CAPÍTULO 19: BREAK

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30 de enero. Actualidad.

Eran aproximadamente las nueve de la noche cuando Scarlett soltó el pen sobre su escritorio dando un pequeño grito victorioso.

El último de detalle de toda la colección por fin había sido puesto en su lugar.

Al lado opuesto de la oficina, un Chuck sonriente miraba a la mujer frente a él. Fascinado con su trabajo, pero más que nada con su persona.

Cuatro días habían estado trabajando juntos los diseñadores, después de haber tenido sexo en esa misma oficina. Cuatro días en los que ninguno de los dos había mencionado nada. Cuatro días en los que la tensión sexual podía palparse en el aire y cortarse con una cuchilla. Sin embargo, ambos habían decidido actuar como lo que eran, adultos, y no incomodarse mutuamente mientras trabajaban duro para culminar el proyecto que, hasta el momento, los mantenía temporalmente unidos.

Chuck no pudo evitar sentir un pequeño vacío en el pecho al recordar que esa era la última noche que pasaba junto a la hermosa mujer. Después de ese día, ella iba a cerrar el trato, casarse e irse a vivir con un hombre del que se notaba profunda e genuinamente enamorada. Un hombre que por supuesto, no la merecía.

Para el momento, Chuck Arnault, al igual que todas las personas, ya estaba enterado de la infidelidad del empresario y se encontraba desagradablemente sorprendido de que Scarlett fuera a casarse con él todavía. Aunque, para entonces, sabía también que haber tenido sexo con él había sido una venganza silenciosa; una que su prometido jamás iba a saber, pero que ellos habían saboreado entre las sombras.

- Felicidades, chère –le habló él extendiendo sus brazos en el respaldo del sofá. Se notaba cansado, pero sabía que cada segundo junto a ella, había valido todo el trabajo.

- Felicidades, para ti también, Chuck –sonrió ella cálidamente- creo que somos un equipo perfecto.

- No lo he dudado ni un solo segundo, créeme –ronroneó el hombre seductoramente. Acto que no pasó desapercibido para Scarlett, sin embargo, decidió dejarlo ir.

- No puedo esperar a que llegue a abril y esta belleza vea la luz del día –dijo ella todavía emocionada, refiriéndose a su preciosa colección.

- No puedo esperar a que llegue abril para volverte a ver, chérie –comentó el francés con dejo de tristeza en la voz.

A Scarlett se le encogió un poco el corazón.

El hombre frente a ella se había comportado como un caballero desde el momento que lo conoció. Se había esforzado demás para ayudarla a cumplir con su contrato en menos tiempo de los estipulado, se había preocupado por ella, la había alimentado en los peores días de trabajo, la había hecho reír y le había dado buen sexo.

Chuck Arnault, con su belleza e inteligencia, era el sueño de cualquier mujer. Menos el de ella. Su sueño le había roto el corazón más de un par de veces y, aun así, no podía mirar a nadie más con los mismos ojos que a él.

- Vamos a seguir viéndonos, Chuck –le dijo mientras abandonaba su puesto tras el escritorio y se encaminaba al sofá donde él se encontraba para sentarse a su lado, a una distancia prudente- ¿o es que piensas dejarme sola con todo el trabajo de producción?

El francés rio sin ganas –Claro que no. Estaré por aquí unas semanas más, antes de volver a París, supervisando el proceso mientras tú estás fuera.

Scarlett tragó al recordar el tiempo que debía compartir con su prometido, fuera del país. –Gracias, Chuck. De verdad, fue un placer pasar tiempo contigo.

Ella esperaba que él captara el verdadero significado de las palabras, y al parecer así fue, porque el hombre sonrió divertido, recuperando su esencia sarcástica original.

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