Capitulo 3

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Al llegar al lugar indicado en el GPS hay una cantidad considerable de autos estacionados a ambos lados de la calle. El vecindario en el que estamos es casi saliendo de Los Angeles y la última casa la dejé más de un kilometro atrás.

Me detengo al inicio de la calle y hago ronronear a la bestia, atrayendo la mirada de más de uno. Cuando pretendo avanzar un hombre blanco y de cabello castaño se cruza en mi camino, adoptando una postura rígida con los brazos cruzados al pecho casi a punto de rasgar las costuras de su camiseta. Él niega con su cabeza claramente diciendo que no soy bienvenida.

Bajo la ventanilla y grito.

-¡Quiero ver a Mike, vengo de parte de Manners!-.

El hombre parece pensarlo pero al final me hace una seña para que espere ahí. Desde donde estoy puedo ver un Camaro, un tiburón, un Audi R8 y otros autos bastante buenos, pero las palabras que dijo Tremblay antes de que emprendiera marcha se repiten en mi cabeza: "Solo correrás contra el Acura NSX naranja y negro".

-Ok. Aquí estamos bebé. Ese Acura morderá el polvo-. Pretendo decírselo al auto, pero en realidad lo que hago es tratar de darme valor.

Casi diez minutos después el hombre que se cruzó en mi camino aparece junto a una mole de músculos de piel oscura y cabeza rapada. Por la descripción que me dio Tremblay estoy segura que ese es el tal Mike. Ambos se acercan y la mano llena de anillos escandalosamente grandes y dorados de Mike golpea dos veces mi ventanilla. Tengo que tragar grueso y respirar profundo para poder bajar el vidrio.

Mike pone sus dos manos sobre el techo del Maserati y se inclina para hablarme. Su rostro parece piedra tallada, tosca y con gesto hostil.

-Dicen que te envía Manners-. Su voz es súper grave y, si cabe decirlo, atemorizante. Asiento sin hablar. -¿De donde lo conoces?-.

<<Diablos>>. Esa información no me la dieron. Esto cada vez está peor. No se que decir. De lo que diga depende que me dejen entrar ahí o que por el contrario me saquen a patadas.

Decido decir la verdad, a medias.

-Un amigo suyo lleva su auto a mi taller, el Racing's-. Mike voltea a ver al otro hombre que simplemente se encoge de hombros. Luego regresa a mirarme con esos ojos oscuros brillantes, como si quisiera leerme el pensamiento.

-¿Traes dinero?-. Dice al cabo de unos segundos. Señalo la maleta sobre el asiento del pasajero con un movimiento de cabeza. -Bien, sígueme-.

He conseguido entrar a la carrera y aún así eso no mejora ni un poco mi estado de ansiedad, aunque me esfuerzo en ocultarlo.

Avanzo entre los demás autos y el gentío que se reúne en torno al evento. Muchos de los que están aquí tienen los ojos inyectados en sangre, se ríen escandalosamente o se tambalean, signo de que están drogados.

<<¿Donde mierda he venido a meterme?>>.

Y entonces lo veo. El Acura naranja con el techo y el alerón trasero de color negro. Ese debe ser al que se refirió Tremblay. De igual forma, mientras avanzo, repaso todo el lugar para asegurarme que sea el único con esas características.

Mike señala un espacio vacío entre un BMW y un Toyota Supra, meto reversa y me estaciono para después bajar. Varias personas se acercan a admirar la bestia.

-Hay una carrera a punto de empezar y tengo que hacer correr las apuestas, espera aquí y busca un contrincante-.

Me quedo viendo su espalda exageradamente ancha enfundada en una camiseta negra mientras se aleja.

Respondo algunas preguntas que me hacen respecto al Maserati y recibo un par de invitaciones a correr las cuales rechazo porque no estoy aquí por diversión sino, literalmente, jugándome el cuello. Con el rabillo del ojo vigilo al Acura pero nadie se acerca al auto.

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