CAPÍTULO 43: TRULY

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Después de discutir unos minutos por la necedad de William, por fin el hombre accedió a dejarla reunirse sola con Marggot. Scarlett quería compartir su felicidad con la mujer que significaba la mayor figura materna que había tenido en años; quería decirle que sería abuela de no uno, sino de dos bebés; quería que pedirle consejos sobre maternidad, hablar de nombres, achaques y posibles buenos y malos escenarios. Quería hacerla parte de todo su proceso, pero solas; necesitaba que fueran dos mujeres con el corazón completamente abierto, sin interrupción y aunque, había tenido relaciones con su todavía esposo, sólo una hora antes, todavía necesitaba distancia entre ambos.

Un minuto después de que Scarlett tocara el timbre, Marggot abrió la puerta al tiempo que el auto de William arrancaba para irse. La mujer mayor abrió los ojos enormemente y en automático se llenaron de lágrimas antes de lanzarse eufórica sobre su nuera.

- Mi niña –sollozó abrazándola fuertemente- qué bendición tenerte de vuelta.

A Scarlett se le escurrieron las lágrimas por tan cálido recibimiento. Y por las hormonas.

- Hola Mar, qué bueno es verte. Te extrañé tanto.

- Pero pasa, por favor –dijo la mujer mayor haciéndose a un lado para posteriormente cerrar la puerta tras ellas. Cuando se volvió para mirar mejor a su nuera, se llevó la mano a la boca en sorpresa y volvió a sollozar- Dios, luces divina, Scarlett –dijo observando fijamente el pequeño bulto en el vientre de la chica que el vestido midi de color rosa enmarcaba mejor que nada.

Scarlett sonrió orgullosa –estoy muy feliz- dijo sinceramente, refiriéndose a su embarazo.

- ¿Cuántas semanas? –preguntó su suegra tomando sus manos y dirigiéndola a la sala de estar.

- Catorce y contando –rio ligeramente.

- Jesús, Scar –la mujer se llevó la mano al pecho, con los ojos muy cristalizados- voy a recordar este día como uno de los mejores de mi vida, lo sabes ¿no?

Scarlett asintió, profundamente conmovida –vas a ser abuela, Mar.

- Por supuesto que lo seré –exclamó la mujer levantando los brazos, completamente feliz- es una ridiculez pensar que no.

Scarlett rio - ¿de verdad se vio tan falso? –preguntó refiriéndose al teatro que había montado con Chuck.

- No, a decir verdad –admitió Marggot- pero te conozco hace tanto, cariño y sé cuan profundo es el amor que tú y mi hijo se profesan. Era imposible engañarme, Scarlett, y a William, por supuesto.

La diseñadora se sonrojó avergonzada.

- Me dolía tanto, –confesó con la voz quebrada- no estaba siendo coherente e hice lo que creía que haría sentir bien a mi alma, sin embargo, no sucedió. El dolor no se fue hasta que... -titubeó, insegura porque no había admitido esa parte ni siquiera a sí misma. Marggot esperó paciente, apretando sus manos para darle seguridad- hasta que Will apareció en Paris y me trajo a casa hoy.

Marggot asintió compresiva –lo siento por no ir por ti, cariño. William quería solo darte tiempo y espacio para que pensaras las cosas; no quería que te sintieras presionada con nada que tuviera que ver con él y eso me incluía a mí. Y no estoy segura de cuál será la situación de ambos justo ahora, pero estoy aquí ¿de acuerdo? No voy a dejarte sola jamás, incluso si decides no volver con mi hijo; todavía somos tu familia.

Scarlett se limpió las lágrimas volviendo a abrazar a su suegra. Las palabras de la mujer ayudaban a cicatrizar, todavía más, la herida de su alma y restaban miedos a su ser.

- Gracias, Marggot. Sé que serás una abuela increíble.

La mujer mayor rio –Me muero por conocerlo –dijo aplaudiendo como las manos, un gesto infantil que expresaba su enorme felicidad.

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