La grandiosa diseñadora Scarlett Dhapunt, que con apenas 24 años de edad, se encuentra en la cima del éxito, está perdidamente enamorada de un hombre que es 14 años mayor que ella, desde que era apenas una niña y no parará hasta darle caza y consegu...
- Tienes que calmarte, cariño –dijo Marggot tratando de Scarlett dejara de caminar alrededor de la sala de espera, sobre todo cuando acababa de dar a luz y todavía estaba demasiado débil, casi tanto como ella misma al tener el corazón pendiendo junto con la vida de su hijo.
- Necesito saber que está bien –mustió sorbiendo la nariz sin detenerse.
- Yo también cariño, pero debemos esperar.
- Los niños –saltó Scarlett pareciendo un poco fuera de su mente, apenas acordándose de sus hijos.
- Philip está cuidándolos, Chuck acaba de salir del ministerio y viene para acá.
Scarlett asintió apretando sus manos una con la otra, caminando cada vez más lento y encorvada, con la energía ya casi agotada.
- Familia Dagger –llamó el médico saliendo por las puertas de metal del quirófano, todavía con la bata desechable llena de sangre.
- Somos su esposa y su madre –dijo Scarlett casi lanzándose encima de él.
- El señor Dagger está estable, la bala apenas pudo rozar su pulmón derecho, pero fue atendido lo suficientemente rápido, así que es sólo cuestión de esperar. Sin embargo, debo decirles señoras, que el peligro no ha pasado todavía. El señor seguirá intubado hasta que despierte y podamos evaluar su progreso.
Scarlett asintió con los ojos cargados de lágrimas y sintiendo un pequeño peso menos en el alma.
- Gracias –mustió la joven.
- Gracias, doctor. Por favor avísenos cuando podamos ver a mi hijo.
- Claro –asintió el hombre de mediana edad- ahora lo más conveniente es que la señora Dagger vuelva a su habitación a reposar, mi colega a cargo me ha dicho que será lo mejor para ella.
Marggot asintió y volvió a agradecer brevemente y el médico se marchó; así que cuando quiso abrazar a Scarlett para acompañarla a su habitación, pudo sentir como su peso se volvía un poco mayor indicándole que su nuera estaba a punto de desmayarse.
- Vamos cariño, debemos llegar a tu habitación para que descanses.
Scarlett no dijo más y se dejó llevar por su suegra a la habitación apoyándose en ella para no caer.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuatro días habían pasado desde que Scarlett fue dada de alta y no se había despegado de la cama de hospital al lado de William. La habitación había sido acondicionada incluso para tener a los bebés ahí mismo y no separarse del hombre que hasta entonces no había abierto los ojos.
- Regresa, por favor –mustió Scarlett besando la mano de su esposo- te extraño tanto –siguió con la voz quebrándosele- y estoy tan cansada de no tenerte. Tus hijos te esperan, Will. No queremos vivir un día más sin ti, te necesitamos.
Las lágrimas de la mujer rodaban por sus mejillas, porque incluso aunque supiera que William no iba a morir, todavía existía la probabilidad de que nunca despertara. Scarlett había aprendido a nunca más subestimar al destino, mucho menos después de lo que había pasado con Emily Sors cuando creían que ella no iba a salir jamás de la cárcel.
