Capitulo 29

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He pasado varios minutos mirando a la nada, derramando lágrimas silenciosas mientras asimilo toda la información que obtuve en estas pocas líneas, porque después de la fotografía de Annette, mi madre, no hubo mucho más que rescatar, solo unos pocos datos más de mi vida que obviamente ya conocía.

En este momento mi cabeza es una maraña de preguntas sin respuesta y el corazón me duele de solo pensar que he vivido toda mi vida engañada.

<<Él lo sabía>>, dice la voz de mi conciencia.

Y es cierto, Dominic lo ha sabido siempre y no me dijo absolutamente nada.

De un momento a otro mi cabeza empieza a hervir de la rabia. Siento que mi cerebro se ha derretido y es lava pura. Soy incapaz de pensar en otra cosa que no sea en Dominic ocultándome la verdad, así que tomo la carpeta y salgo de la habitación como alma que lleva el diablo. Mientras subo las escaleras de dos en dos la voz de mi padre suena en mi cabeza:

"No hay que tomar decisiones en caliente Hilary, lo mejor es esperar a calmarse y pensar las cosas con cabeza fría".

Y él también me mintió toda la vida.

Abro la puerta de las escaleras de emergencia con tal fuerza que se escucha un golpe seco seguido de otros tres menos fuertes cuando esta golpea contra la pared. De dos zancadas estoy frente a la puerta del laboratorio y presiono el timbre con insistencia.

-Ya va, un momento-. Le escucho decir al doctor Mc Carthy del otro lado del vidrio pero sigo presionando una y otra vez el timbre.

Cuando abre la puerta lo hace dejando solamente un pequeño espacio entre esta y el marco, interponiendo su cuerpo para cubrir dicho espacio.

-Quiero ver a Dominic-. Exijo.

Las aletas de su nariz se dilatan un poco, como si hubiera dado una olfateada y luego niega con la cabeza.

-No puedes ver a Dominic ahora Hilary, debes venir en unos tres días-.

<<¡¿Que?!>>.

-¿Esta loco?. Déjeme pasar-. Mi mano presiona la puerta sin ningún fruto porque evidentemente él es muchísimo más fuerte que yo.

-No puedo hacerlo Hilary-. Lo dice calmado, sin embargo obtiene una respuesta completamente contraria.

El nivel de ira en mi aumenta considerablemente.

-¡Que me deje pasar!-. Mi voz no suena como mi voz. Suena un tanto gutural, casi como si hablara en medio de un gruñido, lo cual me asusta pero en este momento no tengo tiempo para pensar en eso.

Incluso Mc Carthy se asombra al punto que suelta la puerta y puedo empujarla para pasar como un rayo junto a él rumbo a la oficina de Dominic, que está de pie en la puerta mirándome como sino me conociera.

-Tu lo sabias-. Mi mano se estrella contra su pecho de hierro llevando consigo la carpeta. -Siempre lo supiste y no me dijiste nada-. Mi índice golpea dos veces su esternón de forma acusatoria mientras estoy empinada, hablándole a escasos centímetros de su rostro, que tiene el gesto más duro que le he visto alguna vez. Sus ojos alumbrando más que nunca.

<<¿Esta molesto?. Pues bien, yo también>>.

Dominic da dos largos pasos atrás, ni siquiera parpadea y parece que está reteniendo la respiración. Con la distancia la luz, increíblemente brillante de sus irises verdes, se va extinguiendo ante mis ojos.

Entro a la oficina y cierro la puerta a mi espalda.

-Hilary, tienes que irte-. <<¿Acaso no escucho nada de lo que le dije?, ¿de verdad piensa que voy a irme así no más?>>. -De verdad, hablo en serio, por favor-. La forma en que pronuncia ese "por favor" me distrae momentáneamente de mi enojo y me tomo un momento para evaluarlo con la mirada.

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