervioso. Cuando volvió, traía palomitas.
-Sé que te gustan.
-Gracias.
Comimos y seguimos hablando hasta que el teléfono sonó. Era Pedri y ninguno de los dos fue capaz de reaccionar.
ESTÁS LEYENDO
La clave (Pedri González) [Parte 1]
Hayran KurguValentina es una chica nueva en la ciudad de Barcelona. Intrigada por las acciones de su vecino, luchará por conocer a ese chico que no logra sacar de su cabeza, Pedri. Valentina desconoce la importancia de Pedri y eso hará que él pueda divertirse c...