Capitulo 9

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Hago sonar mi garganta y Dominic da media vuelta mirando en mi dirección.

Enciendo la luz con el mando a distancia.

-No me digas, pensaste que había huido-. Ironizo haciendo referencia al hecho de que se quedó de piedra viendo la cama vacía. Me levanto del sofá y camino descalza hacia él. -El problema es que no se por donde supusiste que había escapado, a menos que pudiera encogerme al tamaño de una hormiga e irme por el ducto de ventilación-.

Dominic no dice nada y en su lugar levanta la mirada hacia la rendija de la ventilación. <<No lo puedo creer>>. Bufo exasperada.

-¿De verdad, Dominic?-. Llego hasta él y lo enfrento. La verdad es que puede ser un licántropo y todo eso, pero a estas alturas ya estoy convencida de que no piensa hacerme daño y en todo caso estoy más molesta que atemorizada. -Esto se llama secuestro-. Mi índice golpea su pectoral y bajo la mirada de sus ojos verdes imposibles hacia su pecho. Es realmente duro. Me da la tentación de volver a hacer el movimiento e incluso pinchar algún otro sitio para ver si todo él es así de fuerte, pero recuerdo que estoy molesta, así que decido ignorar sus estúpidos músculos de roca y volver a mirarlo a la cara.

Su estúpida sonrisa ladeada hace que ruede los ojos para después entrecerrarlos y mirarlo con severidad.

-No puedes mantenerme aquí cautiva, tengo una vida allá afuera-. Mi rostro se arrima peligrosamente al suyo mientras llevo mis manos a la cintura.

Entonces vuelve a pasar. Sucede lo mismo que el día de la carrera. Su respiración se corta de tajo y sus ojos empiezan a destellar ese brillo verde que me hipnotiza haciendo que me acerque aún más para poder admirar su belleza. Parecen dos gemas luminosas de color verde.

-Aléjate Hilary-. Su voz se agrava más e incluso se hace algo ronca.

Debería hacerle caso ya que eso sonó a advertencia, pero sus ojos parecen alguna especie de líquido verdoso y neon, y juro que puedo ver movimiento en sus irises. Me siento atraída hacia ellos, como si fueran la gravedad. Entonces él cierra con fuerza sus ojos, rompiendo esa magia. Parpadeo varias veces, rápido, mientras entre parpadeos lo veo dirigirse con premura al baño.

<<¿Que diablos acaba de pasar?>>.

Voy hasta la cama y me siento a esperar que salga, que ni crea que esto acabo aquí, no señor, apenas comienza. Pero el baño se tarda más de lo que pensé y todo ese ímpetu que traía empieza a diluirse. Pasa tanto tiempo que me planteo la posibilidad de acostarme a dormir y dejarlo para el día siguiente, pero Dominic sale del baño envuelto únicamente en una toalla a lo alto de sus caderas y esa imagen hace que por poco me trague la lengua.

Es demasiado sexy.

Caliente.

No puedo dejar de mirar su cuerpo que parece una escultura viviente, pero entonces recuerdo lo que es él, mi secuestrador, así que dejo de verlo como una idiota y me levanto de la cama para continuar lo que dejamos a la mitad, pero el muy imbecil se quita la toalla de un tiron, dándome una excelente vista de su culo redondo. La imagen es tan... ¡wow! que me quedo mirando un segundo antes de dar media vuelta con el ritmo cardiaco acelerado y las mejillas ardiendo.

-¿Quieres por favor vestirte para que podamos hablar?-. Sugiero con voz temblorosa.

Poco tiempo después escucho un "listo", que me hace dar media vuelta y, en efecto, Dominic se ha puesto otro pantalón corto y una camiseta sin mangas.

-No puedes tenerme aquí Dominic-. Niego con la cabeza y él suelta un suspiro, después me señala la salita con su brazo extendido y entiendo que quiere que nos sentemos para hablar.

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