Capitulo 10

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La puerta del elevador se abre tras cinco minutos de ejercicios de respiración, pero cuando quedo expuesta atrayendo la mirada de todos los licántropos que están sentados frente a la mesa, quiero dar media vuelta y regresar a la habitación que se sentía bastante segura.

-Ni lo pienses-. Mike se inclina para hablarme al oído y me da un apretón en el hombro que se siente a una advertencia. -Ahora camina hacia la mesa del fondo con la frente en alto y esconde el hedor del miedo, carajo, ¿cuantas veces tengo que repetírtelo?-.

Siento un nudo en la garganta del tamaño de una pelota de tenis que me impide pasar saliva y tengo el corazón taladrándome las costillas. Eso sin contar que mis piernas tiemblan con cada paso que doy. Y el hecho de que cientos de pares de ojos me sigan desde la distancia no ayuda ni un poco.

Nos dirigimos a una de las mesas más apartadas donde puedo ver a Dominic sentado junto a otras cinco personas, entre ellas esta Gertrudiz, Dominic y ella mantienen una conversación privada hablando muy cerca el uno del otro.

Mientras nos acercamos a la mesa, Dominic levanta la mirada y se queda viéndome. El asiento a su derecha permanece vacío igual que el que está al otro extremo de la mesa rectangular y es ahí a donde me dirijo, pero Mike de nuevo con su mano en mi hombro me dirige hacia el lugar vacío junto a Dominic.

-Buenas noches-. Digo cuando llego hasta ellos, esforzándome porque mi voz no tiemble.

-Hola Hilary-. Dominic asiente y se pone de pie para separar el asiento para mi.

A mi espalda se escucha un gruñido por lo bajo que me hace girar la cabeza para ver de quien se trata. Es la misma rubia del otro día, la que parecía querer encogerme con la mirada. Dominic también lo escucho y la forma en que la miro me hizo temblar hasta el tuétano. La chica agacha la mirada hacia el plato vacío frente a ella.

-Toma asiento Hilary-. No me había dado cuenta que me quede mirando a la chica del cabello rubio hasta que escucho la voz de Dominic.

De inmediato hago lo que él me dice y, cuando observo a los demás comensales de la mesa, todos están mirándome fijamente.

<<Debí haberme quedado en la habitación>>.

-Hilary, quiero presentarte al doctor Mc Carthy y su asistente Lauren-. Señala a un hombre mayor de bigote y a una mujer que debe tener su misma edad, de cabello oscuro y largo. -El es Sebastián, el jefe de seguridad-. Esta vez su mano señala a un hombre alto de cabello rubio y ojos castaños que se me parece un poco a la chica que gruño tras de mi. -Y finalmente ella es Sheyla, la pareja de Mike-. Ella si que llama mi atención. Es una mujer alta y esbelta, de piel morena como la de Mike, su cabello esta cortado al ras y tinturado de color rosa.

-Un placer-. Digo lo más firme que puedo mientras asiento.

Sheyla, sentada a la derecha de Mike me sonríe de manera amigable.

-Tenia tantas ganas de conocerte, no se como es que te han mantenido tan oculta-. Dice Sheyla sonriente pero mirando fijamente a Dominic, que la ignora deliberadamente.

-Pueden servir-. Le escucho decir a Dominic y de inmediato varías personas, hombres y mujeres entran desde una puerta lateral a la sala portando bandejas que dejan sobre las mesas para después tomar asiento junto a los demás.

Miro a Mike de forma interrogante y el gesticula un "cachorros", dándome a entender que quizá estos sean los más jóvenes del grupo y por eso hacen esta labor. No obstante, nuestra mesa es la última en servirse y eso no me cuadra mucho con el tema de jerarquías. Va a darme dolor de cabeza tratar de comprender toda esta dinámica.

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