Con su 1.72 m de altura, Scarlett había soñado ser una gran modelo cuando era una niña. Años después, cuando en la adolescencia, sus caderas se habían ensanchado y su trasero al igual que sus senos habían crecido más de lo requerido, su fantasía fue no sólo desechada, sino que fue reemplazada con el sueño de diseñar prendas de alta costura y por qué no, de poseer una agencia de modelaje con una plantilla de preciosas modelos para que pudieran exhibir sus obras al mundo y así darla a conocer cada día más. Un sueño que estaba haciéndose realidad ante sus ojos y por el cual trabajaba día y noche con pasión, amor y alegría.
Los últimos contratos estaban siendo revisados por su administrador y las oficinas de Deluxe Modeling Agency serían entregadas en un par de días, de manera que Scarlett no podía estar más contenta. Su más reciente proyecto estaba a punto de concretarse justo a tiempo y en el momento indicado para el lanzamiento de su colección de primavera.
Las modelos, sus modelos, estarían listas para salir a la primera pasarela del año, que seguramente sería un éxito como cada uno de las que había presentado desde hacía tres años, cuando su primera boutique abrió al público. Sobre todo, porque la primavera era sin duda una de las temporadas que más publico atraía y porque tenía previsto un total del doble de invitados que en la temporada pasada. Siendo un numero estratosférico pero prometedor.
- ¿Ya fueron entregadas todas las invitaciones? –preguntó Scarlett a nadie en específico.
Las tres chicas frente a ella asintieron entre sí y finalmente a su jefa.
-Ayer se terminaron de repartir, Scar –sonrió Jules.
-Estamos con mucho margen de tiempo –la siguió Melina.
-Eso es bueno, el salón de eventos también está confirmado y la decoradora llamó esta mañana para confirmar la cita –se adelantó Heather. Sabía que su jefa preguntaría por cada detalle, incluso aunque faltaran tres semanas para el evento.
-Gracias chicas, creo que por el momento es todo. Pueden volver a sus puestos –Scarlett asintió todavía sin despegar su mano derecha y vista del iPad en su escritorio.
Las tres chicas se despidieron rápidamente y salieron al pasillo para volver a sus respectivas áreas de trabajo.
Scarlett estaba un poco de nervios ya que aún no conseguía el diseño de vestido que usaría en el evento ella misma. Sabía que debía darse prisa con el boceto si quería que las chicas de producción lo tuvieran listo con el margen de tiempo suficiente como para hacer los ajustes necesarios. Sin embargo, con tantas ideas en la cabeza, aun no lograba concretar nada.
Suspirando, tiró el pencil que tenía entre los dedos sobre el escritorio, ya casi estaba listo, pero los detalles siempre eran un tanto difícil, sobre todo cuando no lograba concentrarse con William Dagger metido entre sus sesos.
Scarlett sabía que debía empezar a colarse en los pensamientos del hombre cuanto antes, pero no sabía cómo. Ella vivía con el constante miedo de que cualquier día William anunciara que iba sentar cabeza y entonces todo se habría ido al caño, porque por mucho que la tuviera innegablemente enganchada, ella iba a descartarlo por completo el día que él entrara en un compromiso. Por ello, era por lo que necesitaba meterse, por lo menos, en su cama antes de que lo inevitable llegara.
De pronto, el timbre del teléfono hizo ruido haciéndola sobresaltar y tomar la llamada de mala gana.
-Scarlett –dijo simplemente a la bocina.
-Buen día, bebé –saludó la melosa voz de su ¿novio? Al otro lado del teléfono.
-Jeremy –suspiró.
- ¿Cómo estás, bebé? llamaba para saber si querías cenar conmigo esta noche, hace más de una semana que no nos vemos.
-Jeremy, no creo que...
-Vamos Scar, es fin de semana, te extraño ¿tú no me extrañas a mí? –Scarlett estaba segura de que del otro lado de la línea él estaba haciendo pucheros no adorables.
Pero la verdad era que no. No lo extrañaba. Jeremy no había terminado de entender que no tenían una relación seria. Que ella no establecía relaciones serias porque no le interesaba comprometerse con algo más que su trabajo.
-Puedes pasar por mí a las 8 pm, si llegas un minuto tarde, ni siquiera llames al timbre, por favor –amenazó y no en vano. Jeremy sabía que lo decía muy en serio.
-Ahí estaré muñequita. Ciao –se despidió con el sonido de un beso.
Scarlett sabía que Jeremy estaba con ella únicamente por su fama y su belleza. Él no estaba enamorado de ella ni mucho menos ella de él. Se habían conocido en el último desfile de otoño, de manera que llevaban seis meses saliendo y acostándose. Scarlett le daba una buena imagen y alimentaba su buena fama como un actor novato de Hollywood, pero nada más, él ni siquiera podía hacer eso por ella porque Scarlett no necesitaba a nadie para brillar. Por eso, no lazos, no sentimientos. Ni siquiera atracción genuina. A ella no le interesaba otro hombre que no fuera William Dagger. Y estaba un tanto harta, de manera que se aseguraría de sacar provecho de esta cita con Jeremy. Haría que fuera su última cita.
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DAGA ROJA
Novela JuvenilLa grandiosa diseñadora Scarlett Dhapunt, que con apenas 24 años de edad, se encuentra en la cima del éxito, está perdidamente enamorada de un hombre que es 14 años mayor que ella, desde que era apenas una niña y no parará hasta darle caza y consegu...