03 de abril.
- Will, no –chilló Scarlett, cubriéndose con la sabana de seda color marfil, mientras veía como William se ponía su ropa interior y un chándal de entrenamiento.
El hombre volteó a verla y se rio al verla cubriéndose, como si no acabaran de tener sexo un par de minutos antes.
- No está en discusión, Scar.
- Willam Dagger –lo llamó enojada- no vas hacerme dejar de conducir desde ahora. No quiero tener un maldito chofer, no soy una niña.
- Tienes veintidós semanas de embarazo, Scarlett. No deberías conducir desde hace dos meses –refutó el hombre caminando hacia la puerta.
- Estás loco. No te haré caso.
- Vas a hacerlo porque sabes que es lo mejor –dijo cruzándose brazos.
Scarlett lo miró y sintió calor. Era increíble el hecho de que acabara de tener un orgasmo en su boca y otro sobre él hacía sólo unos minutos y ya quisiera tomarlo de nuevo, incluso con su prominente barriga, que por supuesto, era mucho más pequeña que su lívido.
- Deja de verme como si fueras a devorarme, estás asustándome, Scar –dijo William en fingido tono de miedo.
Scarlett frunció el ceño –no dejaré de conducir hasta las treinta semanas –afirmó.
- Entonces tendremos que dejar de tener sexo, si no quieres hacer lo correcto –habló el hombre, más firmemente de lo que pretendía.
La mujer abrió la boca en sorpresa y quiso echarse a llorar. Maldito William, claro que iba a castigarla con su necesidad más básica, que se había vuelto más imperiosa con el embarazo.
- Entonces, tendré que largarme a mi apartamento. No tiene caso que me quede en tu casa si no me follarás –contestó cruzándose de brazos.
William bufó restregándose la cara –Scar...
- Porque no hemos regresado, Will, creo que lo olvidas a veces.
El hombre quiso reír y maldecir a la vez. Reír porque ella se lo recordaba de vez en cuando y lo sacaba a flote cada vez que hacía un berrinche como ese, pero todavía se derretía completamente en sus manos cada noche y cada mañana, o en cualquier momento del día que sintiera que lo necesitaba mimándola y haciéndole el amor. Maldecir porque era verdad, no habían regresado y Scarlett sólo se quedaba varios días a la semana en su casa por sexo, y aunque las temporadas cada vez eran más largas, todavía regresaba a su apartamento y le pedía espacio cada cierto tiempo.
Así era Scarlett, siempre consiguiendo exactamente lo que quería, se recordó William. También se recordó que él estaba dispuesto a darle todo, porque la amaba más que a nadie y sólo le importaba su felicidad.
- Dos semanas más –bufó el hombre.
- Ocho –refutó la mujer.
- Cuatro.
- Siete.
- Cinco.
- Seis.
Antes de que William contestará, Scarlett se levantó de la cama, completamente desnuda, acercándose a él para tocar suavemente su brazo y mirarlo debajo de sus pestañas como una chica indefensa.
William tragó duro, de repente sintiéndose completamente listo para darle una ronda más de placer si se lo pedía.
- Seis semanas más, Will. ¿Por favor? –preguntó dulcemente.
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DAGA ROJA
Fiksi RemajaLa grandiosa diseñadora Scarlett Dhapunt, que con apenas 24 años de edad, se encuentra en la cima del éxito, está perdidamente enamorada de un hombre que es 14 años mayor que ella, desde que era apenas una niña y no parará hasta darle caza y consegu...